Análisis de Modern Warfare 3

Análisis de Modern Warfare 3
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La IP más vendida de los shooters bélicos, uno de las sagas más exitosas de todos los tiempos y, también, la franquicia más polémica de la actualidad. Activision e Infinity Ward recuperan su gran estado de forma para brindarnos otra muy buena entrega de la serie Call of Duty para PC. La trilogía Modern Warfare 3 concluye de una forma mucho más conformista si la comparamos con su revolucionario comienzo, pero aún así aporta un cierre a la altura de sus dos brillantes precedentes.

Quizá injustamente denostada por las prácticas comerciales de sus distribuidores, la saga Call of Duty goza de una sorprendente mala prensa en la mayoría de círculos de usuarios. Los precios altos de sus productos retail, lo caros que resultan sus packs de mapas y el hecho de que Infinity Ward y Treyarch solapen sus trabajos para que haya una entrega cada año son elementos que han demonizado a Activision hasta tal punto, que muchos olvidan la enorme calidad que esconden los productos que estos dos estudios producen para ella.

En 3DJuegos, sin embargo, siempre hemos buscado abstraernos de toda esta corriente negativa que rodea a la franquicia, y valorar a sus productos como lo que son, una veterana saga de acción bélica que ha procurado excepcionales réditos en cuanto a diversión y entretenimiento a millones de aficionados de todo el mundo. Lo fácil hubiera sido unirse a la corriente destructiva con la IP bélica y haberlo machacado, pero eso hubiera resultado injusto, especialmente teniendo en cuenta la alta calidad de sus lanzamientos y el concepto revolucionario del spin-off Modern Warfare que es, de hecho, uno de los focos más importantes en cuanto al progreso que ha experimentado el género de la acción bélica en primera persona en los últimos tiempos. Y es que sus sistemas persistentes de progreso, sus adictivas mecánicas de perks y sus apasionantes modalidades han sido la gran inyección de innovación que el género bélico necesitaba tras unos primeros compases de siglo XXI en el que casi todas sus propuestas obedecían a cansinos conceptos de Segunda Guerra Mundial.

Hasta la llegada del primer salto a la guerra contemporánea por parte de Infinity Ward, éstos juegos históricos inundaban las estanterías de los comercios de videojuegos con productos geniales como los primeros Call of Duty o Brothers in Arms, y en otras ocasiones discretísimos, pero preocupantemente hipertrofiados en cualquier caso.

Ahora, en pleno año 2011, llega la tercera entrega de esta sub-saga, el episodio que cierra la trilogía que nos ha llevado en un conflicto mundial creciente hasta la invasión sobre los Estados Unidos por parte de la "amenaza roja". ¿Un topicazo? Seguro, y probablemente de los más infantiles, pero también una excusa para disfrutar de algunos de los más espectaculares y eficaces tiroteos del año. Modern Warfare 3 pierde por el camino el concepto innovador y precursor de los dos primeros episodios de esta serie, pero mantiene muchos de los elementos más característicos como su aparatoso espectáculo de acción o su homenaje al cine de acción más palomitero de la factoría hollywoodiense.

Made in América -Campaña Individual-
El Modo Historia de este Modern Warfare 3 adolece de los mismos defectos y goza de las mismas virtudes de lo que han venido siendo los productos de Infinity Ward como estudio desde sus primeros títulos de la saga Call of Duty. Esto significa entre lo positivo campañas con una intensidad poco menos que inigualable y con un componente de aparatosidad que roza lo épico y, en el lado menos brillante de la moneda, entretenimientos de una brevedad que resulta irritante para cierto perfil de aficionados. Para luchar contra ello la franquicia siempre ha ofrecido el demoledor nivel de dificultad Veterano, con un nivel de reto de impresionante desafío, y con un componente de resistencia por parte del enemigo que nos obliga a maximizar las posibilidades de sus respetablemente grandes y, a menudo, laberínticos escenarios a la hora de sacar el máximo provecho de nuestras habilidades de comando.

