Análisis de Empire of Sin. Domina las calles de Chicago al frente de la mafia

Análisis de Empire of Sin. Domina las calles de Chicago al frente de la mafia
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Ambientado en la ciudad de Chicago durante los años de la ley seca llega Empire of Sin, una mezcla explosiva que combina gestión, estrategia por turnos y rol en un intento por crear un videojuego único. ¿Lo consigue? En el análisis de la nueva producción de Paradox Interactive repasamos sus aciertos y errores.

Puede que el nuevo trabajo de Romero Games no haya conseguido satisfacerme del todo pero que mis palabras no te desanimen ya que Empire of Sin es valiente y original en muchas de sus propuestas. Esa es la principal razón por la que me habría gustado que sus creadores fueran un paso más allá en algunas de estas ideas. Pese a lo dicho, esta producción de Paradox Interactive tiene un buen número de mecánicas narrativas y jugables de lo más interesantes. La más destacable de ellas es, a todas luces, el enorme número de jefes mafiosos. Nombres tan conocidos como el de Al Capone, Angelo Genna o Joseph Saltis se encuentran en esta lista de hasta 14 capos entre los que elegir. Cada uno de ellos cuenta con sus propias habilidades especiales, ya sean beneficios en un cierto tipo de negocio o habilidades que ejecutar durante el combate. Sin embargo, el rasgo más destacable es que cada uno de ellos cuenta con una historia propia.

Precisamente aquí me habría gustado ver más. Es interesante observar cada uno de los relatos de los protagonistas, algo que, por otra parte, exige iniciar 14 partidas diferentes por lo que se incrementa significativamente la duración del título así como su rejugabilidad. Estas historias cobran vida a base conversaciones y viajes a través de un mundo en el que la perspectiva isométrica deja algo de espacio a algunas animaciones basadas fundamentalmente en primeros planos y contraplanos de los protagonistas. Lamentablemente, y a pesar de contar con una escritura clara y directa que se agradece, estos relatos son meras anécdotas en el conjunto de la experiencia. Carecen de la fuerza, y sobre todo del desarrollo necesario durante el total de la partida como para ser completamente satisfactorias. Basan toda su fuerza en dejar que sea el jugador quien tome algunas decisiones a través de realizar distintas pesquisas en algunos casos o guiarnos por nuestros instintos en otros.

Me sorprende que no se haya ido más allá; creo que a Romero Games le ha faltado determinación a la hora de crear un único guión sólido en el que desarrollar una historia concreta con todos los elementos jugables que plantean durante la experiencia. Su perspectiva isométrica al más puro estilo del rol occidental de los noventa invita a sumergirse en una propuesta extensa, profunda y cargada de elementos que fidelicen al jugador con su narrativa. Sin embargo, en lo referente a estas misiones principales Empire of Sin no logra la relevancia deseada en el conjunto global de la experiencia haciendo que queden como simples anécdotas y que, una vez hacemos crecer nuestro imperio y empezamos a dominar barrios, pueden llegar a ser completamente olvidadas debido a que el juego, en una visión más alejada de la cámara, se transforma en una suerte de Monopoly en el que solo cabe apreciar los edificios que poseemos, los colores y quién domina el territorio en ese momento.

El amor, el odio y la mafia

Domina las calles de Chicago al frente de la mafia

A Romero Games le ha faltado determinación a la hora de crear un único guión sólido

En Empire of Sin no vamos a crear nuestro imperio criminal en solitario (aunque se podría intentar hacerlo). El juego ofrece al usuario 55 gangsters diferentes a los que contratar e integrar en nuestro grupo de hasta 10 miembros. Cada uno de ellos cuenta con un perfil propio, pudiendo ser estafador, asesino a sueldo, médico o demoledor entre otros. Naturalmente cada uno de estos perfiles cuenta con su propio árbol de mejoras aplicables al combate que mejoran con su veteranía. Puede que esto suene de lo más genérico, sin embargo, hay algunos factores diferenciales que convierten a esta lista negra en uno de los mayores aciertos del juego.

Domina las calles de Chicago al frente de la mafia


Domina las calles de Chicago al frente de la mafia

En primer lugar he de destacar el mimo que se le ha dado a cada uno de estos personajes. No son únicamente fotografías en un marco, sino que se les ha dotado de una biografía que podemos conocer antes de unirlos a nuestras filas y sobre todo, se ha implementado un sistema de lealtad, amor y odio entre ellos. De esta forma, a la hora de contratar a alguno de estos gregarios el jugador ha de tener en cuenta cómo se lleva con otros miembros de la lista, dándose casos en los que algunos de ellos son incompatibles dentro de un mismo grupo por el trasfondo que arrastran. En otros pueden tener una relación amorosa, por lo que contar con ambos en el grupo da lugar a situaciones interesantes ya que pueden llegar a activar movimientos y ataques especiales durante el combate e incluso puede que tengan una bronca de pareja y que esto afecte a su rendimiento en el grupo.

