Prácticamente desde el momento en el que Nintendo Switch demostró tener más compatibilidad con los juegos multiplataforma, los fans comenzaron a pedir Borderlands para la consola híbrida. Y puede que BL3 esté aún fuera de la ecuación, pero Borderlands Legendary Collection es una realidad y ha llegado pisando muy fuerte.
La gente lo pedía, y ha llegado: Borderlands Legendary Collection está disponible en Nintendo Switch. 2K ha puesto toda la carne en el sacador con este recopilatorio y el también muy interesante BioShock The Collection, aunque en el caso concreto de los macarras y alienígenas de la saga de Gearbox hablamos de (fácilmente) cientos de horas de vida útil… para cada uno de los tres juegos que se integran en el paquete: el Borderlands original, Borderlands 2 y Borderlands: The Pre-Sequel! —y todos sus DLC— dejando de lado únicamente el más reciente Borderlands 3, que en el momento de escribir estas líneas no está ni anunciado para la consola híbrida. En otras palabras, tenemos ante nosotros casi todas las entregas troncales de uno de los loot shooters más queridos de la historia, que no es poco.
Así, de entrada, no hay razón para no recomendarlo a cualquiera que le parezca curioso o simplemente quiera ponerse al día con la serie, pues si en algo destaca esta Legendary Collection es en volumen de contenidos. Ahora bien, si entramos en detalles hay algunas cosas que merece la pena preguntarnos antes de pasar por caja: ¿qué versión exacta de Borderlands "1" estamos jugando? ¿Cuánto pesa la colección, y cuántos juegos caben en el cartucho? ¿Cómo rinde cada juego respecto a otras plataformas? ¿Hay alguna novedad que no estuviera presente en el resto de versiones de cada juego? Al preparar respuestas para estas cuestiones, diría que hay más contestaciones positivas que negativas, aunque por supuesto cada uno tendrá que medir el peso de cada punto por su cuenta.
Y al margen de todo lo que representa la tarea de adaptación a este nuevo formato, toca preguntarse también qué tal han sobrevivido los primeros Borderlands al paso de los años, pues a fin de cuentas el juego más reciente del recopilatorio se puso a la venta originalmente en 2014, y desde entonces el género ha evolucionado mucho y pasado por otras tendencias. Os adelanto que el resultado es satisfactorio. Sin florituras, claro, pero es una jugabilidad que no ha envejecido tanto como parece.
Toneladas de puras gamberradas espaciales
Un par de meses antes del lanzamiento de la Legendary Collection, la comunidad de Reddit encontraba comentarios del equipo tras la adaptación, Turn Me Up, en relación con las ambiciones técnicas de su repertorio. Y lo que se encontró en aquel entonces era bastante prometedor: 1080p y 30 FPS (para el modo TV, claro)... sin ningún tipo de recorte gráfico, por lo que a grandes rasgos debería verse igual que el resto de versiones de sobremesa. ¿Han cumplido su cometido? Lo han hecho, y con creces.
Normalmente uno no espera que juegos de 2008, 2012 y 2014 tengan la capacidad para sorprender gráficamente a estas alturas, pero ver estos juegos en movimiento en una pantalla portátil impone (con perdón de otras adaptaciones como la de DOOM) sobre todo si tenemos en cuenta que el uso de gráficos cel-shading camufla muchas de las carencias que títulos como Borderlands 1 presentan a día de hoy. Algunas texturas pueden sentirse algo planas o faltas de 'atrezzo', y no puede decirse que todas las animaciones estén a la altura.
Pero hay un detalle importante que no quiero pasar por alto, y es que el primer Borderlands incluye buena parte de las mejoras de la edición GOTY Enhanced, una versión mejorada que se publicó en 2019 en un intento de llevar las aventuras originales de Pandora a la actualidad. Ni que decir tiene que en Switch no podemos jugar a 4K y con HDR, pero sí que hay algunos aspectos técnicos mejorados respecto al Borderlands clásico incluyendo resolución de texturas y modelados, así como avances mecánicos: puedes cambiar la cabeza de los buscacámaras, usar un cofre dorado en la estación de Fyrestone y encontrar nuevas armas aquí y allá.
La sensación de controlar la mira con los Joy-Con en primera persona no ha sido ideal
Cualquier pega que encontremos a los gráficos del primer juego es peccata minuta: el cómputo general es estupendo. Borderlands 2 lo demuestra en sus primeros minutos, tan pronto como la cuenca gélida de Liar's Berg se abre ante nuestros ojos y podemos comprobar cómo la consola se muestra cómoda mostrando un mapa abierto con múltiples torosimios saltando y lanzando rocas al mismo tiempo. 30 FPS, sí, pero rocosos y con, a simple vista, un 'frametime' muy suave incluso durante las contiendas. The Pre-Sequel no se queda atrás, y puesto que es el último en llegar a tiendas, también es el más interesante: juega más con las físicas, con las animaciones y los efectos de 'shading' que se aprecian mucho en el valle volcánico de Serenity's Waste y más allá. Llama la atención también que todos los juegos del pack tienen una barra de campo de visión personalizable, e incluso si la aumentas al máximo no parece que la fluidez se resienta. Sin embargo, en lo tocante a sensaciones TPS plantea una nueva duda: la antigravedad y la verticalidad que eso conlleva. ¿Cómo se sienten los controles y el manejo del juego? Bueno, más o menos: digamos que, más bien, se las apaña.
