Quizá esta tecnología no era una moda, después de todo.
Que sí, que a muchos de nosotros lo de la realidad virtual sigue pareciéndonos territorio por explorar, una tierra ignota en la que no queremos invertir todavía, mitad por el serio desembolso económico que supone, mitad por lo engorroso que supone instalar las gafas, mitad por las dudas sobre la cantidad y calidad de las experiencias y los juegos disponibles. Bueno, con respecto a lo segundo, no hace falta mirar mucho para darse cuenta de que cada vez hay más títulos interesantes que dan sentido a lo primero, el desembolso. Además, con ejemplos como las Oculus Quest nos ventilamos el segundo punto, dado que son inalámbricas e independientes.
Esto es lo mismo que habrán pensado los muchos compradores de este casco de VR, porque a pesar de llevar poco en el mercado, parece que está teniendo muy buenos resultados económicos. Según SuperData Research, de la firma Nielsen, las ganancias por hardware de realidad virtual llegará a los 2100 millones de dólares al terminar el año, y esto supone un 31 % más que al terminar el 2018, y esto se debe en gran parte a las Oculus Quest. Evidentemente, sería interesante ver los resultados después del anuncio de Half-Life: Alyx, que provocó que se agotaran las Valve Index en algunos países.
Es innegable que las Quest son de lo más atractivo que ofrece el mercado. Son inalámbricas e independientes, como ya sabemos, y tienen controles de movimiento, pero a pesar de no ser las más potentes, cada vez cuentan con más funcionalidades que les acercan al resto de visores más capaces, como Oculus Link, una tecnología que nos permite conectarlas a nuestro ordenador para usarlas como si de unas Rift o Vive se tratara, para reproducir el contenido de nuestro PC. La realidad virtual ya está lejos de ser solo una moda. Vosotras y vosotros, ¿ya tenéis unas gafas VR? Si no, ¿tenéis pensado subiros a este carro estas fiestas?