La historia continúa los hechos donde los dejaba la segunda entrega de los spin-off, y además, ofrece la posibilidad de volver a entrar en contacto con veteranos protagonistas de la franquicia como Soap o Price. En la fiel tradición de los trabajos precedentes de Infinity Ward, encarnamos una vez más a varios protagonistas al mismo tiempo, héroes diferentes en lugares distintos del planeta Tierra que simultanean sus misiones para luchar contra el terrorismo a escala mundial.

El juego comienza como una montaña rusa y no detiene sus subidas y bajadas en ningún momento del modo historia, con una apertura espectacular y un ritmo in-crescendo que nos lleva por varios lugares de diferentes continentes y que nos sitúa en situaciones límite de forma constante. Como es costumbre sólo nos llevará unas cinco horas superar la oferta off-line del programa, una duración que lamentablemente se ha estandarizado como patrón habitual del género y que parece ser la adecuada para que Infinity Ward refine su fórmula de flamígero espectáculo de acción sin resultar agotadora por una sobreexposición.

Toda la espectacularidad de Call of Duty regresa con Modern Warfare 3. El campo de batalla está en nuestro propio hogar.
Toda la espectacularidad de Call of Duty regresa con Modern Warfare 3. El campo de batalla está en nuestro propio hogar.

La historia, como es costumbre en la saga, tiene una importancia minúscula en el conjunto de su oferta jugable. Los hechos que comenzaban a vislumbrarse en Modern Warfare 2 se desatan definitivamente en esta tercera parte, y la ofensiva sobre Estados Unidos y el resto de países del mundo libre alcanza aquí un nuevo nivel de destrucción y desesperanza. Como el jugador rápidamente detectará, se trata únicamente de proporcionarnos objetivos que nos lleven de un punto a otro del planeta con mayor o menor dinamismo, y que nos permitan llevar a cabo guiños a héroes y situaciones habituales de la franquicia en un carrusel de secuencias de acción gloriosas que elevan la acción bélica a algunos de los picos más altos de los videojuegos recientes en cuanto a intensidad.

Si la saga Battlefield apuesta por un mayor realismo y Homefront por la crudeza, Modern Warfare por el contrario lo hace por la pirotecnia más descarada y el tiovivo de sensaciones más desatado. El guión no importa, de hecho hemos pasado por él muy por encima en este análisis, se trata únicamente de que el jugador se sienta partícipe de una guerra breve pero de enorme vigor en la que también hay lugar para los momentos crudos (hay una secuencia muy en la línea de lo visto en Modern Warfare 2 con el aeropuerto, pero en esta ocasión centrada en una familia de vacaciones en Londres), pero que sobre todo busca el entretenimiento por el entretenimiento. Tan sencillo como eso.

Paradise Circus -Experiencia Jugable-
Como experiencia desde el punto de vista más tradicional, un Call of Duty no tiene precio. Se trata de recuperar lo que hacía divertido a los videojuegos en el pasado en el campo del entretenimiento más divertido, rápido y accesible, y en ese sentido los chicos de Infinity Ward son unos verdaderos expertos a pesar de la fuga de talentos que sufrieron el año pasado, y que muchos pensaban que lastraría de sobremanera la experiencia que depara este Modern Warfare 3.

El sentido épico de la aventura vuelve, y en esta ocasión se acentúa por el hecho de que visitaremos muchos lugares que todos conocemos.
El sentido épico de la aventura vuelve, y en esta ocasión se acentúa por el hecho de que visitaremos muchos lugares que todos conocemos.

