Tras su exitoso paso por la portátil de Nintendo, Spectrobes debuta en Wii sin perder su esencia jugable y adaptando su propuesta a los requerimientos de una consola de sobremesa. Devuelve la paz a la galaxia con un ejército de criaturas a tu medida.
Todo tiene un comienzo, y Spectrobes también. La original apuesta de Disney Interactive en videojuegos es una licencia completamente nueva que parece estar siguiendo un curso adecuado para convertirse en una serie de referencia. Los primeros pasos de la nueva creación dieron con dos entregas en Nintendo DS, buenos juegos en general, que supieron aprovechar bastante bien las capacidades técnicas y funcionales de la portátil con un enfoque arriesgado: recolección de mascotas y su posterior evolución, es decir, un enfrentamiento directo con el super ventas Pokemon.
Pero si Nintendo todavía no se ha atrevido a sacar un juego de Pokémon del estilo de Nintendo DS en Wii, Disney ha querido adelantarse, demostrando a Nintendo el camino que podría tomar la verdadera esencia Pokemon bajo los circuitos de Wii. Para llevar a Wii los juegos portátiles de Spectrobes ha tenido que rehacerse el enfoque, no la idea, y Genki, los desarrolladores de este título, han realizado un sabio trabajo enfatizando los puntos positivos del hardware de la consola y obviando sus puntos débiles.
Pero Genki se ha encontrado con un problema, y son las exigencias técnicas y jugables de una consola de sobremesa. Mientras en Nintendo DS, estas exigencias eran menores y se podía llevar a buen resultado de manera más sencilla, en Wii las cosas cambian. El juego sigue siendo tan infantil en planteamiento y desarrollo como las entregas de la portátil, haciendo que la experiencia sobremesa se haga menos intensa. Spectrobes: Orígenes para Wii acaba ofreciendo lo mismo que sus versiones para Nintendo DS, y eso, a la larga, se acaba volviendo en su contra.
Perdidos en la Galaxia
El punto fuerte de Spectrobes nunca ha sido el argumento, bastante lineal y sencillo como sus predecesores, pero al menos guarda una personalidad propia debido en parte a la buena caracterización de los personajes. Como era de esperar, Rallen y Jeena vuelven a meterse en problemas por los rincones más oscuros de la galaxia, y esta vez se ven envueltos en un planeta llamado Wyterra, de nuevo con sus peores enemigos, los Krawl, que parecen no descansar de sus ataques continuos. Ésta vez no estaremos en nuestro sistema Nanairo, si no en Kaio, y nuestros poderes no funcionan de la misma manera.
Nuestros primeros pasos nos llevan por un suave tutorial que requiere tiempo para completarlo pero que se complementa con los primeros pasos de la historia. Al tener ahora un nuevo control los seguidores de la serie en la portátil tendrán que cambiar ligeramente de actitud en los combates, que en general han ganado en dinamismo y participación. El desarrollo del juego puede englobarse en tres fases: la exploración, los combates y la cría de Spectrobes.
En busca de tesoros y de combates
Mucha importancia ha dado Genki a la exploración en el juego, no en términos de lugares a descubrir, si no en lo referente a encontrar objetos ocultos gracias a nuestros Spectrobes buscadores. En muchos puntos del escenario veremos ciertas estrellas brillantes que salen del propio suelo, lugar donde nuestra criatura debe ser lanzada para desenterrar un fósil, un objeto o bien cualquier tipo de minerocks.
La monotonía se convierte en parte de la aventura cuando pasan las primeras horas de juego, ya que la simpleza está lejos de lo que podía esperarse de un título de este género de Wii. Esto se traduce en apenas personajes con los que interactuar, escenarios vacíos sin muchos detalles o sin apenas posibilidad de entrar en estancias. Como dijimos, Spectrobes peca de ser demasiado parecido a los juegos de Nintendo DS y es que en sobremesa se requiere una mayor profundización.
