Tenía curiosidad genuina por Foamstars. Durante mi viaje al Summer Game Fest de Geoff Keighley, vi salir a no poca gente del edificio asignado a Square Enix ilusionada por el espumoso shooter. Por ello, nada más se habilitó la descarga para suscriptores de PlayStation Plus del juego, procedí a almacenar sus gigas en mi PS5 con la espera de contar con una sorpresa en mi consola.
Jugaría toda la tarde de ayer, más que suficiente como para probar gran parte de la experiencia y darle un tiento a los 6+1 personajes disponibles (hay otro adicional, pero de momento es accesible mediante el pago del pase de batalla). Y lo cierto es que después de un agradable primer contacto, la chispa se apagó.
Podría argumentar que la base es más o menos sólida, que el gamefeel no está mal parido y que, aunque se ha hecho mucho juego con esta estética edgy-generación z, pues no es el peor ni de cerca (los modelados están bien, por ejemplo). Sin embargo, es un título al que le falta empaque según pasan las horas y que se siente como una especie de acceso anticipado en asuntos como modos de juego, mapas o personajes.
Foamstars es, sobre todo, un hero-shooter
Foamstars se encuadra dentro de los juegos multijugador competitivos basados en héroes. Cada uno de los personajes cuenta con un arma característica, dos habilidades básicas con enfriamiento y una habilidad definitiva que se carga a lo largo de la partida. Tenemos personajes con "escopetas", "rifles" o "pistolas duales"; y uso las comillas porque en vez de disparar balas, proyectan bolas de espuma de colores.
Este es el punto de unión con el shooter de tinta de Nintendo, pero nada más lejos de la realidad. El uso de estos dos gimmicks es bastante distinto: mientras en este hay todo tipo de objetivos clásicos del hero-shooter como llevar una carga, duelo por equipos o demás, en el otro todo redunda en la cantidad de zona pintada de nuestro color.
Y sí, en ambos casos, la superficie de nuestro color nos permite desplazarnos más rápido. Pero en Foamstars además, podemos acumular espuma para alcanzar mayores alturas, mientras la recarga de nuestras armas no enlaza con este sistema, sino con un botón dedicado como en los shooters tradicionales.
[La espuma] limita el campeo y los frentes estáticos entre equipos
A decir verdad, no tengo mucho problema con la espuma como sistema jugable. Cumple su función y está ahí para dar movilidad, así como es la base de las bajas: al llenar a alguien de espuma, luego puedes golpearle con tu tabla de surf para confirmar la "congelación"; e incluso hacer lo propio con los "espumados" aliados para salvarles. Y esto es un punto interesante, ya que limita el campeo y los frentes estáticos entre equipos, uno de los mayores males del género en tiempos modernos.
Pero he detectado dos problemas principales con el combate en Foamstars. El primero es que los héroes son funcionales por sí mismos, pero hay poco espacio tanto para la innovación como para la sinergia. Sí, algunos cuentan con la típica capacidad para atraer enemigos y otros un daño concentrado en un punto, pero poco más. Apenas hay habilidades de burst, de movilidad y de utilidad, las cuales acaban por ser reiterativas... Y eso es un problema con una plantilla de 8 luchadores.
Divertido, sí. Profundo, igual no tanto
El otro problema entronca con este: Foamstars es un juego poco legible. Si algo tienen en común los juegos competitivos que más éxito realizan un esfuerzo para que podamos entender lo que está pasando. El departamento de creación de nuevos campeones de League of Legends, por poner un ejemplo, itera muchísimo sus habilidades para que no se parezcan al resto en animaciones, partículas y efectos, en búsqueda de personalidad propia diferenciada del resto.
En medio del festival de la espuma que es Foamstars, es tremendamente complicado saber dónde están los rivales, qué personaje concreto es el que no está encañonando y de dónde proceden o quién emite esas bolas de espuma de colores que llegan a tu posición (aunque hay buenas decisiones de diseño, como el borde de color de cada personaje). Este es un problema importante pero que podría solucionarse a medida que se añadan personajes rompedores con el paso de los meses.
