Este juego de acción es un golpe de nostalgia, difícil y satisfactorio, porque en los 80 las cosas se hacían de otra forma. Prison City

Este juego de acción es un golpe de nostalgia, difícil y satisfactorio, porque en los 80 las cosas se hacían de otra forma. Prison City

Enfréntate a toda clase de enemigos usando un chakram futurista en la Detroit alternativa de este juego retro

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Prison City

De vez en cuando me meto en Steam en busca de esos títulos que pasan prácticamente desapercibidos, pero merecen una oportunidad. Suelen responder a un patrón: poco presupuesto y, por supuesto, pocos medios para promocionarse… pero al mismo tiempo buenas reseñas por parte de la comunidad. Y aunque no llegara a tener ni 60 comentarios (la inmensa mayoría positivos) me decidí a probar Prison City, porque además me apetecía algo retro, que me llevara a los años 90.

No me ha decepcionado en absoluto. Es más, me ha parecido un agradable homenaje a los juegos de acción que disfruté en la etapa de los 8 bits. Si habéis crecido con una NES, ya sabéis de lo que os hablo: partidas cortas y directas, una dificultad ajustada, música cañera y píxeles perfectamente dispuestos en una pantalla que admite una limitada paleta de colores. No me hacía falta más, y aunque me haya durado un par de horas (como mucho), era justo lo que necesitaba.

Prison City La acción plataformera está muy presente en el juego

Una inyección de acción retro

Prison City tiene un concepto de lo más sencillo, al tiempo que eficaz. Consta de ocho escenarios en total, y al principio de la aventura puedes seleccionar por donde empezar, lo cual es un guiño total a los juegos de Megaman. De hecho, los parecidos con la saga de Capcom son evidentes: hay plataformas, tienes jefes al final de cada recorrido y encima hay enemigos que están prácticamente calcados. No obstante, no es el único juego al que se referencia, y te dejo que lo descubras por ti mismo, porque es parte de la diversión.

Los niveles no son especialmente grandes, pero tienen su aquel y hasta hay un minimapa porque puedes perderte fácilmente. El objetivo en cada fase es encontrar una tarjeta-llave con la que acceder a los respectivos jefes, y ya te adelanto que no siempre es una tarea sencilla, porque puede llegar a estar bastante escondida. Estos niveles puedes superarlos en unos minutos… pero claro, todo depende de lo bueno que seas y del nivel de dificultad que escojas. Tienes el modo fácil por si no quieres andarte con complicaciones, pero también un modo clásico que te recuerda a qué jugabas hace 30 años.

Prison City Los jefes proponen cosas típicas de la época, como enfrentarte a un avión tú solito

El juego se basa mucho en saltar con precisión, esquivar los ataques enemigos y liarte a golpes con una especie de chakram-bumerán con un amplio rango de ataque, lo cual da una cierta sensación de caos destructivo mientras avanzas. No hay muchas más acciones. Puedes colgarte en salientes, desplazarte entre ellos, deslizarte por el suelo y lanzar granadas cuando las cosas se pongan feas. También hay algún que otro potenciador, pero en líneas generales es un juego bastante sencillo de comprender.

Y eso me gusta. De vez en cuando agradezco videojuegos que en un minuto ya te han enseñado todas las acciones disponibles, siendo el diseño de niveles lo único que sigue sorprendiéndote a medida que pasan los minutos. En este sentido, el juego se hace especialmente satisfactorio por la ambientación de una Detroit alternativa plagada de delincuencia. La ciudad se ha convertido en una grán cárcel después de que un grupo tecnoterrorista se haya hecho con el control, y en el papel de Hal Bruzer, un policía retirado, deberemos hacer frente a la situación.

Prison City ¿Conversaciones vía codec al estilo Metal Gear? Pues sí, de eso también hay

Simple y directo, el juego hace gala de un pixel-art inspirado y de una banda sonora alta en decibelios. Todo encaja dentro de un esquema en que no faltan los jefes que ocupan toda la pantalla, ni tampoco alguna que otra fase de bonus que hace homenaje al clásico "destroza el coche" del mítico Street Fighter 2. Hay guiños incluso a películas ochenteras y noventeras, resultando un deleite para aquellos que hayan vivido aquellos maravillosos años.

Para hacerlo más actual, se añade un sistema de logros que alarga un poco la experiencia de aquellos que quieran exprimirlo, pero es más bien un juego de disfrute rápido, que a mí me ha servido para desconectar entre tanta gran aventura. Si te apetece probarlo, tienes una demo en Steam, y si quieres luego vuelves para contarme qué te ha parecido. En mi caso, el tiempo que le he dedicado ha merecido mucho la pena.

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