Soy el primero que torció el gesto cuando Blizzard anunció que Diablo 4 exigirá conexión permanente a Internet para poder disfrutar de su acción rolera al contar esta vez con un gigantesco mundo compartido en el que, queramos o no, podemos encontrarnos con otros jugadores al estilo de un MMO. Siendo como soy un jugador aficionado a las partidas en solitario, a ir a mi ritmo sin que nadie moleste, entiendo que esta se haya convertido en una de las características más controvertidas de este esperadísimo juego de acción RPG, pero tras disfrutar estas semanas de las dos betas de Diablo IV también creo que este cambio de rumbo es lo mejor que le ha pasado al juego. O al menos, es una característica clave que le permitirá gozar del éxito durante mucho más tiempo.
Es verdad que tanto Diablo 1 como el memorable Diablo 2 no necesitaron de un mundo compartido para mantenerse instalados en nuestros PC durante muchos, muchos años; pero también es cierto que en aquellos tiempos las conexiones a Internet no eran las de ahora, y si no jugabas con amigos, corrías el riesgo de que otra persona te "robara" el botín porque el looteo era el mismo para todos (se lo quedaba quien lo cogiera). Así que, claro, mejor solos que mal acompañados.
Diablo IV parece haber encontrado un buen equilibrio entre esa experiencia en solitario que a todos nos gusta y a la vez también, potenciar de alguna forma las ganas de compartir el viaje con otras personas hasta el punto de aceptar de buen grado que en mitad de una de tus aventuras, otro jugador se sume a la fiesta exterminando demonios.
Un modo multijugador que no molesta
Soy un apasionado de Diablo 2 hasta el punto de haber dedicado cientos de horas al clásico de Blizzard jugando en solitario, pero también con amigos, así que entiendo las reticencias a cambiar una fórmula que ha sido el ejemplo a seguir durante más de 20 años. Y sé también que las siglas MMO dan mucho "miedo" porque, piensas, se corre el riesgo de perder la esencia de lo que debe ser un buen juego al estilo Diablo. A mí dame demonios que matar y déjate de historias sobre buscar a otros jugadores para superar ciertos desafíos, ¿verdad? Estoy contigo, pienso lo mismo, pero también te digo que Diablo IV no llega a ese extremo.
Es muy fácil formar equipo y resulta muy divertido matar demonios en cooperativo (como toda la vida)
Apenas hay unos pocos jugadores pululando de aquí para allá por el mundo de Santuario que tienes ante tus ojos… pero cuando los ves, y andas cerca de uno de los muchos eventos de mundo que te desafían con retos más duros de lo habitual, les sigues para disfrutar de una gran batalla campal contra hordas de enemigos. Y tras esa lucha, ¡a otra cosa!, sigues a lo tuyo.
Por supuesto siempre puedes tratar de completar estos retos en solitario, y seguramente no tendrás problemas en hacerlo en la mayoría de ocasiones, pero yo al menos he encontrado aquí un filón a la hora de vivir momentos impactantes de esos que luego compartes con tus amigos. Y creo que es un gran éxito. Sigue siendo el mismo Diablo que adoras pero más grande y frenético. Especialmente cuando te plantas frente a uno de los inmensos jefes de mundo que, esta vez sí, exigen que formes grupo para derrotarlos al más puro estilo MMO.
"Entiendo que mucha gente esté molesta con la idea de la conexión permanente a Internet, pero creo que al final del día, Diablo IV es mejor cuando es social: ver el aspecto de otros personajes te inspira a mejorar el tuyo, los jefes de mundo se sienten emocionantes y frescos... y qué diantre, esto solo tiene de MMO tres o cuatro cosas muy básicas. No es como si te estuvieran arruinando la experiencia clásica", me comenta mi compañero Mario Gómez de 3DJuegosPC al preguntarle por esta misma cuestión.
El éxito de Lost Ark y Diablo Immortal
Blizzard no inventa nada nuevo con esta idea de mundo compartido porque tenemos ejemplos recientes de juegos que ya lo han hecho, y además con gran éxito. El más claro es el notable Lost Ark, que aún hoy en día goza de buenas cifras de jugadores en Steam tras más de un año de vida en Occidente. En este caso, el action RPG coreano tiene mucho más de MMO que Diablo IV porque te obliga a formar equipos para superar sus mazmorras, cosa que -al menos por ahora- no hace el juego de Blizzard. Y luego tenemos el caso de Diablo Immortal, que a pesar de sus no pocas polémicas por sus cajas de botín, se hizo fuerte con esta idea de compartir aventuras con otros jugadores.
Lost Ark tiene mucho más de MMO que Diablo IV
Es tan fácil formar equipo y resulta tan divertido matar demonios en cooperativo (como toda la vida), que era difícil que Blizzard dejara escapar la oportunidad de apostar por un mundo compartido en el que todos estamos conectados. Pero si funciona es porque no se siente invasivo. No hay cientos de jugadores haciendo el bobo ante tus ojos ni van por ahí masacrando a todos los monstruos que se supone tendrías que eliminar tú.
Por eso estoy tan contento con la beta de Diablo IV y por eso confío tanto en el éxito de este esperadísimo action RPG. Sé que la conexión permanente a Internet puede ser una gran molestia en algunas circunstancias, como cuando intentas jugar en un lugar que no es el habitual, pero el nuevo juego de la saga Diablo ha sabido conquistarme con una nueva forma de entender su violenta acción hack'n slash y ya me muero de ganas por disfrutar de su versión final.
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