Call of Duty: Modern Warfare 2 es sin duda una de las entregas más queridas de la saga, por su acción tan variada, por personajes como Soap, Price o Ghost; y también por niveles tan emblemáticos (¡y polémicos!) como "Nada de ruso". La cuestión es qué tal ha sobrevivido al paso de los años, y si dejar atrás el modo multijugador ha sido una decisión acertada.
Crash Bandicoot: N. Sane Trilogy, Crash Team Racing Nitro-Fueled, Spyro: Reignited Trilogy… parece innegable que Activision le está cogiendo el gustillo a eso de remasterizar clásicos, lo cual no me extraña en absoluto teniendo en cuenta el factor nostalgia del que disfrutan muchas de sus IP. La más grande de todas es sin duda la saga Call of Duty, y también es a la que más partido se le está sacando. Tras Call of Duty: Modern Warfare Remastered (2017) el editor norteamericano firmó un 'reboot' en Call of Duty: Modern Warfare (2019) y aún guardaba bajo la manga este Call of Duty: Modern Warfare 2 Campaign Remastered. En otras palabras, casi la totalidad de los MW están de regreso y en muy buen estado de salud, aunque si no quieres perderte nada tendrás que saltar de un juego a otro.
¿Cómo es eso? Pues muy sencillo: a diferencia de lo que ocurrió hace más de dos años, la remasterización de MW2 no incluye ningún modo multijugador, está limitado a la campaña. Alternativamente, Activision reduce el precio del programa hasta los 24,99 euros e insta a los jugadores a iniciar sesión en CoD MW (2019) y Call of Duty: Warzone para seguir explorar los nuevos contenidos temáticos de MW2. Eso conlleva cosas buenas y cosas malas, claro: debes hacerte con la entrega de 2019, que es de pago, para probar los nuevos mapas, modos y armas, aunque estos últimos sean gratuitos para todos. Que el balance final sea positivo o negativo lo dejo en tus manos, aquí me limitaré a hablar de los contenidos de MW2 Campaign Remastered.
Volver a esta campaña tras más de 10 años es una experiencia sorprendentemente buena. Ni la jugabilidad ni los mapeados han envejecido mal, y los nuevos gráficos, concedidos por el motor de MW 2019, le sientan muy bien tanto a los entornos como a los personajes. No todo es perfecto, claro, y a veces se le ven las costuras, pero en general diría que es un juego disfrutable tanto para los veteranos como, tal vez en menor medida, para los que simplemente buscan un buen FPS para un jugador. Vamos con ello.
La acción de siempre, más espectacular que nunca
Si leíste el análisis de Call of Duty: Modern Warfare Remastered o jugaste al juego, seguro que encontrarás unos cuantos puntos en común con el planteamiento de aquel. Beenox, el estudio a cargo del desarrollo, ha creado nuevos modelados, animaciones y efectos para el proyecto, pero la jugabilidad se mantiene esencialmente intacta. No es un remake que se tome libertades para mejorar lo que no funcionase en su día o añada nuevas sorpresas, sino una remasterización de tomo y lomo totalmente fiel a la obra original. Encontrarás algunas mejoras en el menú de opciones o la interfaz, pero ten en cuenta este detalle si ya jugaste al MW2 de 2009: no verás ninguna novedad más allá del apartado técnico.
En ese punto, sin embargo, la renovada campaña de MW2 brilla con luz propia. Los aliados que nos acompañan durante las misiones son mucho más creíbles durante las escenas cinemáticas, cada localización se siente más viva y vibrante y las escenas donde el escenario se destruye o tienes que lidiar con la niebla son espectaculares. También hay algunos momentos (breves, pero intensos) para quedarse pasmados. Por ejemplo, al final del acto 1 visitamos Río de Janeiro para interceptar a un traficante de armas oculto en las favelas. Es una misión genial para hablar de los gráficos, porque notarás que la luz del sol se refleja en las planchas metálicas que hacen de techos en las casas o que el escenario montañoso de fondo es mucho más colorido e intenso que en el juego original.
Como os digo, es solo un ejemplo, pero la campaña está llena de momentos así. Combinando los esfuerzos en iluminación, animaciones, texturas, modelados y demases, el producto final está a la altura de cualquier campaña actual de Call of Duty, que se dice pronto. Ahora bien, hay algunos apartados donde no todo se siente igual de bien adaptado a los tiempos que corren. Casi todos ellos tienen que ver con el mapeado o la accesibilidad, y si bien no hay mucho que hacer con lo primero, lo segundo sí podría haber mejorado un poco. No hay nada demasiado grave, pero tampoco se puede pasar por alto.
