El videojuego ofrece una lectura totalmente opuesta a la de un Watch Dogs 2 que podemos terminar sin matar a nadie.
Hace unas horas publicábamos unas declaraciones del director de Watch Dogs 2 en las que aseguraba que el videojuego se podía acabar sin matar a nadie, todo lo contrario que un Ghost Recon: Wildlands que nos pone en Bolivia para "crear el caos".
Así lo ha asegurado Dominic Butler, el principal responsable de diseño de Ghost Recon Wildlands. "Estáis tras las líneas enemigas con la intención de crear caos, y sabotear la alianza entre las autoridades locales que son corruptas y el cartel de Santa Blanca, todo con la meta de ir tras su principal líder, el malvado El Sueño".
"Este es el primer shooter militar ambientado en un mundo abierto realmente masivo, que podéis jugar en solitario o acompañados en un cooperativo para hasta cuatro jugadores", comentó Butler. "Los entornos son una hermosura, y hemos tratado de representar una fuerte variedad de distintos ecosistemas que influenciarán vuestra experiencia jugable a cada paso que deis, y todo ello en el entorno abierto más grande que ha hecho Ubisoft jamás".
"El juego os da la libertad total de hacer lo que queráis, cuándo queráis. De modo que podéis solventar cada situación como queráis, desde optar por un asalto táctico hasta llevar a cabo una auténtica matanza", declaró un Butler que, sin embargo, insistió en nuestra labor de agitadores, de creadores de caos; algo totalmente distinto al otro gran juego de mundo abierto que saca la compañía gala en los próximos meses, ese Watch Dogs 2, que ofrece muchas soluciones mediante el hackeo para evitar una violencia que es del todo innegociable en este shooter militar.
Ghost Recon: Wildlands se estrenará el 7 de marzo de 2017 en PC, PS4 y Xbox One. Más información sobre el juego en nuestras recientes impresiones jugables en el E3.