Continuamos avanzando por Dark Souls III en nuestro intento de reunir las cenizas que son la causa de que estemos por aquí pasando las penurias a las que nos enfrentamos. En esta guía vamos a desgranaros el paso a paso del siguiente ''nivel'' de nuestro recorrido, las Catacumbas de Carthus, y cómo derrotar al jefe de su zona, el Gran Señor Wolnir.
Recorrido de las Catacumbas de Carthus
Objetivo principal
- Derrota a Gran Señor Wolnir
Eventos recomendados
- Habla dos veces con Anri de Astora
- Obtén tomo de piromancia de Carthus
- Obtén cenizas guardián de cripta
- Accede al Lago Ardiente
Derrota al demonio que custodia la - entrada al lago
- Obtén de piromancia del guardián de la cripta
- Enfréntate a Horace el mudo
Hogueras
- Catacumbas de Carthus
- Gran Señor Wolnir
- Tumba abandonada
Objetos importantes
- Venda de sabio anciano
- Anillo de bruja
Las Catacumbas de Carthus son accesibles una vez derrotados los Vigilantes de Farron en el Torreón de Farron, justo bajando las escaleras de la sala donde vences a dicho jefe. Por diferencia de nivel y progresión del juego, probablemente te interese más completar la Catedral de la Oscuridad y obtener el muñeco pequeño que se consigue tras derrotar a los Diáconos de la Oscuridad.
Conoce a tu enemigo
En esta parte del mapa, tienes una serie de enemigos principales: los esqueletos. Parece ser que las armas bendecidas funcionan bien contra ellos, aunque debes tener en mente una cosa: incluso después de haber sido derrotados y sus huesos esparcidos por el suelo, pueden revivir recomponiendo su cuerpo pocos segundos después de caer por primera vez. Una observación al respecto es que sabrás que un esqueleto ha muerto definitivamente y no volverá a aparecer cuando suelta (drop) almas y/ o recompensas al caer.
Hay muchas variedades de esqueleto que encontrarás aquí…
- Esqueletos normales armados con arcos, cimitarras o bombas.
- Esqueletos grandes, más complicados y con ojos brillantes, irán armados cuerpo a cuerpo.
- Esqueletos grandes con capa: estos se mueven con una agilidad alucinante, saltando hacia ti o a tu alrededor y arrojando cuchillos.
- Esqueletos normales metidos en una rueda. Los veteranos del Dark Souls original estarán familiarizados con estos enemigos que embisten corriendo hacia ti en su rueda.
Adicionalmente encontrarás algunas babas oscuras de las que viste en la Catedral de la Oscuridad custodiando un anillo.
Catacumbas: obtén el tomo de piromancia de Carthus
Bajando las escaleras desde la hoguera de Vigilantes del Abismo, toma la dirección izquierda, derrota al enemigo que hay en el puente y déjate caer a una plataforma de la izquierda con cuidado de no caerte por el agujero. Desde ahí encuentras una pared ilusoria y el camino al tomo de piromancia de Carthus.
Primer diálogo con Anri de Astora
Si tomaste el camino hacia el tomo de piromancia, tras abrir el camino ilusorio te encuentras a un esqueleto con capa muy ágil y que arroja unos cuchillos llamados kukri. Toma la puerta que está próxima a ese enemigo. Encontrarás otros dos esqueletos grandes. El kukri es un drop muy frecuente del otro enemigo que podrías usar para atraer estos de uno en uno.
Accederás a una sala que también podías acceder desde el camino del primer puente que mencionamos, y que tiene múltiples salidas. De todas ellas, toma la que estaría bajando las escaleras a la izquierda. Se reanimarán tres esqueletos. Después de matarlos, toma las escaleras a la derecha y encontrarás a Anri de Astora delante. Habla con él o ella (recordamos que es del sexo opuesto al que tuviera tu personaje cuando comenzaste la partida).
Te dirá que su compañero Horace el mudo ha desaparecido sin dejar rastro después de que una trampa les separase. Volveremos a encontrarnos con estos dos más adelante, ahora sal de ahí y mata al lagarto de titanita que tienes delante. Deberías estar viendo un puente. Es nuestro siguiente objetivo.
Camino a la primera hoguera
Al principio de este recorrido, tomamos el camino de la izquierda desde las escaleras tras los Vigilantes del Abismo para obtener el tomo de piromancia de Carthus. Ahora, tomaremos un camino alternativo que hay justo a en la dirección opuesta, justo a la derecha bajando las escaleras. Aunque también puedes bordear por el puente hasta llegar al puente que ves abajo, que es por donde tenemos que ir. Como prefieras.
Si quieres bajar desde las escaleras detrás de los Vigilantes del Abismo, entonces déjate caer por las plataformas de la derecha hasta llegar a la parte de abajo del puente. Si tomas el camino de la izquierda entonces tendrás que bajar por la sala grande donde encuentras a dos enemigos con ojos rojos.
Conforme bajas el puente, aparecerá una masificación de enemigos que ruedan hacia ti al más puro estilo película de Indiana Jones. No puedes matarlos con armas ni objetos, y que la lógica no te engañe: después de llegar abajo del todo, volverán a subir con la misma velocidad e ímpetu. Pero no son inmortales. Quédate a un lado de la escalera y espera a que vayan para un lado antes de avanzar. Cuando llegues abajo del todo, a la derecha está escondido el esqueleto que les mantiene vivos. Mátalo y la próxima vez que bajen se estrellarán contra la pared, dejando caer fragmento de hueso de ceniza para que mejores tus frascos de estus.
