Cualquier juego de rol implica que podemos interpretar el papel de nuestro avatar a nuestro gusto; desde ser un santurrón hasta ser el tío más bastardo que ha existido en el universo en el que nos encontramos. Obviamente, es un punto digno de elogio para los guionistas del juego, el tratar de condensar tantas ramificaciones y consecuencias en base a cualquier virguería que se nos ocurra hacer en dichos juegos. Baldur's Gate 3 no es -ni puede- ser una excepción, y podemos tratar de interpretar a uno de esos dos arquetipos a través de nuestras selecciones y acciones. Pero a pesar de que se ha suprimido el sistema de alineamientos en la tercera parte del juego, no puedo evitar sentirme algo privado de ciertas ventajas o beneficios al haber elegido un camino recto y justo en el juego.
Más rápido, más fácil, más seductor
Creo que no voy a encontrar a muchos de vosotros que, si les pregunto, me digan que no conocen a Yoda o no han visto El Imperio Contraataca. En la escena en la que está entrenando a un bisoñísimo Luke Skywalker (Mark Hamill) a practicar acrobacias y fintas en el pantano de Dagobah, el joven prospecto de jedi le pregunta -con toda la lógica del mundo- si es más fuerte el reverso tenebroso de la Fuerza. A lo que Yoda le contesta ''No... más rápido, más fácil, más seductor'', dando a entender que dejarse guiar por los instintos primarios y abyectos propios del Lado Oscuro todo es más inmediato y sencillo para quien elige esa vía.
Y mira tú por donde, resulta que en Baldur's Gate 3 ese axioma del legendario maestro jedi encuentra una de sus mejores personificaciones. En varios puntos de la aventura es perfectamente factible iniciar una pelea contra un objetivo al que debemos abatir. No es ningún secreto que el objetivo final de muchas de las búsquedas es eliminar a un personaje concreto, o conseguir cierta información u objeto. Por no haceros spoilers, muchas de esas es posible superarlas sin violencia pero vamos a necesitar una suerte atroz en muchas tiradas de carisma, o vamos a tener que cumplir una serie de objetivos adicionales que podrían retrasarnos en nuestra búsqueda principal.
Tomemos por ejemplo el problema del campamento de los Tieflings. Hay cierto personaje que la narradora del juego sugiere que eliminemos mediante una quest. Si lo hacemos rápidamente y sin investigar, los druidas se volverán contra nosotros, pero conseguiremos el botín de su escondite, y aún podríamos salvar a Halsim posteriormente.
En Baldur's Gate 3 ese axioma del legendario maestro jedi encuentra una de sus mejores personificaciones
Pero si investigamos, las recompensas son algo más escasas, y hemos tenido que realizar algunas pesquisas para ponerle la mano encima a ese personaje. Si no lo matáramos, al rescatar a Halsim debemos acompañarlo para que resuelva el entuerto, y aunque ya no se requiere ninguna acción extra, nos roba tiempo. Es una muestra de que realizar acciones ''oscuras'' hace que el juego sea más rápido.
La dificultad también se reduce si elegimos el camino del ''lado oscuro''. Volviendo a tomar como ejemplo el dilema del Acto I acerca de ayudar o no a los Tieflings, si elegimos aliarnos con los druidas tenemos que enfrentarnos nosotros solos a todo bicho viviente que hay en el campamento Goblin, por no hablar que tenemos que eliminar a sus tres líderes que no son precisamente moco de pavo.
En cambio, si elegimos ayudar a los líderes y arrasar el campamento y la arboleda de los druidas, no sólo conseguimos aliados en la lucha que se avecina, sino que la disposición del campamento y las fuerzas a las que nos enfrentamos son más débiles (con la excepción de un personaje del grupo que se volverá en nuestra contra si tomamos esta ruta). Pero el combate y las pruebas que tienen lugar no son ni de lejos tan complicadas como las que hay que realizar si optamos por seguir la ''senda luminosa''. Y hay otros casos en los que es mejor tomar la senda oscura, como decidir qué hacer con Canción Nocturna en la sub trama de Corazón Sombrío (las recompensas en la vía oscura son algo mejores, pero con severas consecuencias).
