En una época en la que Riot Games necesitaba toda la estabilidad posible para trabajar en las mejoras más demandadas para sus juegos, la compañía ha sufrido un ataque informático. Hackeo de dimensiones significativas con el que los piratas informáticos han conseguido sustraer el código fuente de League of Legends, Teamfight Tactics y un sistema antitrampas que la desarrolladora utilizaba en el pasado. Afortunadamente y aunque pronto entraremos en la relevancia de la información obtenida en el ataque, no se han visto comprometidos los datos personales de los jugadores.
Las consecuencias del gran hackeo a Riot Games
Riot Games ha esquivado la bala más importante, que era mantener la privacidad de los datos de los jugadores. Sin embargo, la filtración del código fuente de League of Legends o TFT podría tener consecuencias negativas en el futuro. “Cualquier exposición del código fuente puede aumentar la posibilidad de que emerjan nuevas formas de hacer trampas. Desde el ataque, estamos trabajando en evaluar su impacto y para poder implementar correcciones lo más rápido posible si es que fuera necesario”, explicaban desde la compañía.
Adicionalmente, esta exposición podría dar lugar a filtraciones indeseadas. De nuevo según explican los responsables de League of Legends y TFT, el código obtenido incluye “un gran número de herramientas experimentales”. En este sentido, algunas de las pruebas que la compañía estaba haciendo para futuras novedades han quedado al descubierto. Si bien desde Riot Games esperan “que los modos de juego u otros cambios lleguen a los jugadores”, también hace una advertencia: “la mayor parte del contenido son prototipos y no hay garantías de que se lancen jamás”.
Ante su nuevo compromiso de transparencia, Riot Games se ha comprometido a publicar un informe completo en el futuro detallando “las técnicas de los atacantes, las áreas de seguridad donde se cometieron fallos y los cambios llevados a cabo para que no suceda de nuevo”. Sin embargo, el primer paso era garantizar que los jugadores no iban a ver afectada su seguridad de forma inmediata o en el futuro. En este sentido, los mayores contratiempos afectan de forma exclusiva a la propia Riot Games.
Eso sí, los jugadores de League of Legends o Teamfight Tactics no recibirán un parche completo este 24 de enero tal y como estaba estipulado. En su lugar, se han preparado todos los cambios posibles para lanzarlos en forma de ‘hotfix’ el próximo día 26 de enero bajo el nombre de Parche 13.1b. Para los jugadores de LoL esto supondrá tener que esperar más por el rework de Ahri y para los de TFT un retraso en las actualizaciones a gran escala de algunas categorías de campeones. El orden, eso sí, quedará restablecido con el lanzamiento del Parche 13.3 el día 8 de febrero según el calendario oficial de una Riot Games que ya vislumbra la tranquilidad.
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