En Nintendo Switch, no he jugado más shooters que Splatoon, y francamente la sensación de controlar la mira con los Joy-Con en primera persona no ha sido ideal a pesar de poder personalizar la sensibilidad de las palancas para cada título por separado. Si tienes el mismo problema pero no cuentas con un mando Pro u otro control compatible con la consola, al menos te alegrará saber que cada juego tiene controles por giroscopio que se pueden activar opcionalmente desde el menú. Es más, puedes ajustar la sensibilidad de esta función por separado respecto a la sensibilidad de las palancas, algo que se agradece enormemente porque el giroscopio es una especie de control suplementario para controlar la mira, más que el método principal para movernos mientras corremos por el escenario.
Sorteando este problema, lo cierto es que la acción de Borderlands no ha envejecido particularmente mal con el paso de los años, y por consiguiente tampoco echamos en falta ninguna otra novedad. Es cierto que volver a estas campañas tras acostumbrarse a un Borderlands 3, que cuenta con deslizamiento y escalada y dos modos de disparo para las armas se siente algo chocante, pero no es algo demasiado grave ni hace que los juegos de la colección se sientan anticuados en absoluto. Lo verdaderamente importante es que tras tantos años se sienten cómodos y bastante vistosos para el hardware que tenemos literalmente entre manos, y que además de las muchas horas de contenidos que ofrecen en el juego base también incluyen todos los DLC.
Es decir, que podemos disfrutar de personajes como la Mecanomante y el Psicópata en BL2 o la Baronesa y el Doble de Jack en TPS; todos ellos con varias cabezas y paletas extra desbloqueadas desde el principio, o las misiones, armas y contenidos de descargables tan icónicos como Borderlands 2 - Tina Chiquitina Asalta la Mazmorra del Dragón, que seguramente sea el DLC más querido de la historia de la saga. Pero al margen de la calidad gráfica, controles y contenidos, hay un par de puntos más que tenemos que tratar.
El primero es el multijugador. Tradicionalmente, la saga Borderlands ha sacado pecho de su modo cooperativo para hasta cuatro jugadores, que no ha faltado en ninguna entrega. Aquí también es posible jugar con nuestros amigos tanto en modo local como a través de internet, pero si optamos por la pantalla partida solo podremos añadir una persona a la acción. Si quieres más, toca conectarse al router e intercambiar claves de amigo, y eso es válido para los tres juegos del repertorio. Entendible, claro, pero algo que algunos pueden considerar decepcionante.
El último gran pero que tiene el juego es en realidad un problema que arrastran muchas adaptaciones a Nintendo Switch: la descarga de datos adicional. Si quieres hacerte con Borderlands Legendary Collection en formato físico, debes tener en cuenta que el cartucho solo incluye una parte de Borderlands 1, lo que significa que te espera una descarga adicional de 7 GB solo para ese título. Los otros dos suponen 35 GB de peso adicional, más que la memoria interna de la consola, así que necesitas hacerte con una tarjeta SD externa para disfrutarlos una vez se descarguen. No es algo que influya especialmente en la valoración, pero tómalo como una advertencia si estás pensando en hacerte con el recopilatorio.
Borderlands Legendary Collection tiene dos claros caballos vencedores: un volumen absurdísimo de contenidos que disfrutar durante cientos de horas, y unas ambiciones técnicas muy difíciles de igualar en el hardware de Nintendo Switch. Puede que Turn Me Up y Gearbox no tengan la trayectoria de Virtuos o Saber Interactive en cuanto a adaptaciones para la máquina híbrida, pero con esta pueden presumir de haber hecho todo lo que parece razonablemente posible. Incluso si resulta evidente que son juegos con alrededor de diez años de antigüedad, terminan resultando más o menos cómodos y perfectamente disfrutables.
Comprar Borderlands Legendary Collection- Pese a los años y las limitaciones de hardware, los tres juegos se sienten disfrutables.
- Gráficos, resolución y fluidez bien balanceados: a nivel técnico, no se le puede pedir mucho más.
- Un volumen de contenidos casi inabarcable, con cientos de horas de material por delante.
- El primer Borderlands cuenta con mejoras de la versión más reciente, GOTY Enhanced.
- Multijugador local solo para dos jugadores en lugar de cuatro.
- Requiere una descarga de contenidos enorme que puede desanimar a algunos jugadores.
- El control con Joy-Con no se siente muy cómodo, el giroscopio es casi una obligación para apuntar.
