No es ningún secreto: la extracción es el nuevo battle royale, y todas las compañías en la industria triple-A quieren un trozo de esa tarta antes de que alguien la conquiste de forma definitiva en un mercado tan absolutista como es el de los juegos como servicio. De un panorama así de competitivo surge Exoborne, un título que se presentó mediante una secuencia CGI en los últimos TGA y que está de regreso con nuevos detalles y material jugable en la Gamescom 2024, que te traemos como exclusiva europea como parte de la iniciativa Find Your Next Game.
Exoborne viene firmado por el estudio sueco Sharkmob, que está formado por veteranos de Massive Entertainment (The Division). Su primer juego fue un BR —quién lo diría, ¿eh?— llamado Bloodhunt, que se ambientaba en el universo de Vampire: The Masquerade, y aunque tuvo unas críticas bastante dignas, lo cierto es que no logró mantenerse particularmente activo en el mercado. Pero de todo se aprende, y está claro es que su nuevo título viene mejor encaminado.
Así de primeras, sabemos que Exoborne está siendo desarrollado en el poderoso motor de última generación Unreal Engine 5; y que si bien no tiene fecha de lanzamiento aún, al menos tiene claro que aterrizará en PC y consolas como un juego estrictamente premium. Creo que es bastante positivo de cara a su soporte a largo plazo, porque estamos demasiado acostumbrados a que estos juegos dependan de las skins y pases de batalla y terminan yendo a menos.
Dicho esto, es importante matizar que Exoborne aún está en una fase de desarrollo temprana (pre-alfa, concretamente) y lo que he podido ver de momento me ha parecido prometedor, pero también necesitado de pulido. Que un juego con una poderosa simulación del viento y muchos efectos visuales ponga una carga extraordinaria en la GPU no es nada extraño; pero ver un framerate bajo e inestable siempre chirría. Esperemos que el lanzamiento final termine más pulido que el material que hemos podido ver hasta ahora.
Condiciones meteorológicas adversas como reclamo
Exoborne describe una versión apocalíptica de Estados Unidos en la que un gigante de la tecnología llamado Rebirth Corporation inicia una lucha contra el cambio climático que termina con un control militar del país. Definitivamente, no parece un juego que se interese mucho por la narrativa, pero sí que nos sirve para plantear un escenario bastante atractivo para jugar: grandes mapas amenazados por condiciones naturales peligrosas en los que múltiples escuadras compiten entre sí por saquear lo que pueden.
Para navegar por el escenario, cuentas solo con un puñado de aliados y un exotraje de corte claramente militar que te permite hacer cosas como sobrevivir a caídas que en condiciones normales serían mortales para cualquiera; y a la que también se pueden anexar otras herramientas como ganchos o parapentes. Esto es importante porque la jugabilidad es muy vertical. No digo solo que el terreno tenga sus salientes, que los tiene; sino más bien, que a veces terminas propulsado hasta el cielo desde el suelo en cero coma.
Esto es así porque a menudo aprovecharás los vientos huracanados a tu favor, usando el viento para escapar de un conflicto o alternar entre la vela y los disparos para atacar desde arriba. Ten en consideración, eso sí, que la meteorología de Exoborne es dinámica y debes estar atento a la interfaz para hacerte una idea de las condiciones en las que vas a luchar en cada sección del mapa. Algunas de estas (p. ej. una tormenta eléctrica) pueden chafarte la interfaz, así que debes tenerlo en cuenta a la hora de avanzar.
¿Por qué digo esto? Simple: la partida te da libertad para poner tus propios objetivos, y puede que en ocasiones lo que más te interese hacer sea una baliza que hace las veces de evento público y aunque da recompensas garantizadas, también atrae la atención de enemigos controlados por la IA e incluso de otros jugadores. No tener un radar plenamente funcional en una situación como esa puede saldarse en una pantalla de game over, y hablamos de un juego en el que lo pierdes todo al morir.
Así que, aunque sea uno de esos juegos en los que puedes hacer locurillas con el movimiento si conoces el sandbox lo suficientemente bien, en realidad lo mejor es tomarse las cosas en serio y medir tu siguiente paso con cierta cautela. Y siendo un shooter táctico con cierta sensación de retroceso en las armas, es probable que la acción también deba resolverse estrujándote un poco la materia gris. ¿Ha caído un compañero? Puedes revivirlo, y para facilitarte la tarea existe un escudo desplegable a modo de cobertura bajo demanda.
En la demo que he podido ver, el jugador tomaba una vía un poco menos ortodoxa, que consistía en usar el gancho para salir por patas de un tiroteo tan pronto como su escuadra iba cayendo. Pero en lugar de abandonarlos a su suerte, usaba el parapente para aprovechar la corriente del viento, impulsarse por encima de sus oponentes y derrotarlos con armas a distancia desde las alturas. Insisto: esto no va de jugar a ser Spider-Man y es fácil notar la mano de The Division detrás. Pero sí te da opciones para hacer esa clase de maniobras de alto riesgo.
Aún no está claro cómo de grandes serán las escuadras en la versión final de Exoborne, por cierto; y si bien de momento parece que el emparejamiento por tríos está garantizado, queda ver si también tendremos dúos o una cola en solitario. Si vas con jugadores aleatorios, entonces los desarrolladores tratarán de evitar que cada uno corra como pollo sin cabeza en direcciones opuestas asignando una operación (no sabemos aún cómo funciona ese sistema) conjunta que requiere de cierto trabajo en equipo.
Por supuesto, a medida que completas misiones y derrotas enemigos obtendrás consumibles y armas que puedes usar para mejorar tus posibilidades de sobrevivir hasta el momento de la extracción; pero al final del día este género busca elevar el riesgo en paralelo a las recompensas y tendrás que luchar para conservar tus adquisiciones hasta el final de la partida y poder usarlas en la siguiente incursión.
Tocará estar atentos a novedades acerca de posibles betas y otros anuncios del estilo que lleguen a lo largo de los próximos meses.
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