Ha tardado, pero el primer gran DLC de historia para Dragon Age: Inquisition ya ha llegado y lo ha hecho por sorpresa. Un inédito escenario que patear y un buen puñado de misiones son las grandes virtudes de un añadido algo rutinario, pero siempre interesante. Bienvenido a las Fauces de Hakkon, un nuevo lugar al que extender la influencia de la Inquisición.
Muchos aficionados protestan acerca de la sobreabundancia de contenidos descargables y expansiones en los últimos tiempos, pero el caso de Fauces de Hakkon es algo confuso en este sentido. Por un lado no aporta absolutamente nada nuevo en lo jugable y desde el punto de vista narrativo su suma también es inexistente, sin embargo todo lo que ofrece está bien terminado y es tan efectivo como cualquier área de Inquisition… Sólo que sin demasiada chispa, claro.
Hay cierta sensación de que con este añadido para Dragon Age: Inquisition BioWare sencillamente ha querido hacer los deberes… Cumplir el expediente, por así decirlo. No sólo se trata de que no se aporta nada novedoso, porque al fin y al cabo es un DLC y no está obligado a ello, es también que hay cierto matiz genérico en todo lo que propone. ¿La parte positiva? Todo lo demás. La sustentación en las bases sobresalientes del original y el hecho de que hay un nuevo entorno, quests que llevar a cabo y un nivel de desafío muy alto.
La Cuenca de la Espalda Helada
El destino del último Inquisidor está en el punto de mira en esta ocasión. Fauces de Hakkon es la primera gran expansión de contenidos para Inquisition, y BioWare vuelve a demostrar su interés en continuar elaborando el universo Dragon Age con este potente añadido que si bien no incorpora nada que enriquezca de forma esencial el conjunto, sí que nos brinda la oportunidad de seguir engordando la leyenda. 14,99 euros de precio y 1,5GB de espacio para seguir aumentando el ya de por sí generosísimo volumen de horas que ofrecía el videojuego del estudio canadiense con una nueva y vasta zona de Thedas que explorar, y muchas quests que cumplir y personajes que conocer.
La entrada al contenido de expansión se produce de una forma bastante estándar. Para hacerlo basta con emplear nuestro personaje para charlar con el profesor Kenric una vez que hayamos llegado al territorio, y así comenzaremos a descubrir el secreto de la zona. Todo gira en torno al último Inquisidor conocido, desaparecido hace cientos de años y, manteniendo en todo momento eso como sombra sobre todo lo que se nos cuenta, también descubriremos que hay una suerte de grupo de fanáticos aterrorizando la nueva área que vamos a visitar. Rápidamente nos damos cuenta del tono poco interesante de lo que se nos cuenta, planteado únicamente como un pretexto para dar telón de fondo a las diferentes misiones y para hilar todo este bello escenario que nos rodea en el añadido descargable, de hecho, uno de los más bonitos que hemos visto en todo el universo Inquisition. Y no sólo hablamos de lo puramente cosmético, que también, sino de que hay talento e inventiva para elaborar un cierto imaginario para esta área, lástima no haberlo exprimido.
Hay muchas cosas buenas e interesantes en este notable add-on, sin embargo como de novedades vamos más justitos, la mejor de todas es la de seguir nutriendo la epopeya de nuestro personaje con aventuras inéditas y, sobre todo, muy desafiantes. Y es que recomendamos rondar los niveles 20-22 de personaje para sumergirnos en su propuesta puesto que es un auténtico reto, merced principalmente a los demonios y sobre todo a los correosos Hakkonitas que, con grandes números y ataviados con armas a distancia y también con otras demoledoras cuerpo a cuerpo, que nos ponen las cosas muy difíciles.
Pero nosotros también tendremos nuestro arsenal, claro está. Hay armas inéditas y mucho material que podemos desbloquear. Hay algunas sorpresas también en cuanto a habilidades del personaje, con un poder muy atractivo que debuta para lidiar con los ataques a distancia. Todo será poco para hacer frente a los adversarios que nos plantarán cara, con mención especial a un par de jefes en la recta final del DLC que van a exigir lo mejor de nosotros.
Con Fauces de Hakkon tenemos la posibilidad de pasar más horas con Inquisition, y eso ya es suficiente motivo para prestarle atención. Sí esperábamos más novedades o al menos una mayor atención al argumento, pero la relación horas de entretenimiento-precio es buena y continúa atesorando las grandes virtudes jugables de Dragon Age.
- La dificultad es elevada, y se recomienda emplear niveles altos
- El nuevo entorno es una verdadera preciosidad
- Absolutamente ninguna novedad y sensación de "más de lo mismo"
- El argumento no está muy trabajado y aporta muy poco
