No me avergüenza reconocer que a veces no soy el lápiz más afilado del estuche, pero creo que nunca me he sentido tan estúpido como cuando, intentando buscar una salida muy concreta en el metro de Tokio, acabé dando vueltas hasta desistir por completo. Convertido en una suerte de centro comercial laberíntico, sus inmensos pasillos y plantas poco o nada tienen que ver con las estaciones a las que estamos acostumbrados en occidente.
Hace unas semanas llegó a mis manos Exit 8, un juego de Steam que ya acumula más de 7.000 valoraciones positivas y que, bajo la premisa de perderte en uno de esos endiablados pasillos de una estación de metro de Japón, demuestra que después de todo mi experiencia no debe ser un caso tan aislado como uno podría llegar a creer.
La pesadilla de perderte en el metro de Japón
El juego The Exit 8 se vale de la ya eterna moda de los espacios liminales para dar forma a su peculiar aventura. Esos lugares aparentemente corrientes que, por el hecho de no contar con personas a su alrededor y estar alarmantemente vacíos, terminan siendo lo suficientemente perturbadores como para generar una sensación de agobio e inseguridad de la que no puedes evitar querer huir.
En este caso la premisa es, de hecho, un único pasillo con una escueta decoración con apenas un par de giros. Tu objetivo en el juego es conseguir escapar de la estación, pero poco después de empezar terminas descubriendo que, en realidad, tras cada giro estás volviendo de forma inevitable al mismo pasillo. Puertas a un lado, carteles de información y publicidad al otro, y un transeúnte con el que te cruzas una vez tras y otra que parece estar igual de perdido que tú pero te ignora por completo.

Si de por sí la situación ya es suficientemente agobiante, el juego la retuerce aún más con una regla básica. Debes seguir siempre hacia delante, pero si te cruzas con cualquier anomalía, da la vuelta y deshace tus pasos inmediatamente para evitar que la pesadilla termine con el fin de la partida. Memorizar el entorno y ser capaz de encontrar esos detalles, a veces evidentes y otras ínfimos cambios, se convierte en tu principal objetivo.
Puede que el tranquilo viajero de repente eche a correr hacia ti o que una inmensa ola empiece a inundar la estación. En otros, sólo un cambio en un cartel o una cámara de seguridad encendida es suficiente para alertarte de que algo extraño está ocurriendo y deberás volver atrás para, deshaciendo el giro previo, volver al inicio de ese pasillo en un bucle sin fin.
Otra forma de hacer juegos
Es una de esas experiencias que parece hecha a medida para el público de YouTube, a la espera de cómo una puerta que se abre levemente para ofrecer una imagen lo más escalofriante posible termina asustando al streamer de turno. Una aventura que puede durarte una hora cuando no sabes a qué te enfrentas realmente, pero que una vez aprendidos los trucos que va guardando bajo la manga puedes superar en apenas 10 minutos.
Todo esto, que bien podría considerarse como algo negativo, en realidad esconde una idea tan simple como brillante que, sin acercarse a juegos con mucha más profundidad como Superliminal o The Stanley Parable, sí es una muestra más de cómo con relativamente poco se puede alcanzar una experiencia redonda que, además, termine gustando a la gente.
Pese a poder terminarlo en escasos minutos, la aleatoriedad de esas anomalías y la sorpresa que te lleva el cruzarte con ellas hace que, una vez encontrada la salida, quieras volver a empezar para ver qué otras locuras encuentras y con qué surrealistas cambios consigue sorprenderte el juego en una segunda o tercera vuelta.
Atados exclusivamente al panorama independiente, este tipo de juegos pequeños, centrados en una idea que se alargan lo mínimo para explotarla al máximo antes de quemarla por completo, son también la muestra de que hay otro tipo de juegos ahí fuera que captan la atención de la gente y que, frente a desarrollos cada vez más costosos e intrincados, hay otro mercado empujando la industria hacia adelante con una estrategia radicalmente distinta.
En 3DJuegos | El objetivo de Valve con SteamOS no pasa por competir contra Microsoft ni por arrebatarle cuota de mercado a Windows
Ver 0 comentarios