Finalmente, podríamos decir que las decisiones ''malvadas'' en Baldur's Gate 3 también se muestran más seductoras. Si bien es cierto que podemos tener un romance con cualquier personaje del grupo en el título, a pesar de que la posibilidad de acostarse con un oso suene divertida, es menos sugerente y hasta ''picante'' que el affair que el jugador o jugadora puede tener con Minthara. Vale que este es un detalle menor en cuanto a gameplay, pero tras ver las escenas de romance de unos y otros, no puedo negar que la que se tiene con Minthara deja un lugar menos elevado a las otras; está más trabajada y es más visceral.
Aún no he finalizado la trama del juego, pero creo que ya voy captando un poco a lo que me voy a tener que enfrentar si sigo por donde voy: va a ser mucho más complicado y obtuso el querer ceñirme a unos principios rectos. Decir igualmente que ''ser bueno'' no está libre de ventajas, pero al comprobar las consecuencias de otros caminos, pues digamos que si pudiera volver a elegir, no es que lo hiciera de manera distinta, pero me lo pensaría bastante más.
Ser ''bueno'' es poco rentable en muchos otros juegos
El caso de Baldur's Gate 3, con sus consecuencias más dificultosas para el jugador si elige ser un personaje benévolo, no es único en los videojuegos. Un caso bastante conocido -por no decir paradigmático jugando un poco con parte de su sistema- es el de Mass Effect. Si bien es cierto que en el juego de Bioware las consecuencias eran más variadas, me inclino a pensar que las elecciones de tipo Renegado mostraban algo más de chicha y estaban mejor hilvanadas que las que tomabamos si eramos unos santurrones. Por ejemplo, en el juicio contra Tali Zora en Mass Effect 2, el alegato de Sheppard si elige la opción de renegado es mucho más enfático y tiene más ''poder'' -si queremos llamarlo así- que el expuesto por la respuesta de tipo Paragón.
En el juicio contra Tali Zora en Mass Effect 2, el alegato de Sheppard si elige la opción de renegado es mucho más enfático y tiene más ''poder''
O en la tercera y última parte de la trilogía, si elegíamos la opción de destruir a los Segadores en vez de controlarlos o fusionar la vida orgánica y sintética, hay una escena post créditos en la que se ve el pectoral de lado de la armadura de un solado de la N7 que, justo antes de pasar a negro y concluir el juego, vemos como quien la lleva respira. Y esa respiración se oye que es de alguien masculino o femenino, igual que el género de Sheppard que hubieramos elegido para jugar.
La pega es que para tener ese atisbo de esperanza en que el personaje sobreviviese, hemos tenido que elegir destruir no sólo a los Segadores, sino tambien a los Geth (muchos de los cuales estaban dispuestos a volver a vivir con los Quarianos si solucionábamos el conflicto con sus creadores), o a SID, la IA de la Normandy con la que Joker inicia un idilio y ella lo acepta no sólo por que le permite explorar un poco la humanidad, sino porque la ayudaba a sentirse un poco más como tal.
Son sólo unos pocos ejemplos en los que esas elecciones virtuosas hacen más difícil el ''playthrough'' del jugador, o lo que vemos en pantalla no se corresponde a veces en cuanto a intensidad con lo vivido desde la perspectiva más sombría o rebelde. ¿Significa esto que no renta o no se disfruta tanto un juego de rol si queremos interpretar a personajes pacíficos o beningnos? No necesariamente. Simplemente se nos mostrará algo distinto.
Volviendo al caso de Baldur's Gate 3, es algo que tiene en común con la trilogía de Mass Effect, o los Dragon Age, o los RPG de Bethesda en general. Muchos tienen ramificaciones y distintos desenlaces para muchas elecciones, y son un incentivo para volver a jugar al juego experimentándolo todo. Ya no sólo encarnando a otra clase o personaje de distinto género o raza, sino tomando el camino fácil, que aunque aquí no se llame ''de la maldad'' como lo definía Yoda, sí que es más rápido y abyecto en muchos casos.
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