Antecesor del legendario Fallout, Wasteland vuelve a la vida 25 años después de su nacimiento con una gran aventura de rol que hará las delicias de aquellos que tanto suspiraban por su regreso. ¡Y no sin motivos! Es espectacular en lo narrativo, profundo en su oferta jugable y clásico como el que más. ¿Preparado para sobrevivir al Yermo? El viaje no será fácil, pero sí muy satisfactorio.
Arrasado por las bombas atómicas, el post-apocalíptico mundo de Wasteland ha vuelto a convertirse en el escenario de juego idóneo para una gran aventura de rol que si de algo puede presumir es, precisamente, de respetar a pies juntillas el magnífico legado de su antecesor. Justo lo que pedían los miles de aficionados que costearon su desarrollo en la que continúa siendo una de las campañas de financiación colectiva más exitosas. ¿Y sabéis qué? Cada céntimo invertido en ella ha merecido la pena.
Porque la nueva obra de inXile Entertainment es una auténtica oda al rol de la vieja escuela; a aquellas aventuras repletas de posibilidades jugables en las que podíamos hacer prácticamente de todo sin importar las consecuencias. Y esto es algo que Wasteland 2 refleja con maestría, permitiéndonos recorrer con gran libertad un gigantesco mundo devastado por una guerra nuclear que solo dejó a su paso muerte, destrucción y a un buen puñado de psicópatas maleantes con unos índices de crueldad fuera de lo común. Un apocalipsis que, en definitiva, dio vida a ese maravilloso Yermo que 25 años después por fin volvemos a recorrer. ¿Listos para el viaje?
Justicia en un mundo sin ley
Arizona. Posiblemente la única región del mundo habitable tras el Armagedón… y también el lugar más peligroso que podáis imaginar. Nubes radiactivas campan a sus anchas abrasando a todo aquel incauto que ose atravesar sus fronteras, mientras el hambre, la falta de agua o los cientos de asesinos, violadores y hasta caníbales confinados en su interior dificultan la vida de los supervivientes hasta cotas demenciales. ¡El mundo es un infierno! Pero incluso en estas condiciones hay lugar para la esperanza; y en el universo Wasteland esta responde al nombre de los Rangers del Desierto.
Un grupo de bravos pistoleros dedicados en cuerpo y alma a proteger a los inocentes; a restablecer el orden en un mundo sin ley en el que solo los más fuertes sobreviven. O los más listos. O los más canallas. O, por qué no, también los más peligrosos. El Yermo no se rige por una escala de valores morales tradicionales. Lo bueno, lo malo… nada de eso importa cuando todo lo que conocíamos se ha ido al carajo. Así que sed libres de actuar como deseéis, nadie os juzgará por ello. Aunque sí habrá consecuencias. Y algunas trascendentales para el desarrollo de la partida.
También variará mucho la aventura dependiendo del equipo de rangers al que controlemos, pudiendo personalizar por completo a cuatro de ellos, que serán con los que iniciemos la partida. Expertos en el manejo de armas de fuego, fortachones capaces de soportar el dolor como nadie, ágiles pistoleros versados en el uso de rifles de precisión, informáticos, conversadores, ladrones… como toda aventura rolera que se precie, Wasteland 2 ofrece la profundidad jugable necesaria como para que cada jugador disfrute de un viaje único a través del Yermo. Y lo hace realmente bien.
Libre albedrío
Las alternativas para resolver la mayoría de sus misiones son, por norma, bastante generosas con opciones tales como usar la fuerza bruta, los asesinatos, la diplomacia o el ingenio. Si es que… ¡podéis matar a todo el mundo si así lo deseáis! Pero lo mejor, sin embargo, es que estas tareas van siempre acompañadas de un fuerte trasfondo argumental que nos ha hecho disfrutar enormemente. Puede que el punto de partida no sea el más original del mundo, no lo es; pero tal es la contundencia de sus diálogos, y son tan ingeniosas las situaciones de juego que plantea, que tan solo por esto ya merece la pena perderse en el vasto y peligroso Yermo.
Un gigantesco entorno de juego por el que podremos movernos con impresionante libertad mientras afrontamos las decenas de misiones que nos propone en el orden que deseemos. Obviamente, la historia marcará el curso de los acontecimientos, pero en ningún momento sentiremos que se nos fuerza a seguir un camino que no deseamos. Y esa es una de las mayores virtudes de Wasteland 2. También el propio diseño de sus mapeados, repletos de zonas secretas y caminos alternativos solo aptos para aquellos jugadores que cuenten en su equipo con Rangers curtidos en mil y una batallas.
Cerraduras que forzar, ordenadores por hackear, barreras solo superables mediante la fuerza bruta, trampas indetectables para alguien con baja percepción del entorno… creednos, habrá ocasiones en las que incluso superaréis algunos retos charlando con los animales. Aquí todas y cada una de las habilidades especiales de nuestros supervivientes tienen una gran utilidad, resultando sorprendente por el equilibrio alcanzado entre todas ellas. Sin olvidar que también tendrán su peso en de las batallas tácticas por turnos que plantea Wasteland 2.