Todo lo que tiene de tradicional el título en cuanto a su manera de ofrecer diversión, lo tiene también en el campo de las mecánicas jugables, donde apuesta por un estilo tan clásico que cierra los ojos por completo a cualquiera de las innovaciones que el género de la acción ha venido mostrando en los últimos tiempos. No hay coberturas, no hay apenas interacción con el escenario y se sigue apostando por una constante presencia de scripts que eliminan rasgo de frescura alguno en el videojuego, y cualquier deseo por parte del usuario a la hora de superar la campaña una segunda vez si no es para coleccionar logros o trofeos, o por superarla en un nivel de dificultad más alto. No obstante con todas estas limitaciones el juego de Infinity Ward sigue siendo un título fantástico y tremendamente divertido, y lo hace en principal medida por esa espectacularidad en la que tan insistentemente estamos haciendo hincapié.

El impacto es máximo, y lo es gracias a una experiencia de lo más variada y totalmente marca de la casa. Lo que abundan son las secuencias de acción a pie, como es lógico, pero hay además abundantes escenas a bordo de torretas ametralladoras en los vehículos más insospechados, espectaculares persecuciones (mención especial a la del túnel del metro) y sobre todo un sentido de la diversidad en cuanto a escenarios se refiere que reduce el componente repetitivo que podríamos sufrir con un patrón más rutinario para estos telones de fondo de la acción.

Por lo demás el juego ofrece un control perfecto marca de la casa, y tanto en la campaña como en el multijugador se trata de un título en el que la accesibilidad es máxima para cualquier aficionado por neófito que sea en el género de los shooters. Esta accesibilidad, no obstante, no está reñida con un desafío a la altura de los más grandes, y es que por ejemplo en el nivel Veterano de la campaña el juego vuelve a ser un escalofriante muestrario de formas de morir para nuestro personaje; con una IA no particularmente brillante pero sí lo suficientemente efectiva como para hacérnoslas pasar canutas. No obstante esta dificultad máxima, por mucho que pueda parecerlo, no es injusta: seguimos muriendo con ella por errores nuestros en la mayor parte de las ocasiones, y sólo en algunos momentos críticos en los que suframos un "head-shot" con sólo asomar la cabeza un milisegundo sentiremos que la inteligencia artificial "juega sucio".

¿La Guerra? Mejor en Compañía -Multijugador-
Con un videojuego de una campaña individual que puede superarse en cinco horas, debes añadir un buen compendio de contenidos al margen de la experiencia off-line para que el valor de lo que paga el aficionado esté equilibrado con los contenidos que ofreces. Exactamente es el caso de la saga Call of Duty, que tradicionalmente ha equilibrado unos modos historia de enorme brevedad con montones de modalidades que coexisten en las vertientes competitivas y cooperativas.

Con Modern Warfare 3, Infinity Ward repite fórmula, y vuelve a ofertar a los aficionados un multijugador competitivo fantástico que se erige una vez más como el gran elemento sobre el que pivota toda su experiencia jugable. Incontables horas vamos a pasar en sus 16 mapas y 16 modalidades para un máximo de 18 usuarios, un número de alternativas tremendamente vasto que garantiza un entretenimiento longevo que pasará meses en nuestro ordenador. Y es que si no contamos con conexión a internet en nuestro equipo volvemos a tener que recomendar no hacernos con un juego de la franquicia, debido a que los Call of Duty se sienten especialmente fuertes en la vertiente on-line desde precisamente la primera parte de estos spin-off de guerra contemporánea.

La variedad es la nota dominante de la campaña individual. Situaciones de todo tipo para un juego donde la diversidad es la clave.
La variedad es la nota dominante de la campaña individual. Situaciones de todo tipo para un juego donde la diversidad es la clave.

