Era una petición popular y Microsoft nos ha dado la alegría. Regresa una de las sagas mejor recordadas de la etapa de los 16 bits, Killer Instinct, y además lo hace con motivo del lanzamiento de una plataforma de nueva generación: la Xbox One. Un retorno esperado y que tiene más sorpresas, como su modelo "free-to-play". Lo probamos y os contamos cómo despierta nuestro instinto asesino.
Fue una de las sorpresas más aplaudidas en el Galen Center durante la conferencia de Microsoft en el presente E3. La compañía Rare ya había anunciado que tenía en mente rescatar una de sus licencias más históricas. Dicho y hecho. El mítico Killer Instinct que vimos estrenarse en una Super Nintendo hace ya casi 20 años está de vuelta como título de lanzamiento digital en Xbox One bajo el modelo "free-to-play".
No es el único dato sorprendente que hemos extraído de la feria, sino que además sabemos que el juego no estará desarrollado por los británicos de Rare, sino por los americanos de Double Helix Games, autores de títulos como Silent Hill: Homecoming (lo cual no debería servir como para dar saltos de alegría). Sin embargo, después de probar el juego, podemos decir a los fans que pueden estar tranquilos, puesto que a pesar del polémico modelo de negocio adoptado -tendremos que pagar por cada uno de los personajes, excepto Jago- su sistema de lucha se siente tan poderoso como hace dos décadas.
Instinto asesino
Durante la demo pudimos comprobar las bondades combativas de dos míticos luchadores en la serie, el ya mencionado Jago (con la agilidad por bandera) y el más contundente Sabrewolf. Viejos conocidos a los que se sumarán otros más, con el fin de construir un elenco de combatientes tan genuino como melancólico. Controlar estos personajes después de tantos años encogerá el corazón de muchos jugadores.
Y es que, en parte, este Killer Instinct respira esa sensación, la de ser un producto que quiere reconciliarse con su fiel legión de seguidores, que añoraban buenas noticias relativas a la saga. Ya las tienen, tal vez no en forma de un producto con todos los contenidos incluidos, pero sí con esos atributos que hicieron grande a la licencia: rapidez combativa y esos combos (en algunos casos ridículamente extensos) que creaban satisfacción en el ejecutor al mismo tiempo que humillación en el receptor.
Fuimos de hecho conscientes de ello durante nuestras partidas en el E3. Los movimientos responden a golpes de stick sencillos, como el clásico giro de 90 grados para lanzar una bola de fuego con Jago. También ejecutamos en más de una ocasión un ataque demoledor que si alcanzaba a nuestro adversario lo dejaba sin respiro durante unos segundos. En definitiva, los combos vuelven a ser pieza clave, con la presencia de los "ultras", extraordinariamente demoledores.
Todo con una fluidez combativa exquisita en un juego de respuesta inmediata. Los movimientos son fugaces, haciendo que la lucha sea un ir y venir de golpes. Por supuesto, también podemos defendernos -moviendo el stick hacia atrás-, y el esquema puede hacerse estratégico cuando los jugadores en disputa disponen de un nivel alto de conocimientos sobre el título. Es decir, profundidad tiene, y eso nos ha agradado.
Otro detalle a tener en consideración es que, después de tanto tiempo, y como resulta lógico, el apartado artístico se ha visto modificado. No obstante, la sensación es extraña, porque se mantiene el aura de los contendientes, al igual que los escenarios (los cuales lucen precisamente por su profundidad y cantidad de detalles, algo que en Super Nintendo fue un auténtico descubrimiento cuando las consolas tenían 16 bits). Ahora todo evoluciona, y de una forma muy satisfactoria para añadir efectos por aquí y por allá.
La paleta de colores, en este sentido, recuerda mucho a la que se mostró entonces, principalmente porque sigue siendo oscura, aunque cargada de contraste. Otro aspecto que se recupera es el narrador, que comenta con contundencia nuestros combos -reverberación incluida-, suponiendo un auténtico guiño para los fans.
En definitiva, muy buenas sensaciones tras nuestro primer combate, las cuales esperamos se mantengan cuando volvamos a probarlo en el futuro, ya con calma y en profundidad. La noticia de que sea "free-to-play", con un modelo basado en el pago por personaje, tal vez no sea el más positivo (esperamos que haya una edición completa), pero si era la única manera de resucitar esta saga con éxito, podría convertirse en una genial idea. Sólo el tiempo dirá...