Mi experiencia con el béisbol previa a MLB The Show 23 podría resumirse en un par de líneas. De niño, viendo Regreso al Futuro 2, descubrí que existían los Chicago Cubs poco antes de que Marty McFly decidiese comprar el almanaque deportivo, un acontecimiento al que le siguieron varias tardes con amigos, un bate y una pelota. De hecho, este fue el paso previo a mi aventura con este deporte en Wii Sports, el archiconocido título de Wii al que ha jugado la práctica totalidad de la población mundial. Por lo tanto, con un bagaje que podría describirse como escaso, cuando encendí mi PlayStation 5 para adentrarme en la propuesta de Sony San Diego solo tenía una idea en la mente: pase lo que pase, voy a divertirme.
Bajo ese pretexto, procedí a configurar a mi antojo la experiencia de béisbol de la compañía nipona. Gracias a sus múltiples opciones, tuve la oportunidad de ajustar cada parámetro a mi forma de jugar de cara a exprimir al máximo la propuesta, un factor que agradecí ya que en pocas ocasiones me he topado con este nivel de accesibilidad e inmersión en un título deportivo. Así, después de realizar los ajustes pertinentes y de comenzar mi aventura al frente de los Cubs en un partido de órdago contra los Houston Astros, mi sorpresa fue mayúscula cuando me percaté de que se había hecho de noche mientras jugaba un partido de béisbol. Y eso, en esencia, creo que resume a la perfección lo divertido que es ahondar en esta propuesta deportiva.
MLB The Show es el simulador de béisbol perfecto
No tardé en verme subido a la frenética ola del béisbol norteamericano
No quiero engañar a nadie: mis conocimientos de béisbol se resumen a saber la existencia de la normativa básica, conocer un par de equipos de la Liga Americana, ser consciente de la potencia de según qué selecciones latinoamericanas y estar al tanto de quiénes son figuras históricas como Joe DiMaggio. De hecho, creo que la aproximación más profunda que había hecho a este deporte fue a través del ya mentado Wii Sports y de la película Moneyball: Rompiendo las reglas, la cinta en la que Brad Pitt interpreta a Billy Beane en una de esas historias que tanto le gustan a los norteamericanos. Y estos factores, sumados a mi curiosidad innata, me llenaron de ganas de descubrir qué podía ofrecer MLB The Show 2023.
Durante los primeros compases de juego, me topé con una experiencia de juego divertida en la que la estrategia tenía cierto peso. A la hora de lanzar la bola, es importante conocer los puntos débiles de los bateadores para intentar forzar sus fallos. Sin embargo, si estos consiguen conectar la bola con éxito, la situación cambia ya que la colocación de los jugadores será la clave de cara a evitar que el adversario vaya sumando puntos. Así, antes de darme cuenta, me vi inmerso en el complejo engranaje que conforma el béisbol ya que estaba posicionando a mis jugadores en los puntos ideales, lanzando la bola a quién tenía posibilidades de eliminar a un adversario y llevando a cabo todo tipo de situaciones relacionadas con estos factores.
Sin embargo, la experiencia de Sony San Diego tomó otro tinte cuando me dio la posibilidad de batear. Aunque tiene más posibilidades en su faceta defensiva, ya que puedes lanzar la bola, recepcionar la misma o buscar al compañero mejor posicionado para llevar a cabo el lanzamiento perfecto, para mí la esencia del béisbol es, valga la redundancia, batear. Por ello, como en mis años mozos jugando al Wii Sports, intenté dar lo mejor de mí en cada bateo para aprovechar las opciones del juego a mi favor. Así, cuando había posicionado a varios jugadores en sus bases, siempre buscaba un home run con el que dinamitar el marcador, una situación diametralmente opuesta a cuando quería jugar al despiste y batear sin fuerza para dejar la bola muerta en mis pies. De esta forma, no tardé en verme inmerso en lo que propone Sony San Diego y, a la postre, en subirme a la frenética ola del béisbol norteamericano.
Un juego de los que crean afición
Así, MLB The Show 23 es uno de esos juegos que crean afición. Hace décadas, los interesados en determinados deportes se aproximaban a los videojuegos para comprobar qué podían ofrecer estos. De esta forma, los primeros títulos de Madden NFL o las entregas primigenias de FIFA fueron la puerta de entrada para muchos aficionados al deporte a la industria del videojuego. Sin embargo, la popularidad de los mismos es hoy tan grande que, en ocasiones, se vive el camino inverso. Y, después de haber visto lo divertido que es formar parte de un partido de béisbol —aunque fuera en un terreno de juego digital—, he de reconocer que este deporte con más de 250 años a sus espaldas ha ganado un ferviente seguidor.
Evidentemente, aquello que pueda llegar a experimentar como espectador no podrá igualar lo divertido que es jugar a la nueva entrega de MLB The Show. No obstante, como le habrá pasado a otros tantos jugadores y aficionados de todo el mundo antes que a mí, el interés en deportes o distintas aficiones comienza con pequeñas chispas de ilusión y diversión. En mi caso, ha sido con un partido con los Chicago Cubs contra los Houston Astros, dos de los equipos más emblemáticos de la liga que siempre formarán parte de mi historia con el béisbol. Y, prospere esta o no, seguiré jugando a MLB The Show 23 porque pocos títulos deportivos son tan divertidos. Así, como dice el refranero popular, “que me quiten lo bailao’”.
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