Total War Warhammer 2: Curiosidades y anécdotas

  1. Echo de menos a mi viejo

    El Nuevo Mundo (Lustria, Ulthuan, Naggaroth y las Tierras del Sur) es un trasfondo genial para recrear el mundo de Warhammer, pero no sufras si echas de menos también el Viejo Mundo. Para los veteranos, es posible “fusionar” los contenidos del primer juego en el segundo mediante una actualización.


  2. Unos Huevos de Pascua de lo más Original

    Cuando oímos hablar de Huevos de Pascua en un videojuego, pensamos automáticamente en esos pequeños secretillos que esconden y que, a menudo, son homenajes a otros videojuegos, películas o incluso a los propios aficionados. El caso de Total War: Warhammer y su secuela, Total War: Warhammer II, es de lo más atípico. Los huevos de pascua de ambos videojuegos son huevos propiamente dichos, decorados por el equipo de Creative Assembly con increíbles diseños. Puedes buscarlos en Google y dar con ellos fácilmente, son The Eggxorcism, Dwarfen Mineral Egg, Eggbert Shell Breaker y Von Carstein's Resurr-egg-sion. ¡Son increíbles!


  3. El Gran Vórtice

    ¿Sabías que el Gran Vórtice que se disputan todos los ejércitos de Total War: Warhammer II se creó para absorber toda la magia del mundo y devolver el Caos a su origen? La idea de crearlo tuvo lugar en Caledor, el corazón de Ulthuan. Muchos magos elfos murieron en su creación, mientras Aenarión, el Rey Fénix, luchaba contra las hordas del Caos para protegerlos.