Debemos empezar precisamente con el ámbito competitivo, sin duda alguna el mejor, donde el programa se atrinchera y ofrece una importante variedad de modalidades divididas en dos partes, los modos Estándar y los Alternativos. Los primeros son los más clásicos, donde podemos encontrar una decena de alternativas basadas en los Todos contra Todos, Duelos por Equipos, Buscar y Destruir, Sabotaje... Como puede verse opciones todas ellas muy tradicionales, que encuentran sus momentos de mayor brillantez en los que tienen un componente ligeramente táctico como los del clásico Demolición (Equipos que se alternan atacando y defendiendo dos zonas de bombas), o el siempre apasionante Dominio (Toma y defensa de posiciones estratégicas para ganar puntos y vencer las partidas.

Los modos alternativos, por su parte, son algo más arriesgados y atípicos y encontramos media docena. Aquí vemos alternativas de defender al VIP (Juggernaut), juegos de infección (Infectado) o apasionantes mecánicas de asesinato para obtención de más munición (Una en la Recámara). Ninguno de ellos particularmente novedoso o revolucionario, pero todos ellos muy variados y, en definitiva, con alternativas suficientes para tenernos entretenidos durante semanas y semanas; y que como el resto pueden disfrutarse tanto on-line como en los modos a pantalla dividida para un máximo de cuatro usuarios simultáneos.

No obstante si los estilos de juego son adictivos en el más puro sentido de la palabra, todavía lo son más apoyados en las mecánicas de clases, ventajas y rachas que la saga Modern Warfare ha introducido desde su comienzo y que ahora la mayor parte de los shooters también emplean. Ya con la primer entrega de este spin-off de la serie Call of Duty veíamos las primeras muestras de estas mecánicas que poco a poco han ido puliéndose hasta alcanzar su grado máximo como en esta ocasión. De nuevo hablamos de un aspecto en el que "no hay nada nuevo bajo el sol". La tercera parte de la saga se limita a seguir a pies juntillas las ideas expuestas en el pasado y vuelve a permitirnos personalizar hasta cinco clases que podremos escoger nada más arrancar la partida, con pequeños reajustes en algunos detalles relacionados con el balanceo. Con estas clases predefinidas elegimos un arma principal y una secundaria, así como un accesorio de tipo letal (granadas de fragmentación, por ejemplo) así como una de tipo táctico (granadas cegadoras).

El modo Supervivencia es una verdadera delicia. Podremos cooperar con un compañero para salir adelante, invirtiendo dinero en comprar armas, mejoras, arsenal...
El modo Supervivencia es una verdadera delicia. Podremos cooperar con un compañero para salir adelante, invirtiendo dinero en comprar armas, mejoras, arsenal...

Esto por lo que respecta al arsenal, puesto que en los aspectos más intangibles tenemos que definir las tres ventas, el paquete de rachas y la racha de muertes. Con las primeras tenemos habilidades de corte pasivo que estarán activas todo el tiempo como desenfudados más rápidos, aguante de respiración máximo etcétera. Con las segundas elegimos nuestros incentivos por conseguir rachas de bajas enemigas (torretas SAM, reconocimientos orbitales...), mientras que con las Rachas de Muertes optamos por algún tipo de compensación cuando no esté siendo nuestro día y estemos encadenando muertes una detrás de otra: aquí podremos ser más rápidos durante unos segundos después del respawning o soltar granadas cuando estemos retorciéndonos antes de morir.

Hasta aquí lo teórico de los modos competitivos, puesto que dentro de lo práctico la experiencia es tan endiabladamente divertida como ha venido siéndolo en los últimos años dentro de la IP. Combates rápidos y furiosos para unos mapas pequeños y coquetos, repletos de lugares donde esconderse y donde los más veteranos de la saga se sentirán como pez en el agua a la hora de sacar sus máximos réditos en cuanto a posiciones ventajosas, lugares donde emboscar, etcétera. Una experiencia, en definitiva, accesible para cualquier perfil de público, pero con especial énfasis en aquellos aficionados que gustan de disfrutar de experiencias al límite, donde no hay momento para el respiro y donde cualquier despiste por mínimo que sea nos costará una siempre dolorosísima baja. Un juego donde prácticamente todo lo que hacemos tiene su repercusión directa en términos de experiencia, y donde el desbloqueo constante de nuevos niveles y, por consiguiente, elementos para el combate será un gran incentivo para seguir adelante.

