AMD mueve ficha y ha presentado su nueva gama de tarjetas gráficas Radeon RX 6000. En este especial repasamos las claves de estas piezas de hardware que tienen el potencial suficiente para ilusionarnos. ¿Cuáles son sus especificaciones técnicas? ¿Qué ofrece y qué podemos esperar? Los gráficos de nueva generación de AMD al detalle.
Si hay algo que no podemos achacar a AMD en la actualidad es la falta de presencia en el mundo del videojuego. Los de rojo se encuentran combatiendo en todos los frentes, desde las consolas, hasta nuestros equipos; en la mayoría de las ocasiones de forma airosa. Uno de sus frentes más débiles en los últimos años ha sido su división gráfica, bajo el mítico nombre de Radeon, una situación que, por lo que hemos podido ver recientemente, la compañía está empecinada en mejorar.
Siguiendo el recado dejado por la propia AMD durante su presentación "Where Gaming Begins", la empresa de origen californiano escogió el pasado 28 de octubre para presentar de forma oficial las primeras gráficas de consumo basadas en RDNA2, la segunda iteración de una arquitectura diseñada desde su misma concepción para eliminar fallos del pasado y tomar un nuevo camino hacia un futuro más prometedor.
Esta ansiada mejora para los de rojo ha llegado, parcialmente, con las gráficas Radeon RX 5000 que encontramos actualmente en el mercado; pero, incluso entonces, los de Santa Clara aún estaban lejos de poder competir en las más altas esferas del olimpo gráfico moderno, un escenario donde no han destacado en casi ocho años, pero que, con lo que han mostrado ahora, tienen claras intenciones de conquistar. Tal es el caso que hemos preparado las que, para nosotros, son las cinco principales claves por las cuales los jugadores podemos ilusionarnos con el anuncio de Radeon RX 6000 y la arquitectura RDNA2 de AMD. Unas observaciones que os invitamos a seguir con nosotros.
Dentro de RDNA2
Sin duda, la protagonista de la presentación, incluso más que las propias tarjetas presentadas, ha sido la arquitectura RDNA2. Esta nueva iteración no parece, en principio, un cambio tan grande como el que supuso el abandono de la microarquitectura GCN a favor de RDNA hace tan sólo un año, al fin y al cabo, no se modifica el proceso de fabricación con respecto a ella; pero los cambios de Navi a Big Navi son algo más profundos que lo que solemos ver en los saltos generacionales intermedios dentro del mundo de las tarjetas gráficas.
Esto que describimos se comprueba fácilmente cuando observamos el enorme salto en número de transistores que existe desde la RX 5700 XT, la gráfica comercial más potente de RDNA, con la recién presentada RX 6800 XT, una gráfica que, si bien es de una gama superior, casi duplica el tamaño de su DIE con respecto al modelo anterior y casi triplica el número de transistores de este. RDNA2 ha aumentado en tamaño y densidad sus chips manteniéndose en el mismo proceso de fabricación de 7 nanómetros.
Este aumento responde a cambios morfológicos dentro de las unidades de cómputo del recién presentado chip; cambios que pueden observarse a través de la aparición de elementos como la nueva memoria caché integrada -bautizada como Infinity Cache por AMD- o los cambios en la pipeline de las nuevas gráficas de la compañía de rojo. Todas estas modificaciones y mejoras dejan una arquitectura con una estructura muy distinta a la RDNA original, y que, según la propia AMD, otorga el doble de rendimiento en escenarios reales con el mismo consumo.
Para mostrar este rendimiento AMD ha mencionado en algunas ocasiones las tarjetas de Nvidia, haciendo hincapié en la RTX 2080 Ti de los de verde, una gráfica a la que no podían siquiera toser con el estado inicial de RDNA hasta ahora; por esa misma razón sorprende la fiereza de las referencias de los de rojo y sus prometedoras declaraciones para con los modelos presentados. Sin embargo, RDNA2 no se batirá con Turing, sino con Ampere, una arquitectura mucho más madura que su antecesora.
Una lucha de titanes
Es en el frente de la nueva generación de tarjetas gráficas donde AMD ha querido centrarse durante la presentación. No en vano, buena parte de ella han sido gráficas de rendimiento que comparaban la alineación de gráficas de AMD con lo que Nvidia presentó hace unos meses; un gran paso para los de rojo, pues si hacemos algo de memoria podremos recordar que la comparación más alta que AMD hacía durante la presentación de las anteriores gráficas RDNA era la GeForce RTX 2070, mientras que ahora quieren batirse con toda la gama alta de la compañía de verde.