Continúa por el pasillo y enfréntate a los esqueletos (mucho cuidado con los que tiran bombas). Sigue en línea recta, pero cuidado con la trampa del suelo: al pisarla recibirás flechazos de frente. Poco después a la derecha encuentras más enemigos y un pasillo. Atento a otra trampa igual que la anterior.
Luego pasa por el pasillo de la derecha (espera a que pase una bola de muertos) y ve a la derecha y toma la primera salida a la izquierda para encontrar la hoguera Catacumbas de Carthus. Descansa y vuelve sobre tus pasos, esta vez para tomar la ruta de la izquierda. Recuerda esquivar la bola de cadáveres. Baja las escaleras y mata las ratas. Hay tres caminos: a la derecha encuentras el anillo de Carthus, un poco a la izquierda para obtener las cenizas de guardián de cripta y otro a la izquierda del todo.
El anillo de sangre de Carthus y las cenizas de guardián de cripta
Según bajas por la puerta de la bola de cadáveres, ve al pasillo de la derecha, donde encontrarás esqueletos con ruedas y babas oscuras colgadas del techo. Las últimas, como sabes, son vulnerables al fuego. Intenta atraer a las ruedas de una en una. Al final del pasillo encontrarás este útil anillo, demoledor en muchos personajes orientados al PvP.
Para las cenizas del guardián de cripta debes ir por la penúltima puerta de la izquierda según bajas las escaleras. Sube por las escaleras y según subas encontrarás al conjurador de la bola de cadáveres. Sigue por la parte de atrás en esta planta superior, mata a los esqueletos grandes y encontrarás las cenizas junto a una escalera. Baja por esas nuevas escaleras y golpea un muro ilusorio para volver al pasillo de antes.
El puente y el segundo diálogo con Anri de Astora
La puerta de la izquierda del todo marca el final. Ve rápido si quieres cazar al lagarto de titanita que hay en la cueva. Prácticamente a la salida del mapa encontrarás un largo puente de madera. Mata al esqueleto que mira el puente y obtén el alma que hay a su izquierda. Luego ve por el camino de la derecha, mata dos esqueletos y, antes de cruzar el puente, sube por el camino de la derecha para hablar con Anri de Astora por segunda vez. Horace el mudo sigue sin aparecer.
Luego, cruza el puente. Si colocas la cámara a tus espaldas, verás que hay una multitud inconcebible de esqueletos que se reaniman al otro lado. Date prisa en cruzarlo y usa un arma para cortar las cuerdas. Al cabo de unos segundos, el puente se vendrá abajo y cualquier enemigo que pretendiera cruzarlo caerá al vacío. Ten en cuenta estos segundos de vencimiento, así que no dudes en cortarlo en cuanto estés a salvo o unos cuantos enemigos podrían salvarse. Los que no estén aún en el puente cuando lo cortes no tendrán manera de cruzar, aunque hay un pequeño camino por delante de donde se encuentra Anri de Astora que puedes usar tú.
Antes de continuar
La única sala que hay al otro lado del puente es la antesala del encuentro con el jefe Gran Señor Wolnir. Puedes desafiarle ya, o puedes bajar un poco y desbloquear la entrada al Lago Ardiente desde este punto.
Enfréntate al demonio de fuego
Después de que caiga el puente, podrás bajar por él como si fuera una escalera. Al hacerlo, podrás acceder a la caverna del demonio de fuego. Como cabe esperar, tiene las mismas habilidades que un demonio como los que ya conoces, solo que de fuego.
Una de las mejores formas que he visto de matarlo es salir a su encuentro, despertando varios esqueletos por el camino que son hostiles contra el demonio, y ocultarse en las escaleras de abajo el tiempo suficiente para que los esqueletos dejen al demonio muy tocado. Remátalo… y encuentra la hoguera al Lago Ardiente, “Tumba abandonada”. Un poco antes de encontrarla verás un cadáver con la venda de sabio anciano y el anillo de bruja.
Derrota a Horace el mudo
El Lago Ardiente no es un mapa pensado para gente de nivel bajo, pero si quieres encontrar a Horace, el compañero de Anri de Astora que es ahora hostil, debes adentrarte en el lago e ir pegado a la pared de la derecha hasta entrar por una pequeña cueva donde se encuentra Horace. Al morir, suelta el escudo de Llewellyn.
Obtén tomo de piromancia del guardián de la cripta
Al otro lado del puente encuentras la antesala que corresponde con la batalla del jefe. Toca la calavera para iniciar el combate contra Gran Jefe Wolnir, el jefe. El tomo lo tiene justo delante de la cara… así que sé prudente y cógelo sólo cuando tengas tiempo.
Jefe: Gran Señor Wolnir
El Gran Señor Wolnir es uno de esos jefes extraños aparentemente imposibles pero con puntos débiles. Y realmente poco tiene que explicar: en una estancia oscura donde sólo puedes ir hacia delante y hacia atrás, el jefe tiene tres puntos fijables (cabeza y las dos manos), aunque no es recomendable fijar ninguno.
Evita tocar la niebla que hay debajo de su cuerpo, corriendo hacia atrás si es preciso. Es tu principal preocupación porque el resto de manotazos poco daño puede hacerte si tienes buena resistencia al daño físico. Corre hacia sus manos y ataca repetidamente su punto débil: los brazaletes. Al romper cada brazalete, sufre mucho daño al punto de morir al romperse los tres.
Lleva uno en la mano derecha y dos en la mano izquierda, y camina hacia delante echando humo cuando sólo le queda un brazalete, momento de recular y tomar terreno para romper el último. No tiene más complicación realmente, una vez acabes con su vida volverás a la antesala.
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