He jugado PayDay 2 hasta el cansancio. Es uno de esos juegos que no sé cómo llegó a mi biblioteca. No tengo ni idea si lo compré o si me lo regalaron en alguna de las miles de promociones de Valve. Lo que sí sé es que me he sentido más cercano a este juego que a muchos clásicos modernos como Left 4 Dead 2 —casi de la misma hornada, lanzado tres años antes—. Lo digo porque con PayDay 3 tengo una sensación extraña. Como muchos otros, he podido probarlo ahora que Starbreeze y Overkill han lanzado su tímida beta abierta y, una vez más, me queda una cosa clara. Hay una animación que, para mí, ha cambiado el concepto de la saga, y aún tengo que descubrir si para bien.
El PayDay 2 que recuerdo, el juego al que todavía pienso aunque hace tiempo que no lo juego, era tosco pero funcional. Esa tosquedad se debía no solo al motor Diesel Engine 2.0, que quedó en desuso poco después y que llevaba en activo desde 2001, sino también al desarrollo acelerado entre su primera y segunda parte. No eran padre e hijo sino hermanos gemelos. PayDay 2 parecía estar fuera de la generación. Era un resurgir encubierto del primero. Y, aún así, el equipo sueco y su comunidad lograron insuflarle vida y mantenerlo como un portento de la generación de PS3 y Xbox 360.
Me gusta pensar en él como en un Left 4 Dead 2. Aguantaba y era infinitamente mejor que su predecesor, pero su idea excepcional estaba condicionada por sus cimientos. Por eso, el hecho de incluir una pequeña mejora mecánica como el slide por el suelo cambia para mí el concepto mismo de PayDay 3 como un juego de la saga. Lo que he podido probar en estas dos ocasiones parece más un juego que responde a la época en que sale, y sale tarde.
Un slide, un deslizamiento por el suelo, lo cambia todo en el juego
Si bien durante la primera prueba cerrada a la que asistimos con el equipo de desarrollo algo llamó mi atención en este aspecto, ha sido ahora, con la experiencia de 6 horas de juego quemando la beta de PayDay 3, que tengo claro que PayDay 3 quiere ser otro juego más de movilidad. No es algo que me disguste. Titanfall 2 era y es la epítome del shooter de movilidad. De hecho, el mejor shooter de la octava generación. Pero no todo tiene que ser aquel juego de Respawn Entertainment.
No hay wallrun ni jetpacks, menos mal. Sin embargo, esa pequeña animación de moverse por el suelo es un conductor de otro tipo de añadidos propios de los shooter de movilidad. PayDay 2 no se caracterizaba por ser un shooter contra un puñado de enemigos. Podías irte a casa con un millón de dólares bajo el brazo y pensar si podrías dormir con 100 policías muertos en tu conciencia. Ahora, con el plus añadido del slide por el suelo, todo es más frenético, dejando de lado cualquier idea táctica que pudiera haber. Es un CoD, a efectos prácticos. Mientras mis partidas en aquel juego de 2013 pasaban por mirar con lupa lo que hacía, aquí ha sido un festival de balas y explosiones dirigido por Michael Bay.
De hecho, para que os hagáis una idea del por qué la mecánica del deslizamiento por el suelo se nota tan ajena a lo que es PayDay, en su segunda parte se intentó por todos los medios. El juego, férreo en sí mismo, no permitía este movimiento y Overkill no hizo amago alguno por incluirlo. Es con la proliferación de los shooter de movilidad que la comunidad intenta experimentar con el cambio de animación y de armas el slide hasta tal punto que hubo un solo mod que añadió la mecánica. ¿El resultado? Fue PayDay 3, es decir, algo ajeno.
¿Y si PayDay fue un juego condicionado por su momento?
Reitero lo que mencioné en una prueba anticipada: hubiera sido genial si este tercer juego hubiera optado por una fórmula más táctica. Desafortunadamente, PayDay es un juego que vivió gracias a su momento. A principios de la década del 2010 y hasta ahora, no ha habido un juego similar, con las excepciones de Counter-Strike Global Offensive y Rainbow Six Siege. Sin embargo, ambos estuvieron y están inmersos en su propia burbuja, con una idea a la que se han adherido durante años.
Espero estar equivocado y aún queda por ver todo el juego en conjunto, pero siento que PayDay 3 tiene la misión de superar a su predecesor, uno que vivió su momento y se hizo grande gracias a él. Al tratar de replicar lo que han hecho otros, los europeos enfrentan el importante problema de las comparaciones y de un mercado sobresaturado.
Como ya mencioné, esto no es más que una extensión del texto que escribí en junio pasado. De cualquier manera, el próximo 21 de septiembre, Starbreeze y Overkill me tendrán allí para jugar PayDay 3. Sobre todo, me gusta y siento cariño por la saga. Además, saldrá en Game Pass el mismo día de su lanzamiento, lo que ampliará considerablemente su base de jugadores. Nos vemos en apenas 2 meses, entre tiros y dinero volando por los aires.
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