A menudo nos quejamos de la polarización que existe entre la comunidad de jugadores que toman partido de una u otra empresa o marca cuando estas miran por sus intereses, pero la verdad es que tanto Microsoft como Sony PlayStation no están dando un buen ejemplo últimamente. Y es que la compra de Activision Blizzard por parte de los de Redmond ha disparado un cruce de declaraciones para presionar a los organismos reguladores que parece no acabar.
La compra de Activision está siendo investigada por el Reino Unido
Actualmente, el debate está más vivo que nunca dado que la entidad de Reino Unido ha mostrado preocupación por la operación. Desde Sony insisten en que la adquisición de franquicias como Call of Duty puede dañar la competencia en el mercado de los videojuegos incluso sin exclusividad para el ecosistema Xbox, y en Microsoft no han esperado para lanzar una respuesta que apunta directamente a PlayStation.
Tal y como recoge Tom Warren, de The Verge, Microsoft acusa a Sony de bloquear Game Pass de PlayStation en su respuesta dirigida al organismo regulador británico, apuntando que su preocupación por la competencia no es de recibo cuando han privado a los jugadores de acceder a más juegos de lanzamiento en su plataforma protegiendo sus ingresos de ventas.
"Sony ha elegido bloquear Game Pass de PlayStation, así que no está disponible en PlayStation. [...] Como todos los juegos que están disponibles en Game Pass también están disponibles para comprar, los jugadores seguirán teniendo la posibilidad de comprar Call of Duty en PlayStation", dice el comunicado. "Hacerlo seguirá costando menos que comprar una nueva consola de Xbox".
"Una vez más, esta mayor competencia no ha sido bien recibida por el líder del mercado, Sony", continúan diciendo desde Microsoft. "Han optado por proteger sus ingresos de las ventas de los juegos recién lanzados en lugar de ofrecer a los jugadores la opción de acceder a ellos a través de su suscripción, PlayStation Plus".
La compra de Activision, el cuento de nunca acabar
Lo cierto es que el anuncio de la adquisición de Activision Blizzard por parte de Microsoft por una cifra cercana a los 70.000 millones de dólares no solo ha generado mucho debate, sino que en estos momentos no queda claro qué puede ocurrir con la operación. Por el momento, Reino Unido es uno de los países que más tiempo lleva investigando el acuerdo y más se resiste a ofrecer un veredicto, pero otros organismos como el brasileño ya han aprobado el mismo, y en Arabia Saudí llegaron a una conclusión parecida este verano.
Si bien Sony parece dispuesta a seguir presionando para que no se lleve a cabo la adquisición de la que es una de las principales compañías del mercado de los videojuegos, otros actores de la industria no se muestran tan reacios o negativos a la compra. Sin ir más lejos, el CEO de Take-Two Strauss Zelnick ha comentado recientemente que cree que es bueno para Microsoft y para la industria, aunque la compañía no es competidora de Xbox en el terreno de las consolas y, de hecho, tienen una relación muy positiva como socios.
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