Aunque a menudo damos por hecho que los jugones de ordenador lo hacen siempre en Windows, hay una comunidad entregada de Linux que constantemente están buscando formas de acceder a sus juegos favoritos. Hoy en día y gracias en gran medida a Steam Deck y al cacareado Proton de Valve, el videojuego en Linux ha ganado popularidad, abriendo la puerta a muchos que no querían depender del ecosistema de Microsoft.
Es exactamente lo que buscaba Philip Rebohle con Nier Automata. El juego se estrenó en 2017 configurándose inmediatamente como un clásico moderno, con jugadores y críticos alabando su vertiginosa jugabilidad y una narrativa con miga que favorecía el obsesionarse con múltiples partidas. Para los jugadores de ordenador celebrar el juego era más difícil. Su port de PC estaba plagado de bugs y en Linux ni siquiera funcionaba. Deseoso de poder jugarlo y frustrado, Rebohle decidió hacer algo al respecto.
El resultado de su trabajo llegó un año más tarde y se llamó DXVK. Lo "fácil" para habría sido diseñar una capa de compatibilidad lo suficientemente capaz como para emular Nier: Automata y olvidarse del tema, pero el desarrollador decidió enfrentarse a algo más ambicioso. Su DXVK era una herramienta de uso libre capaz de "traducir" juegos DirectX a Vulkan. Mientras el primero es una API exclusiva de Microsoft, el segundo es multiplataforma y compatible con Linux.
Rebohle acababa de matar cientos de pájaros de un tiro, porque en su deseo de hacer compatible la secuela de Nier había hecho compatible todo un catálogo de juegos. La herramienta era tan potente que impresionó hasta a Valve y ese mismo año decidieron contratarlo a tiempo completo. El acuerdo fue beneficioso para ambas partes. Valve se llevaba una herramienta potente que podía seguir iterando y Rebohle vio como el apoyo de la compañía y de un nuevo equipo de colaboradores empezó a asegurar la compatibilidad de nuevos juegos.
De paso salimos ganando el resto de los jugadores. Valve ya tenía Proton (la capa de compatibilidad que buscaba precisamente "convertir" juegos de Windows a Linux) en desarrollo antes de dar con Rebohle, pero su proyecto fue una pieza clave para desarrollar la extensa compatibilidad que existe hoy. Sin ella probablemente no estaríamos hablando del éxito de Steam Deck. En 2025 cualquier usuario de la portátil de Valve puede jugar gran parte de su biblioteca de Steam sin preocuparse por la compatibilidad ni trastear con sistemas operativos.
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