No debe ser fácil conseguir alcanzar una fe ciega como la que ha cosechado Nintendo. Desconocemos por completo qué ofrecerá Nintendo Switch 2, cuáles serán sus capacidades técnicas, e incluso qué juegos de lanzamiento traerá bajo el brazo, y sin embargo aquí estamos muchos de nosotros, esperando con ansia el mínimo detalle adicional a su escueto anuncio para empezar a tirarle dinero a la pantalla.
Resulta aún más sorprendente bajo el prisma de que, pese a no saber prácticamente nada de Nintendo Switch 2, sé que es muy probable que termine siendo la única consola que compre en la siguiente generación. Por muy contento que esté con la experiencia aportada por PlayStation 5 y Xbox Series X, el mercado ha terminado empujándome en esa dirección.
El combo de Switch y PC
Llevamos años escuchando la cantinela de que el combo de Switch y PC es la opción ideal y, especialmente durante los últimos años, el tiempo ha terminado dándole la razón a lo que a día de hoy se ha terminado convirtiendo en facto. Con Steam convirtiéndose en la plataforma por excelencia, su flujo de ofertas y variedad resulta imbatible a día de hoy, y la inversión cada vez más cara a la que parecen apuntar las nuevas consolas, bien me puede servir para ir actualizando el ordenador poco a poco. Una práctica que, como consolero de toda la vida, siempre me había dado un vértigo que ahora me resulta menos arriegado.
Sin ser un mantra que case con cualquiera, es también una cuestión de géneros. Jugar con mis hijos ha terminado empujándome a otro tipo de experiencias que, alejadas de los triple A convencionales, me acercan más a juegos de plataformas y opciones que me resulta más difícil encontrar en otra consola que no sea una Nintendo Switch. Saber que, en cualquier caso, esos triple A los terminaré jugando también en PC más tarde o más temprano, ayuda mucho a enfocar ese combo sin miedo a perderme nada.
La lucha por los exclusivos ha llegado a su fin
Las políticas de Microsoft y Sony respecto a cómo se acercan a los jugadores distan mucho de lo vivido en anteriores generaciones. El ansia por jugar unos u otros juegos ha desaparecido por completo y, de la mano de relanzamientos en forma de remasterizaciones y remakes constantes, saber que el juego de moda llegará a mis manos de una u otra forma, aunque sólo juegue desde PC, ha terminado de escampar todas mis dudas.

Nunca he terminado de entender el grito en el cielo puesto alrededor de los juegos exclusivos porque, como en el demostrado caso de Nintendo, creo que es la mejor forma de crear una competencia entre plataformas lo suficientemente fuerte para que se tengan que poner las pilas a la hora de crear juegos cada vez más únicos y mejores. Con lo tóxico de ciertos grupos de jugadores a un lado, los exclusivos tenían una razón de ser que obligaba a las compañías a no dormirse en los laureles.
Calidad por encima de cantidad
En busca de ese sello distintivo, y con despropósitos como las pocas ganas de ir más allá de cumplir de sagas como Pokémon, apostar por el combo de PC y Switch me garantiza que, frente a un tiempo para jugar que lamentablemente cada vez es menor, pueda apostar por calidad por encima de cantidad. Que tenga descargados una docena de juegos de Game Pass en mi Series X que aún no he tenido oportunidad de probar es, sin duda alguna, el mejor ejemplo de esto último.

Con sus más y sus menos, sé que Nintendo va a ofrecerme desde el día 1 la mejor versión de sus lanzamientos. Que no voy a arrepentirme de haber apoyado un juego comprándolo a precio completo el primer día para ver cómo cae su precio semanas después o, peor todavía, cómo esa apuesta se traduce en un abandono por parte de las compañías al ver que las ventas o la crítica no han funcionado como esperaban.
Incluso en sus peores versiones, no decepciona
Podríamos agarrarnos aquí al caso anteriormente mencionado de Pokémon, pero en realidad me refiero al hardware y apuestas que realice Nintendo Switch 2. Desde la perspectiva de consolas que perdieron su particular guerra generacional como en el caso de Nintendo 64 o GameCube, dudo que nadie sepa apreciar a día de hoy la ristra de juegazos que terminaron entregando y terminaron convirtiéndose en juegos de culto pese a empezar con mal pie.
Incluso en tropiezos especialmente sonados como el de Wii U, los juegos de Nintendo, o aquellos por los que decidió apostar la marca japonesa, no decepcionaron en absoluto. De hecho, algunos de mis títulos favoritos de los últimos años, como Super Mario 3D World o The Wonderful 101, se los debemos a esa consola. Junto a la opción de PC es, por así decirlo, la única apuesta segura que una industria cada vez más confusa y perdida parece poder aportar.
En 3DJuegos | Los pasos que va a seguir Nintendo a partir de ahora con Switch 2
Ver 29 comentarios