Cabe destacar que el juego en su versión PC cuenta con servidores dedicados, una interesante adición que ha venido siendo caballo de batalla de la franquicia desde su lamentable desaparición en Modern Warfare 2. Lamentablemente Infinity Ward ha tomado la sorprendente decisión de limitar el juego con acumulación de experiencia al estilo clásico con host, dejando los dedicados a las partidas privadas sin posibilidad alguna de hacer evolucionar a nuestro personaje. La ausencia de esta evolución, que ha sido siempre una de las grandes bazas de la saga, es un duro golpe para los aficionados que a buen seguro protestarán airadamente por esta sonada privación.

El multijugador de Modern Warfare 1 y 2 sentó cátedra en el género, y vuelve con sus clases personalizadas sus ventajas, sus premios por racha...
El multijugador de Modern Warfare 1 y 2 sentó cátedra en el género, y vuelve con sus clases personalizadas sus ventajas, sus premios por racha...

Calculando el Infinito -Modos Alternativos-
Si algo tiene Modern Warfare 3 son modalidades de juego, y es que a parte de las competitivas regresan las cooperativas con interesantes propuestas relacionadas con las Operaciones Especiales que ya debutaban en el anterior capítulo de la saga. Por un lado encontramos las Misiones que son las más parecidas a las que veíamos en la sexta entrega de la serie. Aquí disfrutaremos en compañía y a pantalla dividida o a través de internet de 16 misiones de lo más variado que tienen la intención de complementar los eventos de la campaña individual. La diversidad aquí es máxima, con encargos de infiltración, de escolta, de acción épica... Objetivos realmente breves, algunos superables en poco más de diez minutos, pero que suponen por número y pluralidad una oferta muy atractiva.

Por otra parte encontramos también la denominada Supervivencia, que al más puro estilo Horda nos emplazará a superar incontables oleadas de enemigos en también dieciséis escenarios. La particularidad es que aquí el dinero, al igual que en Gears of War 3, es reinvertible en mejoras y arsenal para nuestro personaje. De este modo se crea una interesante dependencia entre nuestra habilidad con las armas y las mejoras y extras que iremos adquiriendo por nuestros puntos con ellas.

En última instancia encontramos la mayor novedad, Elite, un aditivo dispuesto a no dar cuartel en el odio que rodea a la saga en cuanto a su capacidad por monetizar absolutamente todo lo que tiene que ver con las palabras Call of Duty. Se trata de una plataforma comunitaria que suma interesantes bonus de pago a las ya promocionadas bondades estadísticas que aporta esta alternativa en su versión gratuita, y que se multiplican exponencialmente como decimos si accedemos (pagando) a sus versiones premium. Lo que buscan sus responsables es llevar fórmulas como la de Bungie.net a nuevas cotas, y lo hacen con una manera que trata de resultar de lo más atractiva para los aficionados más hardcore de la faceta multijugador de Modern Warfare.

Paguemos o no tendremos acceso a montones de estadísticas sobre nuestro rendimiento en combate, datos que irán más allá de detallados ratios de muertes, de preferencias de armas y de recomendaciones de arsenal en función de nuestra forma de combatir, y que también se sumergirán en elementos más apasionantes como gráficos en forma de mapas de los escenarios con los puntos calientes, con las zonas de respawning más habituales, con dónde hemos muerto y cómo lo hicimos...

Una cantidad obscena de información destinada a los más fanáticos de la vertiente on-line de la saga, y que se verá amplificada en su versión de pago con torneos diarios con premios, los contenidos descargables, amplificadas características para los clanes y un largo etcétera de características que los más habituales encontrarán de lo más atractivo.

