¿Conoces el término FOMO? En inglés, Fear Of Missing Out se describe como una ansiedad social que surge cuando uno está ausente de experiencias generalmente gratificantes, lo que provoca el deseo de estar siempre conectado para comentar la última serie popular, una película recién estrenada o ese videojuego que está sorprendiendo a todo el mundo. Baldur's Gate 3 se ha establecido como uno de los grandes fenómenos del momento, pues no son pocas las personas que se han reactivado en redes para opinar sobre el RPG de Larian Studios. Sin embargo, y a pesar de que los jugadores están compartiendo una experencia cargada de hechizos, decisiones, combates y situaciones extravagantes, resulta que cada uno está viviendo una partida muy diferente a la de los demás. Algo que, irónicamente, descubrí tras dejarme llevar por el ilógico a la par que ineludible síndrome FOMO.
A partir de aquí, profundizo en algunas de las situaciones más rocambolescas que he vivido durante mis primeras horas en Baldur's Gate 3 y añado experiencias ajenas a mi partida. Así que, si bien es cierto que no trato aspectos de la historia principal, quizás quieras evitar la lectura de este texto para evitar spoilers relacionados con todo lo que ofrece Larian Studios en su juego.
Porque sí, todos coincidimos en que Astarion es uno de los mejores personajes, la habilidad Guía de Corazón Sombrío es de gran utilidad al principio del juego y Larian Studios ha logrado conformar un mundo que responde a nuestras ideas más inverosímiles. Pero, más allá de la toma de decisiones en diálogos importantes, el RPG es capaz de ofrecer experiencias muy distintas en base a elecciones que apenas tenemos en cuenta. Y no, no me refiero a la posibilidad de charlar con un NPC, intimidarlo o matarlo a sangre fría, sino que nuestras partidas se mueven por caminos distintos desde el momento en el que creamos a un personaje de cero.
Partidas diferentes desde el nivel 1
El RPG ofrece diferentes alternativas basándose en una de las primeras decisiones del jugador: escoger clase.
Como bien sabrás si estás familiarizado con experiencias RPG, la creación de un personaje viene acompañada de una decisión crucial para el resto de la aventura: la clase. Porque, más allá de controlar a un enano, un semielfo o un drow (razas que, a su vez, implementan opciones adicionales para movernos por este mundo fantástico), los combates pueden abordarse de mil maneras distintas según las habilidades que posee nuestro protagonista por ser Druida, Clérigo, Paladín, Mago o cualquiera de las 12 alternativas que ofrece Larian Studios, sin contar las 46 subclases entre las que elegir.
Y estas diferencias se observan cuando conversas con cualquier usuario que esté recorriendo Baldur's Gate 3 en estos momentos, algo que sucede cada vez que hablo del RPG con uno de mis amigos más enganchados a Dragones y Mazmorras. Os pongo un ejemplo: gracias a la habilidad 'Hablar con animales' de mi Druida, he podido evitar un combate aparentemente complicado contra un Oso Lechuza y he invitado a un perro a mi campamento; todo ello sin pensar si puede ser clave para el desarrollo de la historia principal. Mi amigo, sin embargo, no encontró a estas criaturas en sus más de 30 horas de juego, y posiblemente no se cruce con ellas en lo que le queda de aventura. Y sí, lo sé, acoger a un chucho en el campamento no sirve de nada, pero yo lo tengo y soy más feliz por ello.
Pero, más allá de mi manía por comunicarme con toda criatura que no hable común, las partidas de Baldur's Gate 3 también pueden diferenciarse con nada más y nada menos que la suerte. Porque sí, puedes tener competencia en Percepción y una lengua afilada que es capaz de engañar a cualquiera, pero una mala tirada puede echar por tierra todas tus intenciones. Y esto puede ser crucial a la hora de encontrar lugares secretos u obtener un desenlace sorprendente en un combate, lo que alimenta esa sensación de estar disfrutando de dos experiencias muy distintas.
Un juego que se adapta a tu filosofía
Ideas extravagantes y suerte: una combinación que garantiza grandes momentos en Baldur's Gate 3
Ahora bien, ¿y qué pasa si un jugador quiere crear un personaje desastroso? Baldur's Gate 3 no te permite controlar los dados más allá de asegurar un equilibrio algo injusto, pero no tiene ningún problema con ofrecer alternativas horribles que rompen la entelequia de controlar a un héroe de buen corazón. De hecho, yo intento llevar a mi personaje por un camino loable y noble (con algún desliz realizado a propósito, todo sea dicho), pero la experiencia no tiene por qué ajustarse exclusivamente a tal filosofía.
Mi amigo es un buen ejemplo de ello. Su ideal a la hora de moverse por Baldur's Gate 3 y establecer contacto con NPC se basa en una premisa sencillísima: "Disparo primero y luego uso 'Hablar con los muertos'"; siempre y cuando éstos estén dispuestos a comunicarse con su asesino. Es una estrategia totalmente válida para hacerte un nombre en el RPG, además de ser una manera creativa (y algo genocida) de explorar los límites del juego. Y lo mejor no es que Larian Studios haya incluido este camino alternativo para quien desee protagonizar matanzas allí donde vaya, sino que, además, permite que el usuario cambie de idea en cualquier momento de la aventura. A fin de cuentas, mi colega está aprovechando su tiempo en el juego para experimentar con hechizos, acabar con los que le caen mal y ligar con todos sus acompañantes. Y, sinceramente, a mí me sirve de inspiración para tomar un camino propio en el que pueda alternar el comportamiento de mi Druida para que sea altruista y maquiavélica a partes iguales. Es decir, ¿acaso la libertad de decisión no es clave tanto en Baldur's Gate 3 como en Dragones y Mazmorras?
Y este es uno de los motivos por los que me alegro de ver vídeos en Twitter con situaciones extravagantes, imágenes con secretos ocultos por Larian Studios y comentarios sobre las peripecias que vive la comunidad en Baldur's Gate 3. Porque, más allá de comerme spoilers indeseados (algo a lo que me arriesgo desde el momento en el que entro a una red social), seguramente yo no voy a experimentar todas estas situaciones en mi partida. El FOMO, como todo en la vida, tiene contrapuntos amargos, pero ahora me ha demostrado que mi Druida está viviendo una aventura bastante única.
En 3DJuegos | Una de las mejores decisiones de Baldur's Gate 3 estaba oculta a plena vista desde hace casi 3 años
En 3DJuegos | Cuando el saqueo indiscriminado se convierte en tu mejor arma en Baldur's Gate 3
Ver 21 comentarios