Una de las cosas que más me gusta del trabajo que hacen los amigos de Poliplasticómanos no es solo su excelente podcast dedicado al coleccionismo y las figuras de acción. También me ponen sobre la pista de curiosidades como esta que, de propina, desbloquean un pequeño trauma infantil. En concreto, que la película de los Masters del Universo no se parecía demasiado a los juguetes de He-Man que tanto me gustaban. Y que me dieron gato por liebre.
En los años 80 y 90, las adaptaciones cinematográficas de diferentes franquicias resultaban, por lo general, muy libres. Salvo ciertas excepciones como Superman, donde incluso el mentón de Christopher Reeve era el de los dibujos de los tebeos, las cosas no eran como un fan de hoy en día esperaría que fueran. Por ejemplo, la primera película de las Tortugas Ninja en acción real se quedó a medio camino entre el tono oscuro y violento de los cómics originales de Kevin Eastman y Peter Laird y los coloridos dibujos animados. Ni lo uno ni lo otro. Tim Burton no se cortó el pelo y vistió a Michael Keaton todo de negro para Batman cuando tradicionalmente el traje había sido azul y gris en las viñetas. Con Masters del Universo y la película de la Cannon pasó algo parecido, ya que el material original de la juguetera pasó por muchos filtros creativos, como el del genial Moebius. El resultado es que la película no se parecía en nada a los juguetes originales.
Imagen del rodaje de Masters del Universo
El experto en coleccionismo Benjamín Bruña, líder del proyecto de Poliplasticómanos, no solo reavivó el recuerdo de aquellos años, también me llamó la atención sobre el curioso anuncio que acompaña este artículo y de una situación que me explica con más detalles:
Masters del Universo estaba llamada a ser La Guerra de las Galaxias de la Cannon y contaba con una de las pocas marcas de juguetes que pudo plantar cara a Star Wars. La película se planteó como un intento de insuflar nueva vida a una colección que pasó del más absoluto éxito a una caída de ventas espectacular en los últimos años. Estamos hablando de la colección que desbancó a Barbie del número uno de ventas de Mattel. Decir eso es decir mucho sobre el calado que estos juguetes tuvieron en los niños.
Esta promoción de Cannon dista mucho del resultado final de una película que se iba derrumbando en cada una de sus fases debido a las tiranteces entre Cannon (en esos tiempos ya en manos de Menahem Golan y Yoram Globus), el director Gary Goddard (que terminó costeando el final de la cinta) y la propia Mattel (que miraba con lupa la imagen que el film daba de sus personajes). Todos los esfuerzos realizados no cumplieron con el objetivo, terminando con Cannon y sin dar una segunda vida a la colección que, a pesar de contar con nuevos personajes inspirados por la peli, no remontó el vuelo.
Cannon tenía claro que para que la película de Masters del Universo tuviera éxito debía apelar a la nostalgia y al éxito de la marca. Por el tráiler, que forma parte de los anuncios de 1986 de Cannon, vemos desfilar algunos de los personajes que hicieron soñar a muchos niños de los 80. Esos niños a los que He-Man les enseñó que ellos tenían el poder.
El poder para que les engañaran, al menos un poquito, supongo.
La promera esa una una fantasía épica de espada, brujería y ciencia ficción, pero nos dieron a He-Man peleando en un almacén lleno de cajas
Sueños infantiles, despropósitos cinematográficos
Las propias promociones iniciales que hacía la juguetera, usando sus figuras de acción, invitaban a los críos a soñar con que los coloridos juguetes que tanto nos gustaban serían trasladados tal cual a la gran pantalla. Visto el primer anuncio, yo mismo no podía dejar de pensar en que vería una versión de He-Man Puño de Trueno, con su escueta armadura roja, en el cine. Y no, no se parecía nada. Nada de nada. Claro, luego el spot te colaba dos fotos de Dolph Lundgren, por lo que cualquiera con más de 10 años comenzaría a moderar sus expectativas.
Recuerdo que incluso las publicaciones del Club Oficial de Masters del Universo (del que era un orgulloso miembro) hablaban de la peli como un prometedor festival de fantasía, espada y brujería. Luego, en realidad, He-Man y compañía se pasan dos tercios y medio de la peli correteando por las calles de un pueblecito de California junto a dos chavales en vaqueros y un policía calvo. Y ahí, el trauma. A mi yo de 8 años le robaron la película de los Master que le habían prometido los propios creadores de Masters. ¿Qué tendría que decir He-Man sobre esto al final del capítulo de animación de turno?
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