Esta lista de sicarios no es única para el jugador, sino que cada uno de estos personajes están incluidos en el juego, pueden encontrarse en nuestros garitos o formar parte de una banda rival. Algo que me ha gustado especialmente es esto último y cómo afecta al combate. Antes de entrar en un asalto el juego nos advierte de si hay alguien que tenga relación con nuestros gangsters y de qué manera afectaría que disparemos o matemos a esta persona en cuestión, por lo que se vuelve un factor importante a tener en cuenta durante los enfrentamientos ya que en dificultades elevadas la solución no será siempre tan sencilla como no disparar y dejarle con vida hasta que huya del combate, lo que implica cierto componente de riesgo en la toma de decisiones e incluso de una buena planificación de la gestión de nuestra plantilla.

Lss escaramuzas están planteadas en enfrentamientos por turnos al más puro estilo XCOM

Los miembros de esta lista que mueran lo harán para siempre y cada una de las decisiones que tomes, así como el tiempo que pasen en la banda o su rendimiento y experiencia en combate, los van a ir dotando de una serie de rasgos pasivos que acaban marcando la diferencia entre una partida y otra. El buen trabajo que se ha hecho en este apartado está rematado por la inclusión de misiones de personaje, lo que me ha acabado involucrando con algunos de ellos y más si tenemos en cuenta que a raíz de nuestras elecciones estos personajes pueden desarrollar rasgos como alcoholismo o frustración, e incluso abandonar la banda.

Coberturas, porcentajes y habilidades

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Aunque la historia es importante el eje central de su jugabilidad recae en los combates. Estas escaramuzas están planteadas en enfrentamientos por turnos al más puro estilo XCOM en los que se han de tener en cuenta las probabilidades de acierto de nuestros disparos, entrar en coberturas y la distribución apropiada de nuestras unidades en el campo de batalla. Lamentablemente Empire of Sin no logra convencer en su propuesta pues en comparación con otros juegos del estilo, se queda en la superficie de lo que intenta hacer.

Uno de los problemas más destacables es la distribución de las unidades al principio de estos enfrentamientos. Se echa de menos un turno previo al combate en el que colocar a las unidades, lo que tiene como resultado que los miembros de nuestro escuadrón se encuentren apelotonados al entrar en cada una de las estancias. Contrasta con la disposición de las unidades enemigas que se encuentran en ocasiones en puntos muy lejanos del escenario, por lo que entrar en conflicto requiere de varios turnos poco fructíferos en los que el comportamiento de la inteligencia artificial enemiga deja bastante que desear. Lo cierto es que esto mejora si nos decantamos por jugar en dificultades más elevadas, por lo que me permito aconsejar a los veteranos lanzarse desde el principio a los niveles Sottocapo y Jefe por delante de la dificultad Teniente que es desde la que parte el juego por defecto.

Domina las calles de Chicago al frente de la mafia


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Empire of Sin apuesta por dar al jugador herramientas muy espectaculares a través de las distintas habilidades de cada uno de los personajes; destacan las ráfagas de cobertura o las cadenas de asesinatos que permiten acabar con muchas unidades enemigas en un solo turno. Aún con eso, otros problemas como coberturas transparentes, que hacen de algunas de nuestras acciones un tanto inverosímiles, acaban por afear un apartado en el que se ha trabajado bastante bien en dar el mayor número de referencias al jugador a la hora de seleccionar el disparo o la acción más apropiados.

Los eventos durante el combate tienen efectos tanto en nuestros personajes como en los enemigos produciendo situaciones en las que estos huyen del enfrentamiento al verse desbordados, ejecutan movimientos especiales relacionados con las sinergias del escuadrón o caen heridos mientras se desangran en el campo de batalla. Existen además otros efectos de estado como envenenamiento que pueden afectarnos. Sin embargo, el conjunto se siente superficial, lejos de conseguir dar lo mejor de sí haciendo que pasadas unas horas el desafío se vea muy disminuido quedando lejos de otros referentes dentro de este género como Gears Tactics o Desperados III.