Tenemos un modo base que es el duelo por equipos, así como otros que rotan cada poco tiempo. He podido probar dos: uno es un "llevar la carga" que recuerda a Overwatch, y otro que divide a los equipos en dos parejas, y consta de rondas donde se intercala la acción, con el apoyo desde las alturas. Se agradece la variedad y es de las cosas que más benefician en términos de diversidad jugable a Foamstars.
De forma adicional, tenemos un modo por oleadas que se divide entre una vertiente en solitario, conformado por un pack de tres niveles por personaje donde se nos cuenta un poco más de su historia, y otra en cooperativo para cuatro jugadores mucho más exigente y que pide tanto coordinación, como agradece ir mejorando las capacidades de tu héroe con los puntos de experiencia que consigues tras cada partida en este modo.
La variante cooperativa del modo por oleadas requiere de estrategia y coordinación para llegar a buen puerto, y puede ser algo que entretenga a un grupo de amigos durante un buen rato. De hecho, me ha parecido donde las habilidades mejor se aprovechan y más profundidad encontraría.
La variante cooperativa del modo por oleadas requiere de estrategia y coordinación
Y hablaba de exigencia porque, aunque hace de una suerte de tutorial, el modo en solitario es poco menos que un trámite para el jugador promedio. Quizás lo interesante aquí sea conocer un poco más de la historia de los personajes, pero es que el guion es pobre.
Las misiones de Pin Güina te darán escenas de diálogo con una foca cuya foto parece proceder de un banco de fotos de stock, mientras Δgito se tira los tres niveles hablando de que es proplayer de esports reconvertido a luchador de espuma, por citar algunas. Un poco estaría bien y tendría el punto tróspido que linda con la comedia incómoda de la que soy el primer fan en la cola, pero es que son secciones narrativas bastante alargadas para lo simple de su mensaje, generando el efecto contrario al buscado.
El problema que sí tienen ambas variantes de este modo por oleadas es lo básico del mapeado. Un rectángulo alargado por el cual, en un extremo aparecen los enemigos, y en el otro está un núcleo de espuma que debemos proteger. Vamos a pasar por encima de que los enemigos sean globos con forma de animales, pero lo que sí es mejorable es la nula orografía del mapa; no tanto por ser aburrido, como por no aprovechar lo mejor que tiene el juego, la espuma y la elevada movilidad sobre ella.
Por cierto, y aunque podemos seleccionar el modo de juego concretamente desde un menú, contamos con un pequeño hub con forma de extenso ático, que nos permite acceder a las distintas funciones del juego. Podemos desde probar personajes, a customizarlos o incluso calentar los dedos en una superficie cuya fisionomía puede ser alterada. Esto último es bastante positivo, y un detalle a apreciar.
El asunto es que después del tutorial, se nos coloca en dicho ático, y lo primero que vemos, a mano izquierda, es la tienda del juego. Y por supuesto que hay un pase de batalla, pero es que los sets de aspectos a más de 40 euros dudo que sean la mejor carta de presentación del videojuego. Sería mejor decisión incluso invitarme a jugar una partida de forma directa, para intentar que me enganche a un personaje y buscar comprarle un modelito nuevo.
Todos pensábamos en Splatoon cuando conocimos a Foamstars, pero estoy de acuerdo con sus creadores en que no es la mejor comparación. Después de jugarlo, me recuerda a otro título que llegó con PSPlus en los albores de PS5, que también tenía héroes, un estilo artístico similar y una mejorable cantidad de contenido: Destruction All-Stars. Con la base con cierto potencial que tiene Foamstars, la pelota está ahora en el tejado de Square Enix para que este juego sí consiga perdurar en el tiempo.
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