Es una broma que no tiene miedo de ir tan lejos como el porno alienígena. Análisis de High on Life: nuevo shooter para suscriptores de Game Pass en PC y Xbox

Es una broma que no tiene miedo de ir tan lejos como el porno alienígena. Análisis de High on Life: nuevo shooter para suscriptores de Game Pass en PC y Xbox

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High On Life

Cuando jugaba a High on Life no podía dejar de pensar en ese capítulo de Los Simpsons en el que Homer descubre que no es que sea estúpido, es que tiene una cera incrustada en el cerebro que ha disminuido su cociente intelectual. Tras extraerla, consigue una inteligencia superior a la media, y empieza a conseguir hitos como entender a su hija Lisa. Sin embargo, pronto descubre que cuanto más inteligente se es, más triste y solitario se sentirá, razón por la que vuelve a introducir este lápiz de colores en su cráneo.

Es un juego en el que puedes reírte a carcajada limpia con cada mínimo detalle del título

Digo esto porque a High on Life, el nuevo título de Squanch Games, es fácil mirarlo por encima del hombro. La nueva obra del estudio fundado por Justin Roiland, conocido por ser el creador de Rick y Morty, tiene una densidad de bromas de caca, culo, pedo, pis como nunca antes se ha visto en el videojuego. Puedes decidir juzgarlo desde un pedestal de la sapiencia y la moderación, pareciéndote un ejercicio abrumador de bromas absurdas, o por el contrario desactivar tu cerebro y reírte a carcajada limpia con cada mínimo detalle del título.

High on Life es un shooter con armas parlantes desarrollado en el espacio y que tiene una sinopsis más loca imposible. Un día aterriza en la Tierra un cártel de traficantes alienígena que, tras comprobar de forma fortuita qué sucede al fumar a un humano, descubre que nuestra raza es la más psicoactiva del universo. En ese momento nos hacemos con Kenny, la primera de las pistolas procedentes de la civilización gatlian, y emprendemos una aventura para liberar a la humanidad de las garras (o más bien vapeadores) alienígenas.

High on Life

Ese es el pretexto a partir del cual se teje una historia en la que nos convertiremos en un cazarrecompensas que buscará a todos los miembros del G3, el cártel extraterrestre, para vengar a los humanos muertos (y fumados) y liberar la Tierra. Pero lo más interesante quizás no es esa gran historia de fondo, si no que a los pocos minutos estás inmerso en situaciones como una discusión entre tu hermana y un cazarrecompensas sin las dos piernas que se ha quedado a vivir en tu casa, a causa de lo sucio que está el salón.

Si del primer Gears of War se decía que primero se hacían las zonas de  disparos y luego la historia, la sensación es que aquí va al revés

Hace unos días os comentábamos que dentro de High on Life hay un total de 4 películas de serie Z licenciadas y 20 cortos creados por Roiland. En esencia, el videojuego repite ese ansia de macedonia de ideas. Tenemos una misión principal que nos llevará a distintas zonas de distintos planetas, repletos de zonas de disparo en forma de arenas de Doom y plataformeo para buscar secretos y dinero que invertir en mejoras, pero todo parece un alto en el camino hasta encontrar la siguiente escena o personaje delirante. Si del primer Gears of War se decía que primero se hacían las zonas de disparos y luego la historia, la sensación es que aquí va al revés.

High on Life es más que un juego de disparos

No es que la acción sea mala, tampoco va por ahí la cosa. Las armas que nos encontramos tienen un disparo principal y otro “truco” que permiten jugar de formas distintas o adaptarnos a los distintos enemigos. Kenny, por ejemplo, dispara de forma similar a una pistola común, pero su disparo alternativo es una masa de moco que hace rebotar a los enemigos y empezar un combo aéreo. De igual forma, las armas tienen una función de escenario con este disparo alternativo, como es que este moco sirve para mover plataformas que luego podemos alcanzar saltando.

High on Life

La variedad de enemigos no es enorme, pero quizás sí suficiente para las poco más de 10 horas que te durará el título si no eres demasiado completista. Nada demasiado innovador: tenemos enemigos rasos, otros más poderosos, berserkers a melé o francotiradores, por citar algunos. Sumado a la verticalidad que gana el título llegado cierto punto, podemos estar satisfechos.

Quizás el gunplay en sí, la sensación de disparo, no es la más satisfactoria de la historia; aunque es posible que esto se supla con la variedad estratégica que otorgan las distintas armas disponibles y sus disparos alternativos. Por poneros los dientes largos, hay una pistola que te recordará mucho al Aguijón de Halo.

Su 'gunplay' no tienes la sensación más satisfactoria de la historia

También hay peleas contra jefes que te obligarán a esquivar patrones de ataques concretos, o a dominar el área en el que se desarrollan. Incluso en dificultad normal puedes llegar a caer derrotado, especialmente porque el sistema de armadura y salud regenerativa con el paso del tiempo, está más pensado para escenarios abiertos repletos de enemigos que un único rival poderoso. Pero si dominas las armas, tampoco es un juego complejo.