Al acabar cada uno de estos enfrentamientos obtendremos un botín en forma de armas o ítems que podemos equipar en cada uno de nuestros matones, algo que le da un puntito RPG que no le sienta mal. Algunos de nuestros aliados no solamente pueden acabar muertos de manera permanente, sino que sus heridas pueden ser tan graves que tengamos que prescindir de ellos durante un tiempo hasta que se hayan recuperado del todo. Otra de las consecuencias es que asumimos el control del edificio en cuestión decidiendo qué queremos hacer con él. Dejarlo como está o convertirlo en otro tipo de explotación: un prostíbulo, una destilería, un bar clandestino, un casino o un hotel son las opciones que se antojan como más inteligentes. Sin embargo, podemos simplemente saquearlo y dejarlo inhabilitado un tiempo o demolerlo y acabar con un futuro punto de conflicto de una tacada.

Controla los locales y controlarás Chicago

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Con esta premisa Empire of Sin empieza a dar señales de falta de cohesión que van a acompañar a este análisis desde ahora en el resto de sus apartados. El control de los establecimientos uno a uno es una posibilidad, no obstante, todo formará parte de la ilusión que el jugador quiera crear en su sesión de juego, ya que existe un vía más rápida para hacernos con el control de un buen número de puntos calientes: atacar el piso franco de la banda en cuestión. En el momento que vencemos en este enfrentamiento todos los negocios de esa facción pasan a engrosar nuestra economía, por lo que atacar los distintos locales que se encuentran en Chicago carece de sentido. Entiendo que desde Romero Games se ha querido dar al usuario la posibilidad de elegir cómo vivir la experiencia, pero debido a su planteamiento, el juego pide a gritos un sistema de debilitamiento en el que no podamos atacar estos pisos francos hasta que hayamos debilitado a la facción en cuestión previamente.

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Este sistema es un tsunami que acaba con todo lo demás que el juego quiere plantear. Lo cierto es que cada uno de estos negocios es mejorable, pudiendo aumentar su seguridad, su producción, su ambiente así como su popularidad en hasta 5 niveles por local. Pero al poder hacernos con el control de otros pisos francos con una simple declaración de guerra previa, todo el apartado de gestión económica y diplomacia se diluye, hasta que pierde su sentido dando paso a la dominación a través de la violencia más estricta con una economía basada en hacerse con todo sin preocuparse demasiado por cuidar lo que ya poseemos.

Las opciones de diplomacia son amplias permitiendo al jugador establecer alianzas con otras bandas, declarar guerras abiertas con más facciones implicadas o en solitario, solicitar compensaciones por agravios cuando se atacan nuestros locales o afianzar relaciones de comercio. Obviamente este sistema de diplomacia se toma las molestias de crear situaciones emergentes por las que podemos ser traicionados y en las que futuras decisiones sean incompatibles con los pactos ya establecidos. La mano de Paradox se nota en este sentido, ya que son muchas las herramientas que se dan al jugador para conocer los estados de alianzas, filias y fobias de cada una de las facciones a la hora de tomar decisiones. Lamentablemente la falta de limitaciones y que casi todo sea posible en cualquier momento, hacen que prácticamente podamos hacer lo que queramos dentro del juego sin tener que temer demasiado las consecuencias, algo que va en detrimento de una experiencia de juego realmente profunda que implique al usuario de una manera más activa.

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Empire of Sin concentra su unidad de comercio en la producción de alcohol

Dentro de estas relaciones diplomáticas destacan los cara a cara. Estos encuentros entre jefes son oportunidades de dialogar con cada uno de los capos de la ciudad. Está en nuestras manos solicitarlos o asistir una vez se nos convoque a alguno por parte de otra facción. No obstante, he podido comprobar que las variaciones entre unos y otros son mínimas y todos ellos se acaban resolviendo conforme lo que el jugador quiera dictaminar y cayendo demasiado en la repetición de conversaciones. Se explota poco la posibilidad que sí tenemos en las misiones de elegir vías de conversación más centradas en la persuasión, la intimidación o la capacidad de liderazgo de nuestro capo.

Debido a su ambientación durante los años de la ley seca Empire of Sin concentra su unidad de comercio en la producción de alcohol. Así pues, podemos mejorar la calidad de los destilados adaptándose a las necesidades de cada uno de los barrios en los que tenemos presencia. Me hubiera gustado que el comercio se hubiese encontrado más diversificado, ya que otros negocios como prostíbulos u hoteles se convierten en activos demasiado pasivos en comparación con los bares y las destilerías, los cuales juegan un papel preponderante.

