Regresamos a los campos de batalla de Iron Harvest a pocas semanas de su lanzamiento en PC para contaros cómo ha mejorado este videojuego de estrategia en tiempo real en el que tanques y robots gigantes dieselpunk se enfrentan a muerte. Intenso y espectacular en su acción, en estas impresiones de Iron Harvest te hablamos del Imperio de Saxony, uno de sus ejércitos protagonistas.
Si has venido siguiendo el desarrollo de Iron Harvest seguro que no te estoy descubriendo nada nuevo si te digo que este juego de estrategia en tiempo real se inspira en obras míticas como Warcraft y Company of Heroes. Pero el equipo tras The Book of Unwritten Tales 2 no solo se ha limitado a fijarse en otros juegos para dar forma a la que es una de las propuestas estratégicas más prometedoras del momento. También en lo visual se ha tomado como referencia la obra de ilustrador polaco Jakub Różalski y Scythe, el juego de mesa con el que comparte atmósfera, para diseñar un videojuego que emocione con su acción y sorprenda con su puesta en escena. Y el resultado es digno de elogio.
En un 1920 distópico los carros de combate y tanques han sido sustituidos por enormes máquinas con piernas que aterrorizan a la población y siembran el caos en el campo de batalla. Con una marcada estética dieselpunk Iron Harvest consigue atraparte en su narración. Tengo que confesar que como amante de la historia y la ciencia ficción este tipo de relatos al igual que puede ocurrir con Wolfenstein o The Man in The High Castle me vuelan la cabeza y me atrapan desde el principio. Iron Harvest consigue hacerlo no únicamente por su marco pseudohistórico, sino también por sus personajes. Cada una de sus tres campañas tiene sus propios protagonistas. Héroes a los que seguimos, atendiendo a su relato personal que sirve a modo de hilo para observar y conocer el conflicto desde distintos prismas.
Aquellos que ya hayáis probado la beta abierta conoceréis a Anna Kos y su oso. En el caso del Imperio de Saxony, sobre el que me voy a centrar especialmente en este texto, el protagonista pasa a ser Gunter von Duisburg, un reconocido estratega de este imperio ficticio que recuerda, en ocasiones demasiado, a la Alemania de Guillermo II. Las cinemáticas entre misiones son largas, bien elaboradas a nivel gráfico e interesantes, pues enlazan a la perfección con lo que se nos cuenta sobre el campo de batalla a través de conversaciones.
Una lucha sin cuartel
Dejando atrás su excelente ambientación, King Art Games ha realizado un buen trabajo con el sistema de destrucción de entornos. Cualquier elemento del escenario es susceptible de ser derruido y una cobertura cómoda puede dejar de serlo en cualquier momento. En muchas ocasiones el éxito o fracaso de la misión va a depender de ello. Lo cierto es que Iron Harvest es un juego de acción rápida. La estrategia tiene poco margen para la planificación previa y ya cuando estás en medio de la escaramuza debes de ser lo más rápido y diligente posible para evitar la aniquilación total de tu ejército.
Lo cierto es que he echado de menos algo más de control sobre mis unidades, cada una de ellas posee disparos y habilidades especiales. Además, existe una enorme variedad de estas, contando con médicos e ingenieros que, lejos de ser un activo con potencia de fuego, son fundamentales para el éxito a largo plazo. Y, sin embargo, tengo la sensación de que en Iron Harvest hay demasiadas ocasiones en las que reina el caos. La inteligencia artificial enemiga funciona bien en términos de buscar cobertura y el juego sabe plantear sus oleadas de forma que sean desafiantes y mantengan la intensidad entre misiones principales y secundarias pero, de alguna forma, nuestras unidades tienden a quedar expuestas con frecuencia y no buscan refugio en otra cobertura próxima, quedando expuestas si no somos lo suficientemente rápidos dando lugar a situaciones que no ocurrirían de ninguna manera en un campo de batalla. En nuestras anteriores impresiones comentamos que el pathfinding no terminaba de estar bien ajustado y que algunas unidades se quedaban por el camino. He prestado especial atención en este punto y creo que King Art Games ha solucionado casi por completo ese problema a fecha de hoy.
La campaña del Imperio Saxony ofrece una experiencia de juego más avanzada de lo que se ve en la de Polania. La principal característica de esta facción es su capacidad para generar enormes máquinas de guerra. De parte de esta facción podemos manejar, entre otros muchos, el PKP 17 "Eisenhans", una armadura mecanizada para su piloto. Este mecha es una unidad bastante lenta, pero suple su falta de velocidad con una gran potencia de fuego y dos morteros montados a su espalda. También contamos con el SKS 300 "Kaiser", un mecha ultrapesado equipado con un cañón frontal y múltiples ametralladoras a los lados. Una auténtica fortaleza andante.
Otra de las máquinas que llama especialmente la atención es el Sd. KS 78 "Isegrim", que no deja de ser un tanque con piernas y que recibe su nombre "Isegrim" de la palabra que usaban los alemanes para referirse a los lobos en sus cuentos y fábulas. Gunter von Duisburg y el príncipe Wilhem cuentan con sus propias unidades mecanizadas únicas, de las cuales me ahorraré cualquier tipo de descripción para no estropearos la sorpresa, eso sí, son espectaculares tanto en diseño como en combate.
Recursos y unidades
En aquellas misiones que dan al jugador la opción de crear nuevas unidades la gestión es bastante básica. Podemos generar nuevos efectivos de infantería, ingenieros o mechas. Para ello habremos de gestionar tan sólo dos recursos: hierro y petróleo. Para conseguir extraer estos materiales hay que hacerse con el control de las minas y pozos de extracción que se encuentran repartidas por los escenarios. Conquistar y mantener estos puntos son en sí un objetivo más dentro de la partida en el que debes centrarte si quieres llegar con éxito al final.
Sobre el campo de batalla las unidades se distribuyen en patrullas de cinco, de esta forma, conforme vamos perdiendo hombres disminuye el indicador de vida de la interfaz. Una doble representación gráfica que ayuda a hacerse una idea de la situación del combate de un vistazo. Además, puedes cambiar la clase de tus soldados de infantería sobre el terreno al saquear los cadáveres de los enemigos derrotados sin ningún tipo de coste adicional. Este es un punto realmente interesante al que no se le debe de dar la espalda pues la situación durante cada una de las misiones es muy cambiante y nuevos e inesperados objetivos van surgiendo de manera orgánica.
La duración de las misiones de la campaña no suele exceder la media hora. Puede parecer poco tiempo, pero la intensidad de los combates es tal que creo que sobrepasar ese umbral puede ser agotador en algunos casos. Además de estas misiones de campaña el título llegará con un modo misiones que, de momento, cuenta con dos variantes: las escaramuzas y los desafíos. En el caso de las primeras podemos personalizar nuestra propia partida con hasta seis rivales. En los desafíos, nos enfrentaremos a oleadas de enemigos mientras buscamos recursos con el fin de mantenernos el máximo tiempo posible con vida.
Iron Harvest es uno de los juegos a seguir por los amantes de la estrategia en tiempo real.
Iron Harvest llegará a PC el próximo 1 de septiembre, con vistas a desembarcar en PS4 y Xbox One en 2021. King Art Games ya ha comentado que habrá temporadas y un mantenimiento a largo plazo de su contenido con nuevos añadidos que mantengan a la comunidad activa. Para ello, por supuesto el título cuenta con un modo multijugador que permite partidas de hasta 3 contra 3. Apenas resta medio mes hasta poder disfrutar de la experiencia al completo pero lo cierto es que este Iron Harvest es uno de los juegos a seguir por los amantes del RTS.