La recreación de los escenarios es impecable. Puede que falte interacción, pero están construidos hasta el más mínimo detalle.
La recreación de los escenarios es impecable. Puede que falte interacción, pero están construidos hasta el más mínimo detalle.

Guerra de Artificio -Gráficos y Tecnología-
A nivel visual este Modern Warfare 3 es un título más que satisfactorio, aunque los rigores de su veterano motor gráfico reducen severamente el componente espectacular que en el pasado tenía la franquicia. Huelga decir que hay importantes mejoras visuales con respecto a lo visto en capítulos precedentes, pero lo cierto es que le falta bastante distancia a la hora de equipararse con otros referentes del género como el potente Battlefield 3.

No obstante las flaquezas en, por ejemplo, elementos como texturas o acabado puramente tecnológico que muestra al compararlo con el producto de DICE, las compensa con fortalezas en otras partes bien diferenciadas. Por ejemplo el juego vuelve a apostar por una optimización francamente buena que contrasta con el irregular rendimiento que mostraba Black Ops en algunos equipos. Aquí el juego de Infinity Ward no oferta nada particularmente fuera de lo común, más bien todo lo contrario, pero aporta un aspecto visual algo más compacto y definido que en consolas, sin resultar demasiado exigente en términos de hardware.

Por ejemplo en el equipo de pruebas de redacción (i7, 8GB, GTX 260) hemos experimentado unas tasas de imágenes por segundo altísimas, siempre por encima de los sesenta frames por segundo, con todas las opciones visuales maximizadas. El juego, sin embargo, permite editar con tremenda profundidad la experiencia visual siempre que no contemos con un equipo a la última, facilitándonos la opción de definir aspectos como la resolución, o la calidad de texturas, resolución, así como la presencia o no de sombras, sincronía vertical, efectos de profundidad de campo o mapa especular entre otros 15 baremos.

Por otra parte las virtudes artísticas del programa son innegables, con unos escenarios impecables desde cualquier punto de vista, y con una elección en cuanto a la paleta de colores y a la ejecución de los telones de fondo para la acción sencillamente inmaculada. A esto debemos sumar el hecho de que la iluminación, una de las grandes fortalezas de la franquicia en el pasado, brilla aquí por una ejecución todavía más espectacular de la que se benefician notablemente los escenarios a los que baña con su impactante luz.

Gráficamente Modern Warfare 3 dista de ser apabullante, pero presenta un aspecto lo suficientemente espectacular como para captura nuestra atención.
Gráficamente Modern Warfare 3 dista de ser apabullante, pero presenta un aspecto lo suficientemente espectacular como para captura nuestra atención.

Así pues los modelados son fantásticos, los efectos impresionante y las animaciones, aunque programadas con enorme antelación, de lo más impactante. Todo ello para una ejecución gráfica y tecnológica para la que únicamente echamos en falta una mayor atención por la calidad de las texturas, una carga poligonal mayor en determinados objetos, un tratamiento superior en algunos filtros como el de dientes de sierra o el de sincronía vertical y, sobre todo, una interacción con un escenario que resulta hierático hasta límites insospechados.

En cuanto a lo sonoro el juego vuelve a ser un sobresaliente ejemplo del fantástico estado de bienestar del que gozan estos apartados en los juegos de acción bélica. La sombra de Battlefield es tremendamente alargada en cuanto a los efectos de las armas, y a pesar del esfuerzo de Infinity Ward en esta entrega por que éstas suenen más atronadoras que en el pasado, lo cierto es que echamos en falta algo más de fiereza en determinados comportamientos. La música, en esta ocasión, ya no cuenta con el brillante trabajo de Hans Zimmer que nos maravilló en Modern Warfare 2, y apuesta en esta ocasión con la joven promesa Bryan Tyler que ya ha hecho sus pinitos en el cine con productos de acción como John Rambo, Los Mercenarios o Ciudadano Ejemplar. El juego llega a nuestro país traducido y doblado con un nivel más que bueno.