Chicago por dentro, Chicago por fuera

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La distribuidora ha confirmado parches que solucionarán algunos bugs

En pantalla Empire of Sin deja sensaciones contrapuestas, destaca su interfaz, bien organizada y muy clara que hace que el juego sea muy accesible desde el principio además de contar con un muy buen tutorial. Este buen trabajo se ve reflejado en las calles de la ciudad cuando jugamos con el zoom en distancias cortas o medias. La ambientación de Chicago resulta muy satisfactoria en sus calles aunque no tanto en los interiores en los que, a pesar de contar con un buen nivel de detalle, que se aprecia más gracias a la mejoras que hacemos del ambiente de los locales, el juego acaba por repetir demasiados escenarios durante los combates optando por soluciones clónicas que lo alejan de la excelencia en este apartado.

Algo mejorable de Empire of Sin es que en el momento en el que empezamos a movernos por más de un barrio el juego requiere el uso de una cámara más alejada. Esta perspectiva está muy bien llevada a cabo en términos jugables ya que permite desplazarnos rápidamente de un punto a otro y ejecutar todo tipo de acciones desde una rueda de menú cómoda e intuitiva. Sin embargo, la decisión de plantear el mapeado como si de un juego de mesa se tratara acaba por dar al traste con el buen trabajo de inmersión llevada a cabo en perspectivas más cercanas a la acción, llevándose con ella toda el alma de la ciudad que bien podría ser Chicago o Chiclana.

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Si bien el título se juega a placer con una tasa de 60 imágenes por segundo y gráficos a máxima calidad con equipos de gama media y baja en PC, el acabado tosco de las animaciones durante los cara a cara contrasta con el buen trabajo llevado a cabo en los distintos modelados de los personajes. El juego llega con voces en inglés y textos en español que no se libran de algunos errores en la traducción tan pequeños como perdonables. Las piezas musicales del juego son tremendamente agradables basándose fundamentalmente en acordes de Jazz y Ragtime, viéndose este último género remezclado con acordes de guitarras eléctricas durante los combates. Las versiones de consolas cuentan con alternativas de gráficos y resolución o bien de rendimiento, una alternativa bienvenida en este sentido ya que, aunque el título no es precisamente un dispendio técnico, sí que es más tolerable jugarlo a 30FPS por su carácter por turnos. En cuanto al desempeño del mando, hay algunas cuestiones de la adecuación del control a éste que chirrían y que hacen particularmente recomendable jugarlo con teclado y ratón.

Domina las calles de Chicago al frente de la mafia


Domina las calles de Chicago al frente de la mafia

Desde la distribuidora se ha confirmado la llegada de diversos parches para sus distintas versiones en la primera quincena del mes de diciembre que solucionarán algunos pequeños bugs que he podido encontrar durante este análisis. Los más molestos son algunas voces que entran a destiempo y, sobre todo, la desaparición de algunos de los miembros de nuestra escuadra al pasar por puertas, algo que se ha producido en un par de ocasiones durante mis partidas y que he solucionado fácilmente con cargar el último autoguardado.

Resulta complicado hablar en términos absolutos sobre la duración de Empire of Sin ya que el título da la opción al comienzo de cada partida de elegir el número de barrios y facciones que queremos que tenga cada una de nuestras sesiones. En cualquier caso, completar la campaña más larga me ha llevado unas 17 horas hasta la victoria definitiva, si bien no puedo considerar que esta sea la duración total del juego ya que, a través de su enorme elenco de protagonistas elegibles invita a darle más de una pasada.

Bueno

Sin sello
Domina las calles de Chicago al frente de la mafia

Empire of Sin

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Empire of Sin es un juego prácticamente único en el mercado actual. La combinación de mecánicas de rol con combates por turnos y gestión del imperio y la diplomacia hace de este un juego muy particular. Realmente ha sido una experiencia divertida, da gusto rolear a un capo de la mafia que va ganando puntos de mala fama conforme crece su dominio sobre la ciudad y las otras bandas. Sin embargo, deja la sensación de que muchas de sus mecánicas no se explotan de la manera más adecuada al no haberse podido cohesionar el conjunto de su propuesta como hubiera sido deseable. No obstante, es un título a tener en cuenta del que desearía ver una continuación que supiera llevar un paso más allá todo lo que propone ya que, sobre la mesa, cuenta con los suficientes ingredientes para ser algo más que un buen juego.

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  • Un enorme elenco de mafiosos reales y ficticios entre los que elegir
  • El sistema de relaciones de la lista negra da lugar a situaciones interesantes
  • Libertad para seleccionar la duración de la campaña, altamente rejugable
  • Una interesante mezcla de géneros…
  • … aunque no consiguen estar bien cohesionados.
  • El sistema de combate y la IA enemiga podrían dar más de sí
  • Si bien es entretenida, la narrativa se queda en la superficie
Jugadores: 1
Idioma: Textos en español y voces en inglés
Duración: 15-20 horas (mínimo)
Ver requisitos del sistema
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