Eidos y Rebellion nos devuelven a la guerra más terrorífica con la segunda parte del discreto Shellshock: Nam’67. El estilo de arcade bélico en tercera persona de la primera entrega cambia radicalmente al del survival horror más descarnado de la secuela.
La industria tiene detalles realmente desconcertantes. El exitoso Shellshock: Nam’67 vendió millones de copias con una discretísima mezcla de acción, sexo moderado y violencia salvaje; demostrando que a menudo en esta industria no se necesita calidad sino apretar los botones adecuados del espectador en cuanto a morbo para lograr un éxito de ventas.
Muy poca gente apostaba por una secuela por las escasas bazas de calidad del original, sin embargo en diciembre del año pasado se anunciaba una segunda parte que nada tendría que ver con la primera. Blood Trails se sumerge en el horror de la guerra, pero no como Marlon Brando repetía una vez detrás de otra en Apocalypse Now, sino de una forma más literal.
Pesadillas en el Campo de Batalla
En Shellshock 2 seremos miembros de un equipo de fuerzas especiales norteamericano en Vietnam encargado de transportar un arma especial llamada Whiteknight. Esta arma ultrasecreta es capaz de dar la vuelta al conflicto de un golpe y es definida por el propio videojuego como “un enemigo que no conoce bando, que es brutal, loco, y que está preparado para despedazarte”.
¿La misión? Dar con él, puesto que se encuentra perdido en la jungla camboyana. El último equipo que se envió para averiguar su paradero ha desaparecido casi por completo, y del comando sólo queda un hombre que ha vuelto completamente loco.
Ese es el económico hilo argumental de Shellshock 2, un videojuego en el que no se pierde el tiempo con explicaciones, argumentos o introducciones: Se va directamente al grano. Blood Trails es fundamentalmente acción, terror y ambientación sórdida y aterradora, un cóctel que lo convierte en un videojuego “de género” francamente interesante.
El título es un juego de acción en primera persona con especial predilección por el combate, y donde apenas encontraremos otros elementos que entorpezcan una experiencia muy directa y frenética. Entre el enemigo se cuenta no sólo el Vietcong, que no podía faltar a su cita, sino también criaturas de pesadilla que entroncan con el carácter sobrenatural del mencionado WhiteKnight, auténtico elemento sobre el que pivota todo el videojuego.
Lo poco que Rebellion de momento ha enseñado sobre el videjuego podría ser catalogado de claustrofóbico y “pasillero”. Se confirma que en niveles posteriores se alternarán exteriores con interiores, pero en ningún momento se va a abandonar el clima lúgubre y terrorífico con el que se comienza ya a los pocos minutos de partida.
En lo visual Shellshock 2 es un videojuego muy discreto. Está claro que el poderío tecnológico no es su punto fuerte, y lo cierto es que el aspecto oscuro del título no sólo contribuye a crear la desagradable atmósfera que tan bien le sienta, sino que también disimula las irregularidades de su acabado.
Por otra parte cabe señalar que el lanzamiento no cuenta con ningún tipo de modalidad multijugador, de modo que esperamos que la campaña esté a la altura, pues se tratará de la única oferta jugable de este Shellshock 2: Blood Trails. Su llegada se producirá el día 13 de febrero, y su cruento combate se extenderá por Xbox 360, PlayStation 3 y Pc.