Diez equipos de todo el mundo se han enfrentado entre sí en el torneo que ha dado a conocer al gran público el esperado DotA 2, la secuela directa de este popular mod de WarCraft III que promete ofrecer importantes avances a nivel jugable sin perder por ello la esencia del juego original.
Han pasado casi diez años desde que el popular mod de WarCraft III bautizado con el nombre de Defense of the Ancients se estrenara cautivando a millones de jugadores que aun a día de hoy continúan disfrutando de él. Por el camino, han nacido nuevos exponentes como es el caso de League of Legends, que tal vez sea la propuesta más asequible entre los neófitos del género conocido como MOBA (Multiplayer Online Battle Arena), o propuestas algo más duras como Heroes of Newerth. Pero no ha sido hasta ahora cuando los creadores del título original, IceFrog, han decidido unir fuerzas con Valve para publicar la secuela directa de DotA; un título que parece situarse a medio camino entre lo visto en los dos juegos citados con anterioridad, para ofrecer una experiencia jugable en constante evolución que satisfaga tanto a nuevos usuarios como a los veteranos que a día de hoy todavía disfrutan del título original.
Duelo de titanes
Cuando en un videojuego los usuarios juegan un papel tan importante como en DotA, no resulta extraño que sus creadores hayan apostado por presentarlo a través de un emocionante torneo internacional en el que participan diez equipos de todo el mundo. Y gracias a éste, ya hemos podido comprobar algunos de los pequeños cambios que el título representa con respecto al original. El más vistoso, por razones lógicas, se trata de su apartado gráfico y artístico, que muestra un acabado más espectacular que el título original y juegos de corte similar gracias al empleo del motor Source, que se estrena por fin en el género de la estrategia y rol.
Si hablamos de su estética, el título mantiene el tono colorista y estilo cartoon del original, aunque estilizando algo más la figura de los héroes y las criaturas que les acompañarán. Por supuesto, no hablamos de una traslación cien por cien idéntica con respecto a DotA porque éste usaba elementos del universo WarCraft III y que lógicamente no podían recrearse en la secuela, pero aun así, y aunque todavía es pronto para valorar tanto el diseño como el repertorio de habilidades de cada héroe, la cosa no pinta nada mal.
En este punto, para el que no conozca DotA o cualquier de los títulos que han surgido a raíz de éste, es importante recordar que se trata de un estilo de juego que combina sabiamente la estrategia con elementos del género rol, en unas batallas de dos equipos que deben defender su fortaleza mientras tratan de destruir la del contrario –el camino está plagado de sistemas defensivos-. Conforme eliminemos a los enemigos y cumplamos determinados objetivos obtendremos puntos de experiencia y oro, que emplearemos en mejorar las habilidades y el equipamiento de nuestro héroe, que será el único personaje que controlaremos directamente durante las escaramuzas. Por eso el apoyarse en las habilidades de otros héroes resulta tan importante en este título que pese a reconocer los logros personales, siempre busca que exista la mayor cooperación posible entre participantes.
Y exactamente esto es lo que hemos visto en las jornadas del torneo internacional de DotA 2. Distintos tipos de héroes se han medido en una arena de combate con diversos caminos a seguir, muchos objetos ocultos entre medias, y un sinfín de obstáculos que obligaban a los jugadores a esforzarse al máximo para sobrevivir. En este sentido, como apuntábamos al inicio de este artículo, la acción podría enmarcarse a medio camino entre lo visto en League of Legends –algo más pausado- y el frenético Heroes of Newerth, manteniendo algunas características del título original como la posibilidad de eliminar a nuestras propias tropas (creeps) con salud baja para evitar así que los contrarios obtengan experiencia y oro por su exterminio.
La interfaz de usuario también ha sufrido un importante rediseño manteniendo en la parte baja la misma distribución que en el DotA original, aunque con un diseño más minimalista que apuesta por dejar lo más libre posible la ventana de acción. Algunos elementos como las barras de salud y maná han ganado protagonismo en esta nueva interfaz, al tiempo que los iconos representativos de los héroes de nuestro bando desaparecen de los laterales para posicionarse en una pequeña barra ubicada en la parte superior de la pantalla junto a los rostros de los contrarios.
Aparte de lo comentado, IceFrog ha confirmado que el título será más accesible para los nuevos usuarios, con la posibilidad de practicar luchando contra bots que podremos configurar con un amplio rango de parámetros jugables –si queremos practicar un estilo de lucha/defensa concreto podemos hacerlo-. En cuanto al temido problema de las desconexiones, existirá la posibilidad de reengancharse a una partida o, en caso de urgencia, recurrir a un amigo con un nivel de habilidad similar para que nos sustituya en este tipo de situaciones. Según parece, la idea es que la relación entre usuarios se incremente mucho con respecto al original, por lo que IceFrog recompensará también a los usuarios que decidan unirse a partidas en las que haya huecos por cubrir.
Lo que está claro es que en IceFrog y Valve se están tomando muy enserio el desarrollo de este título al que no han querido poner fecha de lanzamiento todavía –todo apunta a 2012-, ni determinar el modelo de negocio que seguirá –podría ser free 2 play como TeamFortress o un juego de pago-, pero del que sí han dicho que no dejarán de evolucionar y perfeccionar constantemente en base a las sugerencias y opiniones de los usuarios. Tal vez por ello, el acceso al registro para la beta de DotA 2 ya ha sido abierto.