Quién hubiera adivinado que acabaríamos construyendo ciudades a golpe de lápiz. Pero así es. Uno de los videojuegos más clásicos de ordenador llega a Nintendo DS. Prepárate para convertirte en el alcalde de tu propia ciudad. Contruye carreteras, edificios, comercios, industrias, hospitales, escuelas… con tu stylus y ríete de los problemas reales de los políticos. ¡Esta legislatura es tuya, alcalde!
Érase una vez un tirano que, castigado por sus fechorías, fue exiliado a un asteroide. Sediento de una necesidad de control, pronto encontró en un ingeniero su respuesta, el cual le creó un mundo en miniatura. El pobre hombre no sabía lo que había hecho: puso en manos de un monstruo sin escrúpulos a toda una población, aunque fuera de dimensiones microscópicas.
Así es como comienza la historia que leyó Will Wright, responsable máximo de “Sim City”, a la hora de crear su famoso videojuego. “The Seventh Sally”, del autor polaco Stanislaw Lem, supuso para Wright una fuente de inspiración para crear uno de los fenómenos más importantes del sector del videojuego. En este caso, Wright le dio la vuelta a la historia, y fue el desarrollador el que triunfó, poniendo al alcance del jugador una ciudad que seguía siendo microscópica pero que no era ni mucho menos real, ya que se trataba simplemente de un videojuego.
Un alcalde a doble pantalla
Un título que, paradojas del destino, tuvo enormes dificultades para salir al mercado hasta que llegara Maxis y resolviera el asunto. “Sim City” sería lanzado como videojuego en el año 1989, cosechando a partir de entonces un crecimiento imparable con varias entregas y versiones para innumerables plataformas. Todo hasta llegar al día de hoy, momento en que Nintendo DS recibe un gran clásico marcado de nuevo con el sello de Electronic Arts. Y es que la portátil de doble pantalla nos sigue demostrando que le gusta la estrategia y que quiere continuar albergando cartuchos del género en su ranura superior.
Esta vez no nos pondremos en el papel de un gerente de un parque de atracciones como ocurriera en “Theme Park”. En esta ocasión, seremos un alcalde encargado de levantar una ciudad desde cero y gestionarla para que prospere, aumentando su población, dotándola de infraestructuras adecuadas y evitando que catástrofes naturales como incendios puedan dar al traste con nuestras buenas intenciones.
El mejor equipo
Pero para ser un buen alcalde lo primero que necesitamos es un buen equipo con el que trabajar. Dos elementos ya los tenemos: nosotros (los jugadores) y el stylus (herramienta inseparable para realizar trazados sobre los planos de nuestra ciudad). Pero falta algo muy importante: nuestro asesor, la persona que nos aconsejará durante nuestra particular legislatura en el videojuego para Nintendo DS.
Después de responder a unas sencillas preguntas de personalidad, se nos asignará a la persona más adecuada de acuerdo a nuestras características. Es entonces cuando podemos comenzar con la acción. Un mapa se presenta ante nuestros ojos. Está dividido en varias parcelas y cada una de ellas tiene un precio diferente (además de un nivel de dificultad determinado) dependiendo de si se encuentra más o menos lejos de la costa.
Pensando en los alcaldes inexpertos
Básico, fácil, normal… Serán varios los niveles de dificultad que se nos presentarán. Y es que el videojuego tenía que perseguir la versatilidad para acercar el título a aquellos videojugadores que estuvieran menos familiarizados con la franquicia. Para ellos, además de presentárseles construidos todos los edificios básicos, se les facilitará un completo tutorial al comienzo del juego donde aprenderán las nociones fundamentales de este simulador de estrategia urbana.
Seamos novatos o no, llega la hora de construir, cosa que haremos teniendo en cuenta que nuestra herramienta de planificación, la “dual screen”, nos dejará ver un plano en la parte inferior y el aspecto real de nuestra ciudad en la superior. Desde la pantalla táctil, una de las tareas más importantes consistirá en construir las tres regiones en que se dividirá nuestra ciudad y que tendrán que estar en perfecto equilibrio para conseguir una cierta prosperidad: zona residencia, zona comercial y zona industrial. De una correcta colocación y proporción dependerá que la barra de equilibrio se nivele o quede completamente desproporcionada.
Prepárate para una catástrofe
Por ejemplo, si el tendido eléctrico no llega a la zona residencial, ésta no podrá funcionar. De la misma manera, si colocamos una zona industrial junto a otra residencial, tendremos problemas de malestar con los vecinos. Lo mismo ocurre con el basurero de la ciudad, el cual debería de estar alejado de la población para evitar males mayores como enfermedades, de las cuales deberemos prevenirnos construyendo un hospital, etc. Las ciudades de “Sim City” funcionan casi exactamente como en la vida misma.
Y decimos “casi” porque habrá eventos que poco tienen que ver con la realidad y que se corresponden con catástrofes sobrenaturales: ver a nuestros habitantes ser abducidos por extraterrestres o aplastados por una especie de King Kong son tan sólo algunos ejemplos. Para estos casos, la pantalla táctil ha jugado un importante papel, poniendo la nota humorística del título, ya que aparte de poder apagar incendios soplando sobre el micrófono de nuestra portátil, también podremos impedir que se lleven a personas o vehículos por abducción si es que usamos nuestro lápiz para arrastrarlos hasta el suelo.
Moviéndonos por nuestro plano
Realmente, la originalidad en el uso de la pantalla táctil acaba ahí, ya que la navegación a través del mapa no es demasiado suave, resultando brusca en ocasiones y haciendo que los dos niveles de zoom se nos queden uno demasiado corto y otro demasiado largo. Esto acaba por disminuir la precisión de nuestro trazado y por provocar que la simple tarea de levantar una carretera o una vía de tren para unir zonas se convierta en una misión complicada donde la posibilidad de errar pasa a ser demasiado común.
Es cierto que tenemos siempre a nuestra disposición una opción para demoler todo aquello que salga mal, pero ya habremos perdido dinero y, lo más importante, no habremos conseguido que los principiantes encontraran en este título un lugar donde practicar la simulación urbana con la ayuda del intuitivo control que propone la portátil de los de Kyoto.
Ser alcalde tampoco es tarea fácil en Nintendo DS
“Sim City” no es tan fácil de controlar como se esperaba y, tampoco, sencillo de comprender. Levantar una ciudad es fácil. Hacer que prospere, demasiado complicado. Aún así, el título ofrece varias modalidades alternativas a la opción “Construye una ciudad”, que tienen que ver con una mecánica donde sacar a una región de un grave problema (“Salva la ciudad”), un sistema de intercambio de mensajes entre alcaldes (“Correos”) y una última opción donde ver todos los edificios y monumentos que podremos colocar durante nuestra partida (“Museo”).
La ciudad se muestra en todo momento con un cierto nivel de detalle, aunque el colorido y la diferencia de tonalidades deberían haber sido mayores para lograr una mejor impresión visual. Aún así, y como ocurre en cualquiera de los “Sim City”, lo que menos interesa es el aspecto gráfico, así como el sonoro que, dicho sea de paso, cumple con su objetivo de hacer de la gestión una tarea tranquila y de reflexión.
“Sim City DS” es una fiel recreación del original para PC. Transmite toda su filosofía y comparte su misma alma, pero falla en la jugabilidad y en no haber aprovechado mejor las capacidades que ofrecía Nintendo DS. Con un poco más de dedicación, este título podría haber estado a la altura de los grandes de la estrategia que posee ahora mismo la portátil de Nintendo.
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