Aunque muchos lo consideran casi perfecto, The Legend of Zelda: Breath of the Wild no fue todo lo que querían los desarrolladores. La creación de un videojuego siempre obliga a trabajar en torno a limitaciones relacionadas con la plataforma en la que se lanzará o los plazos estipulados. Esta situación nos privó de que el gran mundo abierto de la saga incluyera algunos de los grandes añadidos que los creadores de la aventura deseaban. Sin embargo, hay unas cuantas consecuencias positivas. Tal y como ha reconocido Nintendo mientras respondía a las preguntas de los fans, muchas de las mecánicas e ideas eliminadas del anterior juego son lo que ha hecho posible que Zelda: Tears of the Kingdom sea una secuela que ya catalogamos como "imprescindible".
El 'reciclaje' es la clave de The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom
Takuhiro Dohta, director técnico de Breath of the Wild (BOTW) recordó en una charla con los fans que el juego se desarrolló originalmente para Wii U, lo que dio lugar a ciertas restricciones técnicas. "Había un montón de ideas que queríamos incluir durante el desarrollo, pero tuvimos que tomar decisiones claras sobre qué no podría estar en el juego". Entre las opciones descartadas estaba, por ejemplo, la creación de zonas adicionales en el cielo o bajo tierra. "Decidimos que no añadiríamos nada que implicase volar y luego Aonuma [productor jefe] nos dijo que 'si volar está fuera de la cuestión, quiero ir bajo tierra'. Le pedimos por favor que no nos hiciera desarrollar eso también".
Sin embargo, esta ambición irrealizable de los creadores del último The Legend of Zelda fue imprescindible para que Tears of the Kingdom tomase forma. "Empezamos por implementar estas ideas que no pudimos incluir en el último juego", explicaba Dohta. Una situación que solo fue posible al elegir el mismo escenario para el nuevo título que ya usaron para Breath of the Wild. "No hubiéramos sido capaces de crear un nuevo mundo tan complejo, así que desarrollar el mismo escenario del anterior juego fue clave en este sentido también", comentaba. Al final, la decisión reducía la carga de trabajo y permitía trabajar en unos plazos razonables. Hay que recordar que solo han pasado seis años desde el estreno de BOTW. Es un plazo muy aceptable para un título tan ambicioso de acuerdo a los nuevos estándares de la industria.
Entre otros comentarios sobre el juego, los desarrolladores han hablado de su intención por conectarlo todo. Por supuesto no han entrado en demasiados detalles porque The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom apenas llega a Nintendo Switch. Sin embargo, han ofrecido detalles sobre una mazmorra concreta. "Las mazmorras han cambiado con respecto al juego anterior. Hay una que conecta directamente desde la superficie de Hyrule. Si te lanzas desde el cielo hacia ella, hay un evento especial. Es una nueva experiencia que no hubiera sido posible en juegos anteriores (...) esta vez hay más variedad y todas las 'dungeons' tienen su propio apartado visual que muestra las particularidades entre las diferentes regiones del juego, como lo hacían los viejos juegos de la saga", explicaban Hidemaro Fujibayashi (director) y Satoru Takizawa (director de arte).
¿Que nos ha parecido The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom?
Ya hemos podido jugar a The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom y la conclusión es muy fácil: es exactamente tan bueno como lo imaginábamos y hasta un poco más. "Era difícil imaginar que Nintendo pudiera superar la leyenda de Breath of the Wild, pero una vez juegas a TOTK se hace difícil volver atrás", explicaba nuestro compañero cuando llevó a cabo el análisis. "Es el mejor juego de acción y mundo abierto que se ha creado en muchos años y cuesta imaginar cómo alguien podría superar algo así (...) una auténtica obra maestra que tiene doble mérito por superar a su antecesor y hacerlo además con sorpresas, conservando intacta su capacidad de maravillarte frente a lo desconocido".
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