Square-Enix continúa rescatando clásicos y ahora es el turno de Chrono Cross, uno de los JRPGs más característicos de la primera PlayStation y que, sin embargo, no vimos en Europa. ¿Le hace justicia esta edición? Lo descubrimos en el análisis de Chrono Cross Radical Dreamers Edition.
La relación entre nuestro continente y los JRPGs ha sido tortuosa durante décadas. Lo sigue siendo, incluso a día de hoy pues, si bien algunas compañías como Atlus cada vez apuestan más por acercar sus productos, solo tienes que preguntar a un fan de Nihon Falcom cómo lleva la espera por los Trails que están por salir y lo que ha tenido que hacer para jugarlos. Pero debemos reconocer que, como se dice, no estamos tan mal. Hace un tiempo, la norma era que muchas de las obras cumbres del género no llegasen a nuestras fronteras ni siquiera en inglés, mucho menos traducidas a nuestro idioma. Entre ejemplos como Xenogears o el hermano del presente, Chrono Trigger, tenemos Chrono Cross. Un viaje de 23 años hasta tener un lanzamiento oficial en nuestras fronteras y, por suerte, también en español. Es curioso que, incluso sin jugar en su momento, su banda sonora me ha acompañado durante todos estos años y algunos de sus temas los considero de los mejores que he escuchado nunca en la historia de los videojuegos. Pero, durante todos estos años, también me ha acompañado una opinión dividida sobre el juego. Ahora, por fin, he podido formarme la mía propia.
El resultado es que entiendo todos los puntos de vista. El planteamiento de la historia nos presenta a Serge, un joven que viaja a una realidad alternativa donde murió hace años y nadie le recuerda. Tendrá que encontrar respuestas y, para ello, se aliará con un buen puñado de compañeros que lo acompañarán en su viaje. Se trata de una historia ambiciosa, no hay duda, y más para la época. Veo en Chrono Cross un intento de rizar el viaje temporal de Chrono Trigger y mezclarlo con realidades paralelas, que trabaja su interesante trama a golpe de giro de guión, pero también resultando en ocasiones más enrevesada de lo necesario y más efectista que efectiva. El núcleo de los temas, que a grandes rasgos podemos mencionar, como el papel de la humanidad en el mundo y el impacto que produce nuestra existencia (o no existencia) en él; está realmente conseguido. En otros momentos, en cambio, solo parece querer ocultar información o dar paso a revelaciones haciendo uso de cualquier treta, incluso del temido Deus Ex Machina, forzando demasiado la suspensión de la incredulidad del jugador.
Otra de sus particularidades también es más sorprendente sobre el papel que sobre el videojuego. La posibilidad de llevar hasta más de 40 personajes suena muy atractiva (más debió serlo para la época, y tiene mérito), pero creo que el cauce histórico del JRPG nos ha demostrado que es mejor centrarse en menos personajes y que todos ellos tengan su historia y su desarrollo, que abarcar demasiado. Por suerte, aquí también sucede esto, y hay diferencias notorias entre los personajes secundarios "principales" y los que importan menos. Hay un aspecto, sin embargo, que no me esperaba y me ha atraído mucho: en algunos momentos, el juego nos sugiere lo que debemos hacer a continuación, pero nos da la libertad de utilizar objetos de nuestro inventario y aplicar la lógica (y la posibilidad de alternar entre mundos) para seguir avanzando, casi como un pequeño puzle de una aventura gráfica. Casi como la libertad que también te daba Chrono Trigger de elegir a qué momento del tiempo ir a continuación.
He visto la misma división de opiniones sobre su combate. Se trata de un sistema muy original que se basa en tres tipos de fuerza de ataque y sus probabilidades de daño. Tendremos que decidir cómo gastar nuestros puntos y cuánto estamos dispuestos a arriesgar para cambiar las tornas a nuestro favor y mermar al rival. La magia, aunque poderosa, está limitada a organizar bien primero nuestros ataques y leer el escenario, ya que se basa en elementos contrapuestos, por lo que debemos comprender tanto el ambiente elemental como el elemento de cada enemigo para saber cuándo hacer más daño. Y más nos vale, porque solo tenemos una ocasión para atacar con nuestro elemento por cada personaje. Creo que es un sistema muy original, que requiere de cierta estrategia y preparación, pero también que a la larga se puede tornar algo repetitivo y menos reactivo que otros JRPGs tradicionales.