Pero, una vez más, esto va de los sketches que nos han preparado y de las dinámicas entre los personajes. Si vas a la tienda donde comprarás mejoras para las armas y el traje, el hijo del dependiente te contará lo triste que es su vida desde el divorcio, si buscas pasar por uno de los dos caminos bloqueados a los suburbios, tendrás que decidir quién es más sexy de entre dos aliens que vigilan las puertas.

High on Life.

Esta dinámica se repetirá cada cinco minutos mientras sigues la historia, e incluso con las actividades secundarias. High on Life usa todas sus herramientas para demoler la cuarta pared y avasallar con un montón de situaciones absurdas. Y una de las cosas de las que se aprovecha es de las pistolas parlantes. Porque hablar, no paran de hablar.

No es nuevo esto de usar un compañero cuando tienes un protagonista mudo, de hecho, lleva décadas en el videojuego. Pero en High on Life esto se acentúa soberanamente. En las cerca de 12 horas que me llevó terminar el título, se habían usado líneas de diálogo como para juegos con el doble de tiempo de vida útil.

Errores que no le dejan ser mejor

Se pierden bastantes bromas por la insistencia de la traducción en ciertas palabras

High on Life tiene las voces en inglés con subtítulos en español latino. Más allá de la falta de opción de tener tanto esta variante como el castellano, lo cierto es que se pierden bastantes bromas por la insistencia de la traducción en ciertas palabras o fórmulas que desperdician ciertas situaciones y juegos de palabras. Incluso hay situaciones muy puntuales en las que se nos cruzan idiomas en el texto como el italiano o el inglés.

De igual forma, en un puñado de ocasiones he tenido que recargar el último punto de control por salirse mi personaje del mapa, bugs que no me permitían avanzar o directamente crasheos muy ocasionales. Es molesto y perjudica al título.

High on Life.

Por último, a nivel de optimización deja algo que desear. En Series X tiene ciertos bajones  de frames en ocasiones, aunque por lo general la experiencia gráfica ha sido buena, mientras en PC sufría bajonazos importantes y la necesidad de bajar bastante las opciones  gráficas recomendadas para mi equipo(que eran medio-altas) por lo imposible que era jugar a poco que aparecieran un par de enemigos.

Tan bizarro como el porno alienígena

Además de en este capítulo concreto de Los Simpsons que os comenté en el primer párrafo, tampoco he podido dejar de pensar en Bugsnax mientras jugaba a High on Life. Si no os acordáis, se trata de ese juego independiente que estrenó PS Plus con el lanzamiento de PS5, y que iba de unos personajes que se ven desplazados a una extraña isla repleta de animales con forma de frutas y verduras.

Aunque el humor absurdo no era tan insistente como en High on Life, sí que tenía su dosis. Lo que realmente comparten es su gusto por hacer sentir incómodo al jugador. En el primero había cierto suspense que acaba en final catártico, aquí cumple cierto ciclo que ejemplifica a la perfección una escena concreta que viví en el juego.

High on Life.

Durante nuestra aventura, llegaremos a un laboratorio en el que experimentan con humanos. En él veremos que uno ha sido expuesto durante días a porno alienígena, que aparece en unas pantallas y que recuerda a una psicodelia hippie cruzada con flagelos y estructuras propias de las células y bacterias.

El humano nos cuenta que al principio le generó rechazo porque no entendía nada, que al rato le encontró el gusto, y que ahora no podría volver al cine de adultos humano convencional. Durante esa escena, que dura sus buenos 4 o 5 minutos, pasamos de la estupefacción y el rechazo, a una tímida risa que acaba en carcajada, para al final sentirnos abrumados por la cantidad de detalles que este personaje nos da y que no necesitábamos. Así es High on Life, una broma que siempre quiere ir demasiado lejos.

Divertido si no te incomoda

Sin sello
High on Life análisis

High on Life

Por: José A. Mateo Albuerne
Sin sello

High on Life es un videojuego complejo de valorar. Jugablemente no reinventa nada, ni sobresale por ningún lado, pero tiene la suficiente variedad en escenarios, armas y situaciones como para salir del paso. El punto clave será lo que te cuentan los personajes y todas las bromas. Si no eres fan de Rick y Morty, y en especial de su torrente de ideas bizarras y desagradables, quizás no merece la pena sumergirte en esta aventura.

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5 cosas que debes saber:
  • Humor de Rick y Morty al cuadrado
  • Visualmente y artísticamente notable
  • Las armas cumplen jugablemente y como personajes
  • Fallos en doblaje y con bugs puntuales
  • Duración correcta para no saturar con sus bromas
Jugadores: 1
Idioma: Textos en español latino y voces en inglés
Duración: 10-20 horas
Ver requisitos del sistema
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