Vuelta a Brasil: Soap, Ghost y Roach persiguen al traficante Alejandro Rojas por los tejados de las favelas, aunque en el juego estas tienen un aspecto laberíntico. Mientras luchas con los hombres de tu oponente (son muchos y el mapa es muy vertical), tus compañeros te hablan por radio: "¡lo acorralaremos por la derecha, tú ve por el tejado!" Algo que tiene sentido total, de no ser porque la forma del escenario no deja nada claro cómo llegar al tejado. Tienes que pausar el juego para ver el mapa, algo que le hace flaco favor a situaciones como esta. Al final todo se reduce a pararte un poco a buscar dónde está la dichosa escalera, pero el proceso es un poco frustrante porque no dejan de dispararte desde todos los ángulos, de gritarte, pero sin un simple punto de ruta que te diga "ahí es donde tienes que ir".
La ausencia de mapa es parte de la decisión más grande de apostar por una interfaz minimalista y súper inmersiva, que resulta satisfactoria en prácticamente todo el resto de la campaña. A fin de cuentas, hablamos de un shooter pasillero con misiones de 10 a 20 minutos de duración. También hay algún que otro punto donde el problema del mapa laberíntico se replica, pero a la inversa: en cierto punto del acto 2 defendemos el suelo norteamericano de los rusos a través de una calle en línea recta, donde solo te desvías para entrar en algunas casas a matar enemigos o coger algún coleccionable. Hay pocos momentos como ese, pero cuando llegan, se sienten algo flacos a día de hoy.
Es una remasterización fiel a la original, para lo bueno y para lo malo
No me malinterpretes: los momentos de los que hablo son breves, muy específicos, y hasta cierto punto comprensibles en una campaña tan antigua. Por suerte, en un sentido más amplio MW2 se ve y se siente muy actual. Y eso que no hay jetpacks, ni dobles saltos, ni puedes correr por la pared, ni deslizarte. Todo se reduce a tomar cobertura, agacharse y disparar, por lo que igual hubiera venido bien contar con las mecánicas de apuntado de MW (2019). Pero, ya sabes: una remasterización fiel a la original, para lo bueno y para lo malo. ¿Cuál es el secreto para conseguir que la jugabilidad se conserve tan bien en pleno 2020? Principalmente, que la mayoría de misiones de la campaña tengan una respetable variedad de acción. Nunca pasas demasiado tiempo con las mismas armas en las manos, y de vez en cuando pruebas nuevos "juguetes" —piolets, vehículos, misiles teledirigidos, gafas de visión nocturna y más— que renuevan el curso de la acción.
Hay algún que otro detalle interesante que merece la pena mencionar, también, y es que antes de empezar la campaña el juego te pregunta si deseas ver los momentos más violentos (nada tan gráfico como las escenas más 'gore' de los Black Ops) o si quieres saltarte directamente la misión "Nada de ruso". Es muy probable que la conozcas ya porque ha trascendido a la historia, pero si no es el caso, te adelanto que en ella, interpretas a un soldado americano infiltrado en un grupo terrorista clave para la historia del juego; durante los primeros minutos participas en un atentado en el aeropuerto internacional de Moscú abriendo fuego contra civiles inocentes. En el original ya se te daba la opción de no disparar, pero para que la misión tuviera éxito no podías hacer nada para frenar a Makarov y sus hombres. Por supuesto, incluso si eliges participar en la misión el juego te advertirá que estás ante una obra de ficción y que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.
Independientemente de que elijas jugar esa misión o saltarla, podrás seleccionarla más tarde desde el menú principal, que también incluye una buena lista de opciones para personalizar los controles (tanto ajustes de sensibilidad como mapeado del mando). Por ahora, solo puedo hablar de la versión de PS4 del juego, que permanecerá como exclusividad temporal durante un mes. Es de esperar que la versión de PC ofrezca una variedad de posibilidades de configuración a la altura de MW 2019, pero será necesario esperar para ver si termina siendo así o no. En PS4, el juego se mueve a 1080p y 60 FPS rocosos, e incluso en los momentos más tensos la fluidez no se resiente. Y, como era de esperar, el juego llega traducido y doblado al castellano en textos, voces y subtítulos.
En resumidas cuentas, Call of Duty: Modern Warfare 2 Campaign Remastered es una muy buena adaptación para una entrega que ya de por sí fue recibida con los brazos abiertos en su día. Plantea muchas mejoras en el apartado técnico, pocas o ninguna en lo jugable, y te da la opción de ignorar los puntos más crudos de la historia si es lo que prefieres. Hay algunos puntos en los que el paso del tiempo ha hecho mella, y no le hubiera venido mal rescatar alguna mecánica de juegos posteriores, pero incluso siendo tan fiel a la producción original se siente prácticamente un juego actual tanto a la vista como a los mandos.
- Salvo en puntos muy concretos, la jugabilidad ha sobrevivido bien al tiempo.
- A nivel de gráficos y animaciones no solo cumple, sino que en ocasiones sorprende.
- Una campaña memorable con varias misiones trascendentes para el género.
- La decisión de omitir el multijugador y el modo Spec Ops no gustará a algunos.
- Es fiel al original en lo bueno… pero también en cosas malas con fácil corrección.
