Pasó meses trabajando para ganar un campeonato de Pokémon, pero todo su esfuerzo se fue al traste cuando apenas faltaban cuatro días para el comienzo del torneo. Wolfe Glick fue campeón mundial del videojuego de Game Freak en 2016 y este año aspira a revalidar el título. Sin embargo, buena parte de sus probabilidades de victoria se esfumaron por culpa de un evento imprevisto en la última gran competición antes de las finales del mundo que se disputarán en Yokohama (Japón) a lo largo del próximo fin de semana. El jugador necesitaba una buena actuación para maximizar sus posibilidades en el mundial, pero la comunidad acabó con sus esperanzas de lograrlo.
Un jugador al que temen todos los fans de Pokémon
Los torneos de Pokémon no solo los gana el jugador que mejor se desenvuelve en las partidas, si no también el más talentoso a la hora de planificar. Crear un buen equipo es tan importante como elegir bien las acciones en cada turno y la idea de Wolfe Glick era ir al Campeonato Internacional de Norte América con una combinación de criaturas que cumpliera varios criterios: debía defenderse bien de las amenazas más habituales, poner en aprietos a estos equipos y ser lo suficiente novedosa como para que los rivales no tuvieran claro como reaccionar. Es el santo grial de un equipo. Algo que todos los jugadores del mundo buscan y que rara vez encuentran cuando se preparan para disputar una competición.
La necesidad de buenos resultados por parte de Wolfe Glick venía dada por el funcionamiento del sistema competitivo de Pokémon. El Campeonato Internacional de Norteamérica era el último evento puntuado para clasificarse al mundial 2023. Wolfey ya tenía asegurada su plaza en el torneo planetario, pero solo para la fase previa de la competición (Día 1). Esta es una forma muy complicada de enfrentar el torneo. A lo largo de las más de diez ediciones del mundial disputadas hasta ahora, solo un jugador ha logrado ganar comenzando el torneo en la primera ronda. En ese sentido, el objetivo del jugador era lograr una buena posición para asegurarse directamente su clasificación al segundo día del evento.
El equipo de Wolfey Glick combinaba aumentos de estadísticas (Dondozo, Tatsugiri y Flamigo) con la estrategia de Canto Mortal (Colagrito y Gothitelle).
Wolfey lo tenía todo de cara. Su calidad es innegable y además había encontrado un equipo que parecía imbatible. Durante sus pruebas, que las realizó en una cuenta secundaria difícil con la que resultaba difícil vincularle, llegó al primer puesto del mundo tanto en el sistema de partidas clasificatorias de Pokémon Escarlata y Púrpura como en la herramienta de entrenamiento Pokémon Showdown. En ambos casos utilizó cuentas secundarias que los usuarios no pudieran vincular con él y hasta llegó a perder a propósito. "Cambié de equipo e hice que bajara mi puntuación, esperando que nadie hubiera visto qué estaba usando. Parecía que había funcionado. Los días pasaron y a nadie le importaba quién era el tío misterioso", explicaba el jugador en un extenso video en el que relata lo sucedido.
Tras bajar de rango a propósito, siguió entrenando normalmente. Los jugadores competitivos de Pokémon no suelen utilizar Nintendo Switch para sus entrenamientos debido a que las partidas son más largas que en un simulador, lo que hace las sesiones de prácticas menos eficientes. Precisamente por esto lo eligió Wolfe Glick, que lo único que no quería era despertar demasiadas preguntas. Apenas faltaban unos días para que tuviera lugar el Campeonato Internacional de Norte América y bastaban solo unos pocos entrenamientos más para dar por cerrada la preparación. Sin embargo, la suerte no estuvo de su parte. De ser el secreto mejor guardado del mundo junto a la fórmula de la Coca-Cola, la estrategia que iba a utilizar pasó a ser de dominio público.
Wolfe Glick durante una de las partidas.
"Durante una partida contra un jugador japonés, estaba jugando increíblemente bien. Quizá demasiado bien. Poco sabía en ese momento que este jugador estaba haciendo ‘streaming’ y que entre sus espectadores había un único estadounidense. Digamos que se llama Paul. Paul se interesó mucho en quién era Michael [así se llamaba la cuenta secundaria de Wolfe Glick en Nintendo Switch]. ¿Un jugador americano de alto nivel en el ranking del que nunca había oído hablar usando un equipo nunca visto? Le pareció obvió que bajo la cuenta de Michael se escondía otra persona y comenzó a investigarlo. Tras algo de esfuerzo, consiguió vincular la cuenta de Michael Conmigo", explicaba Wolfe Glick.
El secreto comenzó a expandirse como se expanden todos los secretos: de forma exponencial. Paul se lo contó a sus amigos, estos se lo dijeron a otros allegados y los últimos a un grupo aún mayor de personas. Además de ser campeón del mundo, Wolfe Glick sigue compitiendo a un muy buen nivel, por lo que preparar alguna estrategia para lidiar con su equipo es una muy buena forma de asegurarse una victoria en alguna de las rondas decisivas de la competición. "Todos los jugadores top que iban al evento dejaron de hacer lo que estaban haciendo y buscaron una forma de ganarle a mi equipo (…) Muchos cambiaron sus equipos para tener un enfrentamiento más favorable. Algunos jugadores hasta me robaron el equipo para usarlo ellos mismos (…) Nada de esto va contra las normas, pero personalmente creo que es increíblemente desagradable", explicaba.
Wolfe Glick antes del comienzo de la final del mundial VGC 2016, que acabó ganando.
"Fui cuidadoso, hasta practiqué en una cuenta secreta utilizada en un juego que mis oponentes ni siquiera usan para entrenar (…) Trabajé durante meses en algo de lo que estaba orgulloso para que me lo arrebataran cuatro días antes del torneo. Durante toda mi carrera los jugadores han estado obsesionados con encontrar mis equipos antes de los eventos. He sido 'doxeado' y hasta me han 'hackeado' el Facebook para intentar encontrar mis equipos (…) Esto no le pasa a ningún otro gran competidor, pero como soy campeón del mundo y tengo una gran presencia en línea [tiene un canal de YouTube con más de un millón de suscriptores] pues me pasa todo el rato", decía Wolfe Glick lamentándose.
Pese a la situación increíblemente desafiante y a que durante el torneo se evidenció que muchos oponentes iban preparados específicamente para lidiar con su equipo, Wolfe Glick consiguió acabar en el puesto 19 de entre 777 competidores. Un logro pírrico, pues no le sirvió para clasificarse directamente al día dos del mundial. Sin embargo, Wolfey avisa: "Solo un jugador ha logrado ganar el campeonato mundial de Pokémon empezando a jugar desde la fase previa. Afortunadamente, ese jugador fui yo. Este año, estoy listo para hacerlo de nuevo. Os veo en el mundial".
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