En este sentido, lo nuevo de inXile Entertainment se muestra totalmente fiel a los cánones jugables más clásicos, planteando un sistema de combate basado en el uso de Puntos de Acción, que serán necesarios para ejecutar acciones tales como disparar, recargar el arma, usar habilidades, etc. Esto supone medir muy bien todos y cada uno de nuestros movimientos para evitar quedar expuestos al fuego enemigo, que con el paso de las horas será más y más intenso. Por eso, el uso de las coberturas será esencial para sobrevivir a estos encuentros.
Sin embargo, aunque estas batallas resultan divertidas y por momentos apasionantes gracias a la presencia de enemigos realmente curiosos –esos Discobots…-, también nos hemos quedado con la sensación de que son algo simples; carecen de la profundidad jugable de otros referentes del género como el más reciente Divinity: Original Sin, que en estas lides resulta mucho más espectacular, o por qué no, el clásico Fallout, que por lo menos nos dejaba golpear a los enemigos en partes concretas de su cuerpo.
Por supuesto, agradecemos que en mitad de una contienda podamos fastidiar un sistema informático, hacer que dos enemigos se maten entre ellos, o que un perro mutante luche a nuestro lado; pero a la larga nos sabe a poco. También nos hubiera encantado que Wasteland 2 incluyera opciones para actuar con sigilo. Habrá momentos de la partida que resolveremos sin derramamiento de sangre, o infiltrándonos a hurtadillas en ciertos complejos; pero poca cosa en comparación con el resto de alternativas que ofrece el juego.
Festín radioactivo
Otra de las mayores bazas de Wasteland 2 la encontramos en su notable diseño de escenarios con un Yermo en el que de verdad da gusto perderse. La variedad de localizaciones es digna de mención, así como la amplitud de la mayoría de estos parajes. También nos encanta la crueldad que destilan estos ambientes, con cadáveres por doquier ya sea colgados de una soga, en fosas comunes, o desparramados sobre el capot de cientos de vehículos calcinados por el holocausto nuclear.
Salta a la vista que no es el título más puntero del momento, y en algunos aspectos como el modelado de personajes incluso resulta bastante justito. Tampoco las batallas son especialmente espectaculares, y el diseño de algunas zonas de juego resulta igualmente anodino y falto de esa chispa que sí presentan otras localizaciones. Pero en líneas generales Wasteland 2 cumple… sin excesos.
Y lo mismo podríamos decir de su apartado sonoro, que presenta melodías de gran calidad aunque algo repetitivas a la larga. Las voces en inglés tampoco están nada mal, aunque estas son mínimas puesto que la mayor parte de la aventura se desarrolla en silencio, con mensajes por escrito en perfecto español -¡bien!-. Especial mención para las descripciones de los entornos y personajes, que aparecerán reflejadas en esa impresora de papel continuo que tanto nos recuerda al original.
La inteligencia artificial de enemigos y aliados cumple sin más, con unos enfrentamientos en los que los rivales tratarán siempre de aprovechar su ventaja numérica para acorralarnos, aunque también habrá bastantes situaciones de juego en las que estos, y los aliados que se nieguen a responder nuestras órdenes –todo depende del liderazgo-, muestren comportamientos poco menos que suicidas.
Pequeños detalles que nos dejan con una gran aventura de rol que, eso sí, se ha quedado un poco lejos de las altas expectativas que habíamos depositado en ella. Las cerca de 50 horas que puede llevarnos completar la primera partida son apasionantemente divertidas, eso por descontado, pero al final os quedaréis con la sensación de que con un sistema de combate más profundo, y alguna que otra opción de juego adicional, Wasteland 2 habría sido una aventura rolera inmejorable.
Fiel al espíritu del original, Wasteland 2 es una gran aventura de rol que destaca por la enorme libertad de acción que ofrece, lo apasionante de su argumento y su siempre atractiva atmósfera post-apocalíptica. Cierto es que su sistema de combate es algo pobre en opciones y la ausencia del sigilo le resta algo de encanto, pero en términos generales es un digno heredero de aquel clásico con el que tanto disfrutamos hace 25 años.
Comprar Wasteland 2- El Yermo. Perderse en sus áridos confines es una experiencia única.
- Enorme libertad de acción. Puedes resolver las misiones cómo y cuándo desees.
- Su argumento. Los diálogos son fantásticos y muy avispados.
- La ambientación. Es genial. El uso de la radio también es muy inteligente.
- El sistema de combate es bueno, pero también algo simple.
- Gráficamente es algo discreto, a pesar de lo amplio y variado de sus escenarios.
- La inteligencia artificial cumple con lo justo.