PS5 por fin tiene el RPG de fantasía que tanto quería como abanderado

Nunca he sido partidario de llamar guerra de consolas a la competición por el mercado de Xbox y PlayStation por varios motivos, pero el principal gira alrededor del hecho de que me parece una visión bastante reduccionista de algo mucho más complejo. Sin entrar en detalles, porque eso daría para un post diferente y quiero ir al grano, lo veo más como una enorme partida de ajedrez que se libra en diferentes tableros al mismo tiempo y, claro, uno  de los más importantes es el tablero del RPG y, tanto si ha sido voluntario como si no, ahí esta noche Sony ha hecho un movimiento de piezas muy interesante y que podría tener detrás más táctica de lo que parece.

Pero para empezar a hablar de esto y de lo que supone, hay que hacerlo dando un breve contexto con los últimos movimientos de Microsoft en años recientes. Como si de vasos comunicantes se tratara, esos diferentes tableros ofrecen recursos limitados y cuando uno de los recipientes está muy lleno, el otro suele andar algo más justo. Es precisamente lo que se ha dedicado a hacer los de Redmond desde 2018 con la compra de Obsidian y la de inXile que se anunciaron al mismo tiempo, y casi un año después la mastodóntica adquisición de Bethesda: vaciar todo lo posible el recipiente de Sony. Con esos tres movimientos la compañía de Phil Spencer se hacía con marcas tan relevantes para el género como The Elder Scrolls, Starfield, Fallout, Wasteland o Pillars of Eternity, entre otras, pudiendo decidir el futuro de las siguientes entregas de todos esos episodios en cuanto a en qué plataformas pueden lanzarse. Casi nada.

El movimiento de PlayStation en el RPG

Esto podría haber obligado a Sony a mover ficha, lógicamente, puesto que ese tablero es lo suficientemente jugoso como para convertirse en una preocupación para ellos. Si bien en el área shooter trataron de ponerse en guardia para tratar de contrarrestar los no menos impresionantes movimientos de Microsoft en ese campo con la compra de Bungie, lo cierto es que en el género del rol la cosa no es tan sencilla. Quitadas todas esas piezas del tablero, no hay tantos equipos de relumbrón con los que levantar la ilusión de la afición. BioWare no está en su mejor momento y pertenece a Electronic Arts, por poner un único ejemplo.

Así que, teniendo bien cubierto el campo de los RPG de carácter oriental para los próximos tiempos con multitud de lanzamientos, el primer movimiento para asegurase al público más interesado por la sensibilidad occidental en este género fue el de asegurarse la exclusividad en consolas del remake de KOTOR, prometiendo un lanzamiento en PS5 y PC. Su desarrollo está siendo algo turbulento, y se espera para mediados de 2024 según las últimas informaciones, si es que no hay retrasos. La jugada es fantástica, se aseguran uno de los RPG más prestigiosos de la historia y, recordemos, cuya primera y segunda entrega salieron en PC y Xbox, pero 18 meses es mucho esperar en un momento en el que PlayStation recupera por fin el pulso al stock de PS5 en todo el mundo, y en el que necesita grandes proyectos que atraigan ventas incluso en públicos algo más de nicho.

Ahí es donde entra en juego el anuncio del lanzamiento de Baldur's Gate III en PS5 y la relevancia de la exclusiva en consolas (sólo temporal, pero con PlayStation nunca se sabe por cuánto, porque muchos aún esperan la versión para Xbox de Final Fantasy VII Remake que se lanzó en 2020). La saga Baldur's Gate tiene aún más enjundia que la de Caballeros de la Antigua República para los aficionados más clásicos, y supone un importante atractivo para los aficionados al rol de entre 30 y 40 años que ya no juegan tanto en PC como en consola. Además acerca a Sony a Larian, uno de los estudios más en forma del momento que, seguramente, tendría un precio muy asequible y que tiene un talento absolutamente descomunal como demuestran las dos entregas de Divinity Original Sin que, sin exagerar ni un ápice, son dos de los mejores juegos de rol de los últimos diez años.

El atractivo y el éxito de la jugada habrá que esperar para verlos a los resultados comerciales postlanzamiento, pero es un movimiento de piezas muy, muy interesante en el tablero del RPG. Y da a Sony lo que tanto quería, un juego de rol occidental emblemático para PS5 y, quizá, la posibilidad de acabar comprando una Larian que es una pieza demasiado jugosa para seguir por libre mucho tiempo más.