Guerra Total -Conclusiones-
La mejor noticia que nos aporta Modern Warfare 3 es que finaliza la trilogía de guerra contemporánea de Infinity Ward, y que va a permitir a partir de ahora a su estudio responsable a centrarse en nuevos esfuerzos por llevar la marca Call of Duty a nuevos escenarios jugables y propuestas conceptuales. Esta afirmación puede sonar un tanto agresiva y puede dar a la equívoca interpretación de que el que nos ocupa es un mal videojuego, y no hay nada más lejano a la realidad.

¿Los motivos? Este juego es un gran título de acción bélica, un lanzamiento de acción en primera persona muy recomendable para los amantes del género pero que, al mismo tiempo, da la sensación de haber agotado la fórmula en cuanto a innovación y novedades se refiere. Si en el pasado veíamos a los dos primeros capítulos como dos apasionantes reinvenciones del concepto de la acción bélica que han influenciado de sobremanera al resto de representantes del género, con el juego que sus responsables lanzan ahora vemos un mero más y mejor: un título que hará las delicias de los fans de la franquicia, pero que en el resto de aficionados va a dejar la sensación de no haber evolucionado lo suficiente en cuanto a descubrimientos y "fichajes" como para estar a la altura de sus revolucionarios precedentes en este sentido. Y es que Modern Warfare 3 se acerca peligrosamente al techo en cuanto a pulido de su fórmula, de modo que los esfuerzos en el futuro por parte de Infinity Ward deben orientarse en otra dirección: la de la exploración de nuevos horizontes como en su momento lo hicieron primera y segunda partes. Así pues este cierre de la trilogía es una fantástica noticia a la hora de concluirla con calidad, pero ahora toca insuflar frescura de cara al futuro en la saga.

Nuestro mundo amenazado, el regreso de viejos conocidos, un desarrollo espectacular... Call of Duty vuelve a la carga con su fórmula intacta.
Nuestro mundo amenazado, el regreso de viejos conocidos, un desarrollo espectacular... Call of Duty vuelve a la carga con su fórmula intacta.

Por otra parte la campaña individual es tan breve como siempre, con un planteamiento que puede que caiga en exceso en los clichés y en los conceptos de los miedos norteamericanos más pueriles, pero que nos ha regalado y nos sigue ofreciendo estampas de maravillosa espectacularidad. Tanto aquí como en las misiones cooperativas el juego da la sensación de haber exprimido ya al máximo el filón del conflicto que ha venido tratando con ya tres juegos, y es que en cuanto a situaciones límite y escenarios parece verdaderamente agotado y, en ocasiones, incluso algo previsible.

Por último cabe mencionar que hay algunas novedades en el multijugador, pero ciertamente insuficientes si las comparamos con el esfuerzo realizado por Infinity Ward en juegos anteriores de la saga. La identidad Call of Duty sigue sobradamente presente en cualquier modalidad de juego acompañado, y la oferta es suculenta y generosa a la hora de cautivarnos durante horas y horas a sus frenéticas partidas competitivas, pero la reinvención constante que veíamos en el pasado brilla completamente por su ausencia. Una mala noticia, puesto que el llevar constantemente al límite lo que conocíamos hasta el momento por juego on-line era uno de los grandes santo y seña de Modern Warfare en el pasado.

Excelente

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Call of Duty: Modern Warfare 3

Por: El equipo de 3DJuegos
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Renunciando por completo al espíritu revolucionario de los dos primeros Modern Warfare, la entrega que cierra le belicosa trilogía de Infinity Ward es un ejercicio de sorprendente conformismo. Escasa evolución en los conceptos jugables, las modalidades de juego y los apartados técnicos para un título que resulta más que notable y recomendable para los fans de los shooters en primera persona de PC, pero que debía haber buscado un plus de innovación para reeditar la condición imprescindible de sus antecesores.

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