Asciende a lo más alto de una torre protegida por férreas medidas de seguridad en esta desafiante aventura de plataformas y puzles en primera persona que, ante todo, nos incitará a lograrlo en el menor tiempo posible. ¿Qué tal andáis de reflejos? Poneos a prueba con este título y ya nos contáis.
Para evitar confusiones lo recalcamos desde el principio. DeadCore no es Portal, ni lo pretende. Ambos son aventuras de puzles en primera persona y en ambos portamos en la mano un arma con la que resolver sus rompecabezas. Pero ahí acaban las semejanzas. Porque mientras la obra de Valve apuesta por un ritmo de la acción más pausado, DeadCore es frenetismo en estado puro. Un videojuego que por momentos puede llegar a recordarnos al fantástico Mirror’s Edge en el sentido de que habrá que correr, mucho, mientras saltamos de un lado para otro esquivando trampas mortales.
Y esta sería una buena forma de resumir las bondades de esta obra desarrollada por 5 Bits Games, en la que nuestra única finalidad será la de ascender en el menor tiempo posible por una colosal torre de estilo cyberpunk. Algo que resulta más fácil de decir que de hacer dado el elevado nivel de dificultad que atesora este videojuego, a medio camino entre un plataformas 3D y una aventura puzlera en primera persona.
Precipicio Mortal
Frenético y muy intenso en su acción, DeadCore es uno de esos videojuegos en los que prácticamente no se nos da ni un segundo de respiro. Saltos imposibles, plataformas móviles, rayos láser listos para exterminarnos en un santiamén, robots con muy malas pulgas que nos lanzarán al vacío a la mínima oportunidad… este es un universo tremendamente peligroso; uno en el que cualquier fallo terminará con nuestra vida de forma irremediable, siendo imprescindible actuar con presteza y un grado de precisión extrema. Pero… ¿cómo defenderse de tantas amenazas?
La respuesta es el arma Switch Gun. Un dispositivo que en primera instancia puede recordar a la pistola generadora de portales del clásico de Valve, pero que en la práctica poco se parece a esta. Con ella, seremos capaces de activar y desactivar determinados mecanismos como puedan ser torretas defensivas, robots o plataformas, que se desplegarán o contraerán a base de tiros. Parece simple ¿verdad? Pues no lo es. Básicamente porque en DeadCore debemos apuntar y disparar con un grado de precisión bastante elevado mientras, a su vez, saltamos de una a otra plataforma, nos deslizamos velozmente por el aire para escapar de rayos mortales, y escapamos de varios enemigos que llegado el caso serán realmente molestos.
Morir, por tanto, será lo más habitual del mundo en este título que, sin embargo, pocas veces llega a frustrar debido a la generosa distribución de puntos de control, repartidos con inteligencia a lo largo de sus extensos niveles de juego, y al hecho de que reaparecer en la partida tras sufrir una muerte tan solo lleva un par de segundos. Así que el ritmo de la acción nunca decae, manteniendo el tipo durante las cerca de diez horas que puede llevarnos alcanzar la cima de la peligrosa torre que da vida a DeadCore.
El diseño de los niveles resulta, en este punto, bastante bueno. Los trazados son variados, con retos cada vez más complejos que requerirán de nosotros una mayor atención al detalle, y lo suficientemente amplios como para que en ocasiones, tengamos opción de tomar uno u otro camino. La elección será nuestra. Y no solo eso. Porque conforme recojamos ciertos objetos extra, bien ocultos dicho sea de paso, obtendremos mejoras de habilidad para usar en el modo Speedrun, donde podremos pulverizar las marcas conseguidas en el modo historia para, de paso, fardar antes nuestros amigos.
La belleza de los entornos, con ese estilo cyberpunk tan llamativo, se ve reforzada además por una muy buena banda sonora de corte electrónico que amenizará de forma adecuada nuestras peligrosas andanzas por la gran torre de DeadCore. Un lugar que, eso sí, en ocasiones nos lo hará pasar peor de lo que debiera debido a ciertos problemas de diseño que ensombrecen algo el resultado final. Antes de entrar en ello, sin embargo, conviene dejar muy claro que el sistema de control funciona de mil maravillas, dada la gran precisión que atesora. Algo fundamental para un título de estas características.
El problema, en cambio, radica en que algunas pruebas de habilidad son, en extremo, condenadamente difíciles… incluso injustas. Hablamos por ejemplo de las trampas con rayos láser, que por norma habrá que atravesar deslizándonos con una precisión milimétrica que es difícil de alcanzar con una vista subjetiva como la que presenta DeadCore. Así que habrá momentos de la partida en los que sortearemos un buen puñado de trampas… para terminar muriendo rodeado de rayos láser. Y eso una, otra, y otra vez termina por minar la moral.
Afortunadamente, la variedad de pruebas a acometer y el que estas sean cada vez más enrevesadas, ayuda a que la experiencia de juego con DeadCore sea, por norma, bastante gratificante. Es un gustazo atravesar los intrincados niveles que dan forma al juego; y más todavía superar esas pruebas que tantos quebraderos de cabeza no estaban provocando. En este sentido, el componente puzlero es bastante nimio en comparación con otros títulos del estilo. Los hay, pero son más de explorar el entorno que de pararse a pensar.
Como apunte final, nos habría gustado toparnos con una historia más trabajada que la que presenta el título, más que nada porque la ambientación daba para un buen relato. Tampoco es que esto afecte mucho a la experiencia de juego, puesto que DeadCore divierte como el que más gracias a lo desafiante de sus retos, pero claro; ¿quién le dice que no a una buena historia?
Su elevada dificultad y lo inteligente en el diseño de sus niveles hacen de DeadCore un muy buen juego de plataformas y puzles en primera persona que, con el frenetismo y la intensidad de su acción por bandera, os atrapará con sus despiadadas trampas mortales y la vistosidad de sus entornos. Tratar de mejorar las marcas en el modo Speedrun supone, además, una buena forma de alargar su vida durante muchas horas.
- El ritmo de su acción es trepidante
- Buen diseño de niveles. Las pruebas son cada vez más complejas y apasionantes
- Sistema de control muy preciso. Moverse por estos entornos es una gozada
- Curva de dificultad un tanto irregular. Algunos retos son exageradamente duros.
- Habría estado genial contar con un mejor trasfondo argumental.
