Análisis de Orcs Must Die! 2

Análisis de Orcs Must Die! 2
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El género Tower Defense se está haciendo un importante hueco en el mercado, y uno de sus mejores representantes recibe ya segunda parte. Orcs Must Die 2 es sensiblemente mejor que el original, y ofrece el mismo grado de adicción que la primera parte ampliándola con adiciones escasas pero muy interesantes como el cooperativo.

Los chicos de Robot Entertainment están empezando a hacerse con un nombre muy serio en la industria del videojuego, y en mayor medida que por sus lanzamientos para consolas por una serie de productos de PC de la más alta calidad. Al notable Age of Empires Online se unió el año pasado Orcs Must Die!, un muy estimable juego de estilo "Tower Defense" o Defensa de Torres que ahora recibe segunda parte. De hecho este género a caballo entre la estrategia y la acción se está convirtiendo en uno de los más queridos en PC en los últimos meses, fuertemente apoyado por un buen puñado de lanzamientos de este tipo como Sanctum o Defense Grid, así como otros de consolas portátiles como Lock's Quest.

Ahora tenemos entre manos precisamente Orcs Must Die 2, una segunda parte que supera al original en muchos aspectos y al que sólo le ha faltado un punto de innovación para resultar mejor que aquel. Hay una suma de modalidades de juego, como un poderoso cooperativo que debuta, pero también un pulido general de las características de la primera parte, aunque en algunos aspectos da la sensación de ser una versión 1.5 de su predecesor. En definitiva un gran juego a un precio muy competitivo, con una duración a prueba de bombas y una capacidad adictiva descomunal.

El Mal es de Color Verde
A pesar de que Robot Entertainment ha cuajado esta secuela en sólo diez meses, lo cierto es que no se puede decir que sea un sub-producto llevado a cabo con prisas sino más bien un producto muy compacto al que sólo le ha faltado un plus de novedades. Este estudio indie ha logrado cuajar una segunda parte que puede presumir de ser ciertamente rotunda, y demuestra que no se han quedado de brazos cruzados acomodados ofreciendo una secuela muy continuista, pero que al mismo tiempo sabe ofrecer la suficiente frescura como para ser interesante.

El argumento, como no podía ser de otro modo, pasa de puntillas por encima de la experiencia jugable. Hay una introducción, sí, que presenta a los personajes con su enfrentamiento con los orcos como telón de fondo, pero no pasan ni unos minutos antes de que nos encontremos disparando a diestro y siniestro y plantando nuestras trampas por esos pequeños escenarios cerrados.

Y es que hemos hablado de Tower Defense, pero no les hemos explicado a los neófitos de qué se trata este género. Lo que se busca es que el jugador mezcle estrategia y acción tratando de evitar que los enemigos destruyan, o en este caso alcancen, un objetivo determinado. Para evitarlo contamos con armas, pero también con un sin fin de trampas que podemos plantar en el escenario en tiempo real y que generalmente, como en Orcs Must Die, se compran a cambio de una moneda in-game que obtenemos acabando con enemigos.

¿Estás preparado para matar cientos de orcos? El título del juego no engaña a nadie. ¡Es una masacre!
¿Estás preparado para matar cientos de orcos? El título del juego no engaña a nadie. ¡Es una masacre!

Sencillo, que no simple... ¿verdad? Pues Orcs Must Die 2 vuelve a apoyarse en esa fórmula tan aparentemente básica para edificar una jugabilidad muy divertida y adictiva, que se fundamenta en el viejo arte de enganchar al jugador mediante el desbloqueo. Así comenzamos el primer nivel con apenas una escopeta y un par de trampas bastante rudimentarias, y poco a poco podemos ir mejorando las que portamos y adquiriendo otras nuevas para ser una máquina más y más efectiva de matar orcos.

Hay un largo camino para maximizar nuestro arsenal con los mejores elementos posibles, camino que incluye aliados dirigidos por la IA, pero todos ellos tienen en común lo divertido que resulta liberarlos y lo cómodo que es accionarlos. Así basta con equiparlos en la barra que se sitúa en la parte inferior de la pantalla y asignarlos a un número que luego nos servirá para activarlo y, posteriormente, dispararlo con el click del ratón.