Otro factor de gran importancia son los combates, la mayoría apareciendo por sorpresa y donde la participación del jugador aumenta. Podemos controlar sólo a uno de los dos personajes y a nuestros Spectrobes, que pueden ir cambiándose en plena batalla. El personaje se controla sin ningún tipo de misterio, pero es a la hora de enviar a nuestra criatura cuando hay una variante.
Al mover el wiimote hacia adelante o hacia atrás enviaremos al ataque a nuestro Spectrobe, al cual también podremos ordenar que vuelva hacia nosotros si lo vemos en peligro, moviendo el wiimote hacia los lados. También pueden realizarse combos con nuestra criatura, bastante sencillos en general y que, junto al ataque especial, nos hace desarrollar ataques poderosos y superar sin dificultades los primeros compases del juego.
Aún más importancia que en las versiones para Nintendo DS es la cría de Spectrobes. Tras encontrar un fósil primero debemos desenterrarlo. Para ello el juego nos permite utilizar herramientas como las bombas, el taladro, el láser, el escáner, un martillo o bien un soplador para el polvo restante. Pero como ya pasaba con los juegos anteriores, debemos ser hábiles y cuidadosos para no dañar el fósil, comprobando en todo momento su salud en una barra de vitalidad.
Después debemos despertarlo, realizando correctamente un minijuego musical con el wiimote y el nunchuk al unísono. Podemos optar por subir a estas pequeñas criaturas de nivel haciéndoles participar en la búsqueda de tesoros o combates, o bien con los minerocks, para que así alcancen las otras dos fases de su desarrollo de forma más rápida. Los más de 100 Spectrobes que posee el juego entre principales, secundarios y secretos nos van a obligar a elegir muy bien nuestros acompañantes en los combates, teniendo en cuenta que cada uno es afín a un elemento en particular.
Gran tiempo debemos pasar por los distintos menús del juego, no sólo consultando el crecimiento y las características de nuestros Spectrobes, sino también eligiendo nuestras mejores armas para el combate: espadas, lanzas, hachas, guantes y cañones.
Entre la esencia Disney y la visión japonesa
Los gráficos de Spectrobes: Orígenes optan por unos diseños muy bien recreados, con unos Spectrobes con todo lujo de detalles, de distintos tamaños y con animaciones de agradecer. Los personajes principales y los NPC (personajes no controlables) también están por encima de la media, con buenas expresiones faciales. El conjunto del escenario, a pesar de ser enorme y con zonas bellamente recreadas, peca de estar algo vacíos y de hacerse repetitivos. Como dijimos se echa en falta un poco más de interacción del jugador con el entorno, no sólo haciendo más elementos destructibles, si no también con mayores posibilidades de entrar a estancias y, por lo tanto, de dotar de mayor profundidad al gran mundo que ha creado Disney.
El doblaje al castellano podría decirse que es junto con la banda sonora una delicia para los oídos, no tanto respecto al sonido, que no deja de ser correcto. Los diálogos desprenden la personalidad que no siempre es sencilla de recrear en un videojuego, despertando simpatía y cierto vínculo con el jugador.
Para finalizar destacar un curioso modo cooperativo donde un jugador puede controlar a Rallen o Jeena y otro a un Spectrobe. No era lo esperado como cooperativo para el título, pero parece una primera intención de lo que seguramente podría incluirse como novedad y reclamo en otra entrega futura.
Spectrobes: Orígenes traslada y adapta su experiencia portátil a la consola de sobremesa de Nintendo, aunque innovando lo justo y conformándose por apostar por los mismos valores. El juego se hace ligeramente repetitivo y simple buscando dirigirse a un público joven. Su apartado técnico está a un buen nivel, destacando especialmente las animaciones y el modelado de los personajes. La primera incursión de la serie Spectrobes en Wii es positiva, aunque se esperaba un mayor aprovechamiento de las capacidades de Wii, sobre todo en términos de profundidad de juego.
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