Las competiciones de Counter-Strike tienen ya dos décadas de historia. El shooter táctico de Valve fue el primero en crear una escena competitiva estable en el tiempo y lo suficientemente atractiva como que comenzásemos a utilizar el término "deportes electrónicos". Ya en la emblemática versión 1.6 hablábamos de verdaderos profesionales del teclado y el ratón. Jugadores con un nivel de habilidad extraordinario que viajaban en condiciones precarias a los grandes torneos disputados a nivel mundial con la idea de demostrar que eran los mejores. Sin embargo, la idea se ha pervertido a lo largo de los últimos años. Ahora no necesariamente son los mejores equipos los que van a los torneos, si no aquellos que tienen mejores relaciones comerciales con las empresas que los organizan.
Valve cambia el futuro de las competiciones de Counter-Strike
A lo largo de los últimos años, dos situaciones han tenido lugar de forma paralela. Por un lado, descendió de forma considerable el número de empresas independientes que organizan torneos de Counter-Strike. Por el otro, las dos compañías más poderosas en este ámbito (ESL y Blast) comenzaron a llevar a cabo asociaciones con los equipos profesionales. Por medio de un acuerdo comercial que suele incluir el pago de una cantidad de dinero variable y la colaboración en actividades promocionales, las empresas que organizan torneos aseguraban a los clubs de esports más ricos del mundo su participación en todos los eventos. En lugar de tener que ganárselo demosrtando su valía, tenían plaza fija en la competición. ¿Os acordáis de la fallida Superliga de fútbol? Es algo parecido, pero al estilo CS:GO.
Valve se ha mostrado tremendamente disgustada con esta situación y ha anunciado la prohibición total de este tipo de acuerdos. "Counter-Strike es mejor cuando los equipos compiten en un terreno de juego igualdo y cuando la habilidad es el único límite para su éxito. A lo largo de los últimos años, hemos visto como el juego se alejaba de nuestro ideal. El ecosistema se ha vuelto cada vez menos abierto, con el acceso a los grandes niveles de competición cada vez más cerrados por culpa de las relaciones comerciales. Creemos que Counter-Strike debe ser un deporte abierto, así que vamos a instaurar nuevos requisitos que aplicarán en los eventos competitivos a gran escala", decía el comunicado de la compañía.
El competitivo de Counter-Strike comenzó ya en la época de 1.6.
Estos cambios entrarán en vigor a partir del próximo año 2025 para dar a los afectados un periodo de tiempo suficiente como para adaptarse a la nueva situación. Los modelos de asociaciones eran útiles tanto para clubs como para organizadoras. Los primeros se aseguraban una mayor estabilidad y más facilidad para obtener patrocinios o fichar jugadores, mientras que las segundas conseguían que los equipos que más visualizaciones atraen siempre estuvieran presentes en el torneo. Sin embargo, Valve considera que esto es 'pan para hoy y hambre para mañana'. "Estamos comprometidos con la salud a largo plazo de Counter-Strike como deporte", dicen.
Lo cierto es que el tiempo ha dado la razón a la compañía. Riot Games, que ha apostado por un modelo totalmente opuesto basando todas sus competiciones en un modelo de asociaciones similar a las franquicias del deporte estadounidense, ha sufrido como nunca en lo referido a competiciones. Por primera vez los números de espectadores caen e incluso ha habido equipos que han abandonado sus videojuegos.