Máquina de Matar
Si pasamos por alto aspectos como el excesivo reciclaje de niveles, que gana algunos puntos de variedad si tenemos en cuenta que podemos importar los del primer juego, lo cierto es que la propuesta resulta atractiva y divertida. La idea es la de personalizar todo lo que desbloqueemos a nuestro estilo, de modo que nos vayamos inclinando por el determinado tipo de ramas de tecnologías que más se adapten a nuestra forma de combatir.

La situación de trampas en los lugares correctos es tan importante para salir airosos como el ser ágiles con el gatillo.
La situación de trampas en los lugares correctos es tan importante para salir airosos como el ser ágiles con el gatillo.

El juego, de hecho, es muy inteligente a la hora de proponernos combinar diferentes trampas para crear auténticos ingenios mortales, y si somos medianamente inteligentes repartiendo nuestro tiempo durante la partida podremos combatir y ser efectivos desde el punto de vista táctico con presteza. El tiempo es una constante puesto que el programa se concibe como una gigantesca contra-reloj en la que hay que estar pendiente de un montón de cosas a la vez. Y es que los primeros niveles son sencillos, con un punto de salida de monstruos y un punto a defender, pero la cosa no tarda en ir complicándose: sumando varias puertas por las que evitar que huyan las criaturas y también varias fuentes de respawning de las que irán saliendo otros nuevos al mismo tiempo. Por si fuera poco entre oleada y oleada tenemos unos márgenes de apenas unos segundos para canjear los puntos conseguidos por nuevas trampas y distribuirlas por el escenario, pero los plazos suelen ser tan escasos que en las partes más dificultosas empezarán a brotar los orcos de sus geiser y nosotros todavía estaremos situando las últimas.

Hay tantas cosas que hacer y tan poco tiempo que es recomendable jugar acompañados, también porque aumenta la diversión exponencialmente. Como no podía ser de otro modo el cooperativo es una de las claves de este Orcs Must Die 2, y es que el original era un juego que se disfrutaba en solitario, y donde los aliados eran anónimos acompañantes que no duraban mucho a nuestro lado. Esta alternativa dispara la diversión, especialmente cuando la combinamos con el denominado modo Supervivencia, donde las oleadas de enemigos no tienen fin. Por otra parte las partes más complicadas de la campaña individual son mucho más gratificantes cuando las disfrutamos en compañía, y todo el proceso de ralentizar o incluso destruir el avance de nuestros oponentes hacia sus objetivos es sencillamente genial con alguien a nuestro lado y también más sencillo.

El cooperativo es una de las partes clave del juego en cuanto a novedades, más diversión y frenetismo.
El cooperativo es una de las partes clave del juego en cuanto a novedades, más diversión y frenetismo.

La dificultad está muy bien medida, y logra graduarse con habilidad aumentando notablemente en cada nivel. No sólo se incrementan como ya hemos dicho los puntos a defender ni los de salida de los enemigos, sino que también aumenta la variedad y dureza de éstos. Sin embargo el juego no da la sensación en ningún momento de ser injusto, y es que al mismo tiempo que aumenta el desafío y el número de nuestros oponentes también incrementa el número de ranuras de trampas y armas para nosotros, y la posibilidad de hacernos con nuevas en la tienda merced a nuestra recolección de calaveras.

Por otra parte, y ya abordando la vertiente audiovisual, el juego es donde menos brilla. La presentación del título es más que aceptable, pero ya no resulta tan llamativa como en la primera parte. No es que el original fuera un dispendio artístico o tecnológico, pero el look más brillante y colorista contrasta con el aspecto lúgubre y algo repetitivo en cuanto a patrones de la segunda entrega. Las cavernas de esta segunda parte parecen recicladas en exceso y constantemente no vemos nada más que pequeñas variaciones entre unas y otras. En cuanto a los diseños el juego logra mantener ese simpático aspecto deudor de lanzamientos recientes de fantasía como World of Warcraft o Fable, que tan bien entronca con el sentido del humor del producto. En cuanto al audio la música no está mal aunque peca también de ser algo repetitiva, y el juego llega traducido y doblado a nuestro idioma con un nivel francamente bueno y con unas interpretaciones muy divertidas.

Muy Bueno

Recomendado

Orcs Must Die! 2

Por: El equipo de 3DJuegos
Recomendado

A pesar de ser algo continuista, Orcs Must Die 2 se convierte en un juego del género Defensa de Torres más que notable, gracias a su inconmensurable diversión y a la adición de un cooperativo fenomenal.

Jugadores: 1-2
Idioma:
Duración:
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