Chema Mansilla
Editor - Cine y TVAyer me encontré con una publicación en redes sociales del amigo Kromic Bruck, uno de los grandes especialistas en la mitología de Masters del Universo, en la que recordaba "'El Problema con el Poder' (The Problem with Power), el mejor episodio de la serie clásica de He-Man y los Masters del Universo" de los años 80. No sé si es el mejor de todos, pero tiene la particularidad de ser el único episodio en el que se muestra a He-Man convirtiéndose en Prince Adam, y no al revés, algo que hemos visto millones de veces. Mientras me cepillaba los dientes y me recortaba la barba por la noche, decidí volver a ver el capítulo, por aquello de la nostalgia, la curiosidad y porque una pequeña dosis de Masters del Universo nunca viene mal. Lo que encontré fue un episodio que invita a reflexionar sobre temas bastante serios.
Manipulación y espadas mágicas
El episodio “El Problema con el Poder”, con guion de Tom Tataranowicz, presenta a Skeletor y al General Goblin Tataran manipulando a He-Man para que crea que ha causado la muerte de un civil. Por algo son los malos. La situación está diseñada con precisión maquiavélica: Skeletor convierte a Tataran en un humano y lo coloca junto a un soporte inestable de un portal dimensional, haciendo que He-Man provoque un accidente en el que parece que este pobre hombre ha muerto a causa de su fuerza descomunal y la violencia de sus acciones. La idea, al parecer, la copió Tataranowicz de un cómic de El Principe Valiente, por cierto.
La percepción de la muerte de un inocente genera en nuestro héroe una profunda crisis moral que lo lleva a arrojar la Espada del Poder y renunciar temporalmente a su rol heroico. La tensión se mantiene hasta que la verdad se revela y la situación se restaura, claro, no había otra, pero el episodio deja entrever el peso psicológico de la culpa y la depresión. Los guionistas de los 80 a veces nos colaban cosas loquísimas a los chavales.
El episodio no solo es memorable por su acción y estética clásica de Filmation, sino también por su complejidad narrativa. Skeletor no solo despliega una maldad esperable, sino que también hace gala de una tremenda capacidad para la manipulación mental, explota los códigos morales y la conciencia de He-Man. El gaslighting que lo llaman ahora, en honor a la película Luz de Gas, de George Cukor, estrenada en 1944. Este episodio permite explorar la psicología del héroe y cómo la responsabilidad extrema puede afectar incluso al protector más fuerte de Eternia cuando Skeletor manipula la información para generar un estado de culpa en He-man con graves consecuencias psicológicas. No es que con 7 años te vayas a poner a hacerlo, pero es interesante que se dé visibilidad al tema.
Uno de los elementos más llamativos del episodio es el "gatillo moral" que activa una culpa aguda en He-Man. Al creer que ha matado a un inocente, experimenta pensamientos intrusivos y autoevaluaciones negativas que le llevan a un estado de agotamiento moral y a la depresión. Esta escena central ilustra cómo una percepción errónea de daño puede generar una respuesta emocional intensa, incluso cuando no hay un daño real. El caso es que el bueno de He-Man se replantea su papel como defensor de Eternia y decide dejar la Espada del Poder y convertirse en Adam de manera permanente. Si nos ponemos muy serios, He-Man decide terminar consigo mismo, ojo aquí. He-Man representa cómo la renuncia a responsabilidades percibidas como insuperables puede emerger en momentos de crisis. Por último, la resolución externa, la revelación del engaño de Skeletor, contrasta con la experiencia interna del héroe, mostrando cómo la evidencia objetiva no siempre basta para aliviar la culpa y la angustia emocional. Así que tranquilos, que todo acaba bien y a He-Man no le pasa nada al final, por si estabais preocupados.
Culpa, depresión y síndrome del impostor
Desde una perspectiva psicológica, el episodio refleja dinámicas de culpa interpersonal y rumiación, que lo he mirado en un manual de psicología. En la literatura clínica se distingue entre culpa adaptativa, que motiva la reparación, y culpa patológica, caracterizada por autoinculpación persistente y ansiedad. He-Man exhibe esta última: se retira, se cuestiona su legitimidad y experimenta un profundo malestar que interfiere con su funcionamiento habitual.
La culpa intensa puede favorecer episodios depresivos, incluso cuando la causa de esa culpa no es real. En El Problema con el Poder, la retirada de He-Man y su sensación de haber fallado reflejan un curioso estado de vulnerabilidad, junto con rasgos del síndrome del impostor, como la autocrítica extrema y la duda sobre su legitimidad como protector. Escenas clave, como la "muerte" percibida y la entrega de la Espada del Poder, muestran la pérdida temporal de identidad y autoeficacia, mientras que la aclaración del engaño evidencia que la experiencia emocional no siempre se alinea de inmediato con la realidad. La intervención de Orko y Teela subraya la importancia de la resiliencia y el apoyo externo para superar la culpa y restaurar la confianza en uno mismo. Mucha tela para los dibujos animados de Masters del Universo, ¿verdad?
Incluso los héroes tienen días malos
Si He-Man puede tener un mal día y dudar de sí mismo cuando sobre sus hombros recae el peso de la paz de Eternia, tú también puedes. El episodio recuerda que todos somos vulnerables y que los errores o la sensación de insuficiencia no nos definen. Y sí, si tienes problemas de culpa, ansiedad o depresión, busca ayuda profesional: la salud mental es importante seas o no un Master del Universo.
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