En Nintendo reconocen que necesitan más talentos para cumplir sus ambiciones.
Una de las pocas cosas que sabemos acerca de The Legend of Zelda: Breath of the Wild 2, nombre provisional para la esperada secuela, es que nació a partir de una tormenta de ideas que sus autores reservaban para DLC del original. Parece ser que estas ideas no solo eran demasiado ambiciosas para un programa de contenidos descargables, sino que también requieren más mano de obra en el equipo de Nintendo para hacerse realidad.
Deseamos alcanzar nuevas experiencias jugables que superen a las del juego anterior
"En estos momentos no podemos hablar mucho sobre el juego, pero deseamos alcanzar nuevas experiencias jugables que superen a las del juego anterior para los fans, así que necesitaremos la fuerza de mucha gente para crear este nuevo título. Es esa la razón por la que estamos contratando nuevos diseñadores de terreno en Nintendo" explica el diseñador Satoshi Takizawa en una entrevista reciente de Nintendo Japón.
La palabra clave tras estas declaraciones es "diseñador de terreno", una aparatosa (pero casi inevitable) traducción de 'sandbox designer'. Para los lectores menos familiarizados con el desarrollo de videojuegos, este rol abarca la jugabilidad desde una perspectiva muy amplia. Por ejemplo, cómo reaccionan los diferentes materiales y objetos ante el viento, el fuego o la caída desde un sitio muy alto; pero también la respuesta de los enemigos ante diferentes estímulos o cómo nuestro protagonista refleja interés en ciertos elementos del escenario.
Una de las razones por las que The Legend of Zelda: Breath of the Wild fue tan bien acogido por la prensa y los aficionados en 2017 fue precisamente el extraordinario mimo de su diseño de sandbox, cuyos secretos se siguen desentrañando aún a día de hoy. Por ejemplo, hace unos días recogíamos que la reacción de los peces a los silbidos de nuestro protagonista se pueden explotar como una fantástica estrategia de pesca.