Mi principal problema con el combate, y con el juego en general, es que aquí es donde tenía que haber brillado esta remasterización y no lo ha hecho. Para que los gráficos de la primera PlayStation brillasen y fueran tan vistosos como lo son en Chrono Cross, era necesario reducir la tasa de frames a unos niveles quizá aceptables para la época, pero completamente inaceptables a día de hoy. Esta remasterización no arregla el problema. No se mete en las tripas del juego para alterar este renderizado y que las animaciones no parezcan que van a saltos (o a 10 frames por segundo). Esta remasterización tenía que haber alterado el código para que el combate fuera mucho más suave y fluido y, sin embargo, solo ha tocado la capa externa. Aquellas cosas que el emulador le permitía realizar sin alterar el código original del juego. Y esto, en un juego donde el combate es la mitad de la experiencia, hace que esta se resienta mucho.
El juego opta por ofrecer la experiencia clásica o remasterizada
¿Cuáles son estas cosas que sí han retocado? Modelados, fondos, música, retratos y textos. Así, el juego opta por ofrecer la experiencia clásica o remasterizada. En la segunda, se ha aumentado la resolución de los modelos 3D mientras que se ha aplicado una capa a los fondos prerrenderizados para intentar eliminar el efecto pixelado de compresión. Sin embargo, volvemos a tener una de cal y otra de arena, porque habrá quien prefiera el trabajo original y habrá quien prefiera el nuevo. Me recuerda a la situación que ocurre con el pixel art y los filtros bilineales que se aplican; hay gente que no puede con el píxel puro y hay otros que lo amamos porque lo hemos bebido desde pequeños. Los nuevos retratos están dibujados por el ilustrador original Nobuteru Yuuki, y la música está remasterizada y no hay posibilidad de usar la original, pero aun así suena bien respetando las increíbles composiciones de Yasunori Mitsuda. De verdad que no puedo enfatizar lo increíble que son algunas piezas como Scars of Time o Shore of Dreams. Se me pone la piel de gallina solo de recordarlos.
Creo que el principal problema es que no puedes configurar todo como quieras y cuando quieras. O eliges el estilo clásico, o el moderno. Pero ¿qué pasa si quieres los nuevos retratos, pero con los fondos tradicionales? Que no puedes hacer nada para configurarlo así. De hecho, para poder cambiar entre un estilo u otro, la única posibilidad que tienes es cerrar el juego y arrancarlo de nuevo para cambiar la configuración. Las otras mejoras de calidad de vida que cada vez son más obligatorias, como la posibilidad de acelerar el tiempo, saltarse algunos combates o incluso atacar automáticamente o mejorar nuestras estadísticas, son siempre bienvenidas sobre todo para sobrellevar algunos momentos de todo JRPG de la época.
La última novedad viene de la mano de Radical Dreamers, una aventura de texto que en tierras occidentales ni se olió y que añade una historia alternativa a la que se hace referencia en el juego en un momento concreto. No deja de ser una curiosidad, pero muy agradecida para tener la sensación de poseer una edición algo más completa.
Y ese es quizá el problema de esta edición de Chrono Cross. El juego puede dividir a los jugadores, pero es un clásico del JRPG que se puede recomendar para aquellos que quieran entender mejor la historia del género. Esta edición, en cambio, cuesta mucho más recomendarla porque, si bien aquí tenemos la fortuna de contar con una traducción y de buena calidad (no lo tenía difícil con el gusto del juego por los francesismos de algún personaje), ha hecho lo fácil y no ha querido tocar lo difícil, que era meterse con el código del juego para mejorar los fondos y su resolución, y sobre todo el framerate del combate. Aun así, es una oportunidad única para todo aquel que tenga interés en un juego tan personal y tan ambicioso como fue y es Chrono Cross.
Chrono Cross es un gran ejemplo de la época dorada del JRPG en la primera PlayStation: un título que apuesta por una historia ambiciosa de realidades alternativas, con ideas interesantes, aunque algún que otro giro algo forzado. Posee además un sistema de combate fresco y una música que cuenta con algunos de los mejores temas que he escuchado nunca en un videojuego. El mayor problema viene de una remasterización que no hace todos los deberes ni arregla todo lo que habría que arreglar; en especial, el framerate en los combates y un mejor tratamiento de los fondos prerrenderizados. La buena noticia es que llega por primera vez con traducción oficial y con el añadido de la aventura de texto Radical Dreamers. Si quieres conocer este clásico JRPG de Square, aunque no en las mejores circunstancias, sí es la mejor oportunidad para ello.
- Una historia compleja y ambiciosa de realidades alternativas.
- Un sistema de combate original, aunque algo reiterativo.
- Las mejoras de calidad de vida como el turbo y la alternancia de combates se agradecen.
- Se echan en falta otras como una mayor fluidez o un mejor tratamiento de los fondos.
- Se añade la aventura de texto Radical Dreamers.