Yo mismo uso los juegos de deporte como un pasatiempo más, quizás hasta uno pasivo, ya que me suele gustar escuchar podcasts mientras echo un partidillo al FIFA o sigo con mi carrera en NBA 2K. Pero el deporte es el fenómeno cultural de los últimos 100 años a nivel mundial, y sus videojuegos solo han rascado la superficie a nivel de posibilidades narrativas. Y quizás no me esperaba que MLB The Show 23, el simulador de béisbol, fuera el juego llamado a emocionarme con su nuevo modo historia.
Me encantan los juegos deportivos. Mi primera consola fue la Game Boy y ya ahí ya acumulé horas al legendario Tennis, FIFA o NBA Live con los comentarios del genial Andrés Montes fueron los responsables de grandes tardes con la primera PlayStation, y desde hace unos años me he enganchado a Madden como forma de entrar a la NFL como espectador.
También empecé con MLB The Show hace un par de temporadas, e incluso llegué a reflexionar sobre el valor de este simulador de béisbol como representante del slow gaming. Sin embargo, no me esperaba en absoluto que la nueva entrega lanzada ayer mismo fuera a ser uno de los juegos que mejor ha entendido las posibilidades de los modos historia en los títulos deportivos.
Hemos tenido diferentes variantes de modos historia en los juegos deportivos. Desde la historieta de Alex Hunter en FIFA, a los desafíos Jordan en NBA 2K, siendo este última quizás la opción más valorada por los amantes del deporte en cuestión. Eso lo ha visto Sony San Diego, desarrolladores de MLB The Show, para tirar del hilo y hacer algo tan necesario como apasionante.
Una clase de historia en forma de videojuego
MLB The Show 23 trae consigo un modo de juego llamado The Storylines, "una nueva experiencia de juego" llamada a celebrar una de las competiciones deportivas más importantes para la historia de Estados Unidos: las Negro Leagues de béisbol. A través de unos desafíos episódicos sobre 8 pioneros del béisbol afroamericano, aderezados con unos cortos documentales de apenas un minutos de duración antes de cada etapa, podemos conocer la realidad de un deporte, y también de un país.
Desde su creación a finales del siglo XIX hasta su cierre a principios de la década de los 60, las Negro Leagues segregaron a los deportistas según su color de piel. En pleno apogeo del que fue el deporte de América hasta la explosión de la NFL en televisión, los afroamericanos tenían que ir en autobús de punta a punta del país para llevar a los aficionados segregados la posibilidad de ver un partido.
Antes de que Martin Luther King saliera de la Universidad, y casi una década antes de que Rosa Parks no cediera su asiento en un autobús a un ciudadano blanco, hubo otro gran pionero de los derechos afroamericanos en los Estados Unidos. Jackie Robinson se convirtió en 1947 en el primer afroamericano en jugar en la liga principal de béisbol, rompiendo una gran barrera simbólica para todo el país.
He jugado los ocho desafíos de Jackie Robinson y son simplemente perfectos. A través de unos pequeños requisitos de conseguir un par de bases, o dar un par de hits, se nos va contando la historia de uno de los deportistas más importantes de todos los tiempos.
Mucho más que un deporte
En el último Madden, tras la muerte del legendario John Madden, el juego se engalanó para rendir homenaje al histórico entrenador. Sin embargo, en el plano jugable apenas tuvimos algunos desafíos para mejorar su carta en Ultimate Team. Y en FIFA, a los iconos se les rinde homenaje de la misma forma, con cartas que encontramos en un modo de juego basado en micropagos.
MLB The Show 23 es un juego deportivo distinto. Ya no sólo porque el tono pausado le permita diferenciarse e incluso encontrar paralelismos con el último juego de Shin Chan. Es porque se trata de una clase de historia, una pieza de cultura de primer nivel y un testamento de que el deporte es mucho más que personas uniformadas haciendo cosas con balones y pelotas.
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