Bárbara Gimeno
ColaboradoraPocos juegos han logrado capturar una identidad visual y narrativa tan única como Grim Fandango. Publicado en 1998 por LucasArts y dirigido por Tim Schafer, esta aventura gráfica no solo destaca por su historia y personajes memorables, sino también por esa estética inconfundible que fusiona dos mundos aparentemente opuestos: el cine negro y la festividad mexicana del Día de los Muertos. Este mix de estilos tiene como resultado un universo a la vez nostálgico, misterioso y vibrante, donde la muerte es tanto una tragedia como una celebración.
El cine negro y su huella en Grim Fandango
El cine negro (film noir) surgió en los años 40 y 50 como una corriente cinematográfica que exploraba el crimen, la corrupción y el destino trágico de los personajes. Inspirado en la literatura hardboiled de autores como Raymond Chandler y Dashiell Hammett, este género se caracterizaba por su iluminación de alto contraste, tramas llenas de engaños y antihéroes que destacaban por su cinismo con gabardinas y cigarrillos en la boca. El mundo de Grim Fandango respira cine negro en cada rincón, desde sus personajes hasta su historia.
El protagonista, Manny Calavera, es un claro ejemplo del héroe noir: un agente de viajes del Departamento de la Muerte atrapado en una red de corrupción, conspiraciones y traiciones. Su personalidad es irónica, pero tiene un código de honor que lo impulsa a hacer lo correcto, aunque le cueste caro. Como en las grandes películas del género, Manny se mueve entre sombras, descubre secretos y sigue una femme fatale—Merche Colomar—cuyo destino está entrelazado con el suyo.
El diseño de los entornos también refleja esta influencia. El Marrow, el punto de partida de la aventura, nos recuerda al Los Ángeles de los años 40, con rascacielos oscuros, calles estrechas iluminadas por farolas y un aire de corrupción que impregnaba el ambiente. Conforme avanzamos en la historia, vemos que Rubacava se convierte en la representación perfecta de una ciudad misteriosa con rincones donde todo puede pasar, lleno de clubes de jazz, bares clandestinos y figuras enigmáticas. Me gusta considerar todo esto un homenaje directo a películas como Casablanca (1942), donde un protagonista con un pasado dudoso encuentra su redención rodeado de luces y humo de cigarillo.
El Día de los Muertos: el folclore mexicano en el más allá de Grim Fandango
En el extremo opuesto del espectro visual y temático se encuentra el Día de los Muertos, la festividad mexicana que honra a los fallecidos con altares, ofrendas y coloridas decoraciones. Lejos de representar la muerte como algo oscuro o aterrador, esta celebración la convierte en un evento de alegría y recuerdos, lleno de flores de cempasúchil—tagetes en España—, calacas, guirnaldas y calaveras de azúcar.
En Grim Fandango, esta tradición se materializa en el diseño de los personajes. En lugar de optar por figuras humanas realistas, el juego presenta un elenco de esqueletos inspirados en las calaveras de José Guadalupe Posada, un ilustrador mexicano cuyas obras satíricas popularizaron la imagen de la muerte vestida con trajes elegantes. Manny y los demás habitantes del Inframundo lucen ropa al estilo de los años 30 y 40, pero sus rostros son calaveras sonrientes con detalles geométricos que recuerdan el arte popular mexicano y que nos invitan a olvidar que la muerte es algo “oscuro y triste” a través de su carisma y su sentido del humor.
José Guadalupe Posada: “Calavera oaxaqueña”. (Imagen: Wikimedia Commons)
Además, la estructura del juego también refleja el concepto de la muerte en la cultura mexicana. En este universo, los difuntos deben emprender un viaje de cuatro años por la Tierra de los Muertos antes de alcanzar su destino final en el Noveno Inframundo. Quienes fueron buenos en la vida pueden tomar el Expreso Número 9, un tren de lujo que acorta el trayecto a solo cuatro minutos. Sin embargo, aquellos que llevaron vidas cuestionables quedan atrapados en una travesía peligrosa, un reflejo de la visión moralista de la muerte en el folclore mexicano, donde las acciones que llevamos a cabo en nuestra vida determinan nuestro destino en el más allá.
La fusión de dos mundos en perfecta armonía
Lo más sorprendente de Grim Fandango es cómo logra combinar estos dos estilos sin que ninguno se sienta fuera de lugar. La estética del cine negro le da a la historia un tono serio, con elementos de misterio, corrupción y personajes ambiguos. Por su parte, el Día de los Muertos aporta una identidad visual única, con colores vibrantes y un sentido del humor irreverente que equilibra la melancolía del género noir.
Uno de los mejores ejemplos de esta fusión es Rubacava. Por un lado, es una ciudad envuelta en sombras, con clubes nocturnos, mafiosos y un aire de peligro constante. Por otro, sus habitantes son esqueletos sonrientes, y la música de fondo es una mezcla de jazz y ritmos latinos. Este contraste crea una atmósfera que no se parece a nada más en el mundo de los videojuegos: un lugar donde la muerte no es el final, sino el comienzo de una historia llena de intriga y aventura.
Incluso el humor del juego refleja esta dualidad. Manny tiene el sarcasmo seco de un detective noir, pero sus diálogos están impregnados de lo absurdo. Por recordar una escena icónica que siempre me viene a la cabeza, hay un momento en el juego en el que Manny necesita distraer a una banda de topos (o castores, no me pidáis que recuerde tanto) para seguir avanzando en su viaje. La solución no es otra que prenderles fuego. Un momento de comedia negra que encaja perfectamente en la narrativa del juego.
El legado de Grim Fandango y su estilo incomparable
Más de 25 años después de su lanzamiento, Grim Fandango sigue siendo una obra maestra del diseño artístico y narrativo. Su fusión de cine negro y folclore mexicano lo convierte en un juego atemporal que sigue cautivando a nuevas generaciones. La remasterización de 2015 permitió que muchos jugadores descubrieran (o redescubrieran) este clásico, demostrando que su estilo y atmósfera no han perdido un ápice de encanto.
El impacto visual de Grim Fandango también ha influenciado a otros juegos y medios. Películas como Coco (2017) han adoptado una estética similar en su representación del Día de los Muertos, mientras que la combinación de humor negro y misterio sigue siendo un referente para aventuras gráficas modernas. Juegos como Broken Age (también del director Tim Schafer) han heredado parte de su ADN narrativo, y estudios independientes continúan explorando nuevas formas de mezclar culturas y estilos en el medio interactivo.
Una combinación inolvidable
Si algo demuestra Grim Fandango es que la fusión de estilos aparentemente incompatibles puede dar lugar a algo extraordinario. Al unir el cine negro con el Día de los Muertos, LucasArts creó un universo rico en matices, donde el misterio y la melancolía se entrelazan con la celebración y el humor. Este equilibrio perfecto es lo que ha mantenido vivo el legado del juego durante décadas, consolidándose como una obra maestra de la narrativa y el diseño visual.
Ya sea por su historia, su estética o su inolvidable protagonista, Grim Fandango sigue siendo un viaje que vale la pena recorrer… incluso si nos toma cuatro años llegar al final. Por favor, aprovechad el maravilloso remaster de 2015 y acompañad a Manny Calavera en esta aventura; no os decepcionará.
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