Si te cuentan la idea de Pragmata sin verla en movimiento, podrías decir que es una locura que no tiene mucho sentido: incorporar unos minijuegos tipo rompecabezas entre el acto de apuntar y disparar en un shooter en tercera persona. Y, dicho así, lo cierto es que no sé cómo consiguieron sus diseñadores vender la idea al estudio. Pero todo se entiende mejor con una palabra: Capcom. Porque solo la compañía de Osaka parece estar dispuesta en pleno 2025 a hacer lo que le dé la real gana.
Y es que una compañía que tiene exitazos como Monster Hunter o Resident Evil que llenan sus arcas se puede permitir experimentar todo lo que quiera. Ya lo hicieron el año pasado con ese Kunitsu-Gami que es una joya de la estrategia y la acción, y ahora vuelven a hacer lo mismo con este Pragmata, un shooter de ambientación futurista lleno de robots asesinos en la que el protagonista, Hugh, con ayuda de su traje y una niña androide que lo acompaña capaz de hackearlos, tiene que abrirse paso por todas las amenazas mientras recorre este complejo espacial.
Y lo admito, soy el primero que, al ver los vídeos, no terminaba de ver el encanto del juego, pero creo que a los mandos es otra cosa. No se trata de que estos pequeños puzles entre apuntar y disparar sean especialmente brillantes; la gracia es, sencillamente, que están ahí en el peor de los momentos, mientras tienes que acabar con tu enemigo, que se va acercando a ti cada vez más peligrosamente. Si lo atacas antes de hackearlo, las balas apenas tendrán efecto en él, por lo que tienes que resolver el minijuego lo más rápidamente posible.
En los puzles más sencillos que he visto, la cosa es tan simple como recorrer las casillas pasando por una especie de puertas hasta llegar al objetivo final, por lo que lo importante no es solo resolverlo, sino la eficiencia del trayecto para terminar cuanto antes. ¿Cuál es la gracia de todo esto? La tensión que provoca estar ocupado en esta tarea mientras el enemigo avanza. Y es que ocurre algo curioso: cuando tus ojos están centrados en la pequeña ventana del puzle, apenas ves al enemigo y, si intentas controlar la distancia, pierdes la concentración en el minijuego. Así que gestionar esta dinámica de la mejor manera posible es la clave de Pragmata.
La Capcom más experimental no solo es de agradecer: sus ideas funcionan
Por supuesto, la cosa se irá complicando, ya que el juego va añadiendo capas de profundidad a la mecánica con puzles más elaborados en enemigos más amenazantes y, sobre todo, en espacios más cerrados en los que no puedes mantener demasiada distancia con ellos. La palma se la llevarán los enemigos finales, claro, cuya dificultad radica en dividir al máximo nuestra atención, realizando ataques rápidos, teniendo que hacer esquives en el último momento, atacando su punto débil que no siempre está a la vista, gestionando la munición y las recargas de las distintas armas (que es un aspecto bastante crucial) y, por supuesto, resolviendo pruebas de hackeo algo más elaboradas con más pasadores, casillas a evitar o bonificaciones que podemos conseguir si pasamos por ellos.
Como veis, se trata de un sistema más intrincado de lo que parece a simple vista y parece que solo Capcom es capaz de salirse con la suya en una idea tan extraña como esta en un principio. Ahora bien, todavía tengo algunas dudas con este Pragmata que espero resolver en una versión más avanzada del juego. Si bien en lo mecánico me ha sorprendido, tengo más dudas en lo que respecta a los niveles. La exploración con Hugh y su traje está bien, ya que podemos impulsarnos con los propulsores, saltar y sostenernos un tiempo en el aire. Pero es el propio diseño del nivel el que me ha parecido algo más genérico.
El que he visto no era ni demasiado atrayente a nivel visual, que dejara entrever bien el mundo en el que nos encontramos en esta historia de ciencia-ficción, ni tampoco demasiado inspirado en cuanto a su propio diseño. Básicamente consistía en abrir una puerta que tenía varias cerraduras escondidas por todo el nivel. Teníamos que recorrerlo de cabo a rabo para encontrar los puntos de hackeo hasta abrir la puerta hacia la arena del jefe final. Y sí, había algunas trampas y, sobre todo, mucha verticalidad tanto hacia arriba como hacia abajo, con algunos interruptores y ascensores que comprender para acceder a las distintas zonas, pero nada de lo que vi me pareció especialmente brillante en cuanto a tener un mapa intrincado y divertido de recorrer o un diseño visual que resultara emocionante, y es la duda que más espero resolver en futuros encuentros, porque al fin y al cabo estamos hablando del motor RE Engine de Capcom, que sabemos es capaz de lucirse mucho más.
Probablemente, y dado lo visto en tráileres e imágenes, haya más variedad de niveles en este complejo lunar, pero también a juzgar por esto y por su propuesta tan original como especial (resolver minijuegos mientras apuntamos y disparamos), creo que este Pragmata es una de estas locuras de Capcom que se puede permitir, pero solo con un presupuesto muy ajustado y que gracias a no volverse demasiado ambicioso técnicamente es como logra ser viable.
Gracias a esta demo he visto con otros ojos Pragmata; se nota que es un juego concentrado en la diversión de sus mecánicas, en intentar hacerte un lío con el control de varias acciones y muchos botones a la vez, y aunque te pueda parecer como primera impresión una excentricidad, el resultado sorprende. Ya estoy deseando que se confirme una fecha concreta en 2026 para el que puede ser uno de los mejores años de Capcom.
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