Comparando números brutos sorprende lo que ha conseguido acercarse Navi a lo que veíamos en Turing y ahora vemos en Ampere en el transcurso de un año. Del mismo modo que sorprende hacia dónde han dirigido el discurso desde la compañía californiana, ya que una de las ventajas que más se han repetido durante la presentación es que la serie RX 6000 alcanza el rendimiento mostrado con un menor consumo que la equivalencia de su competencia, y a un precio -la mayor parte del tiempo- menor que lo que Nvidia ha lanzado recientemente al mercado.
Siendo exactos, el rendimiento por vatio consumido aumenta en un 54% con respecto a RDNA, una subida que se entiende mejor si comprobamos que la frecuencia de trabajo de las unidades de cómputo de las nuevas gráficas aumenta en torno a un 30% con respecto a sus antecesoras. Que alcancen este nivel de eficiencia con la pertinente subida es, a la vez, una buena noticia en el corto plazo, por su mejor rendimiento, y una halagüeña promesa de cómo va a desarrollarse la arquitectura en próximas iteraciones.
Este discurso sobre el consumo y el precio ya se dio durante la presentación de la serie RX 5000, pero la razón por la que ahora resulta verdaderamente interesante es porque estamos hablando de un producto mucho más parejo, en teoría, de lo que ya tiene en el mercado Nvidia. Esto destaca especialmente en el caso de la RX 6900 XT, ya que en los datos presentados por los de rojo muestra un rendimiento muy parejo a la gargantuesca RTX 3090 a dos tercios de su precio, y con un consumo medio, a priori, inferior que la tarjeta de Nvidia.
Sin embargo, es importante señalar que estos números mostrados son siempre en "el mejor escenario posible", pues así lo indican los diferentes asteriscos que encontramos en las diapositivas de la presentación, especialmente en el caso de la mencionada RX 6900 XT. En una nota más entusiasta, resulta llamativo la ausencia de estos "asteriscos condicionantes" en la RX 6800, una gráfica que presenta un rendimiento muy superior a la, hasta ahora, todopoderosa GeForce RTX 2080 Ti, y que presenta un precio muy parecido al de la reciente RTX 3070 de Nvidia.
La apuesta del reclamo tecnológico
Nvidia lleva más de dos años trabajando con el Raytracing acelerado por hardware
Uno de los principales factores limitantes que AMD encontraba el pasado año de cara a hacer a Navi una arquitectura lista para competir en la gama alta de tarjetas gráficas era la ausencia del reclamo tecnológico. Nvidia lleva más de dos años trabajando con el Raytracing acelerado por hardware y otras tecnologías dedicadas que hacen de sus GPU, al menos en su serie GeForce RTX, algo más que "una gráfica potente". Esto es algo que pudimos comprobar con facilidad durante la presentación de Ampere, donde buena parte de este anuncio era la muestra de las nuevas iteraciones de sus tecnologías existentes, así como otras novedades con respecto a su ecosistema.
AMD ha estado trabajando en su propia versión de muchas de estas tecnologías, en algunos casos con gran éxito, como sucede con la integración de FreeSync en sus dos versiones, o Radeon Anti-Lag de forma más reciente; pero es con RDNA2 donde la división gráfica de AMD ha encontrado el espacio y la capacidad para incluir tecnologías que consideraríamos de nueva generación en el panorama gráfico actual, como el mencionado Raytracing, Sampler Feedback, Mesh Shaders, Variable Shading y otros añadidos que AMD ha incluido en lo que han llamado Fidelity FX, un conjunto de recursos y herramientas para hacer uso de efectos de postprocesado elaborados como los mencionados.
La peculiaridad de la arquitectura de AMD frente a la de Nvidia en la aplicación de estas tecnologías la encontramos en los recursos de los que dispone esta arquitectura y en el modo que tiene de gestionarlos, pues no contaría con hardware dedicado en exclusiva para estas funciones, del mismo modo que lo hacen las gráficas de Nvidia, sino que las diferentes unidades de trabajo de la arquitectura RDNA2 están preparadas para "desdoblarse" y trabajar en los cálculos necesarios para estos procesos. Toda RDNA2 está desarrollada para integrar estas tecnologías de forma eficiente. O esa es nuestra lectura de las diferentes patentes que AMD ha preparado para el desarrollo de RDNA2; algunas de ellas en conjunción con Microsoft para la integración de estas en Xbox Series.
A cambio de este flujo de trabajo optimizado para este tipo de efectos y tecnologías, deberíamos esperar que estas fueran mucho más susceptibles a su integración por parte de los desarrolladores, aunque esto último es una mera interpretación, y debe tomarse como tal, sólo el tiempo nos podrá decir qué efectos tendrá la inclusión de estos elementos.
Un diálogo transversal
La arquitectura Zen ha sido una de las bazas de la buena salud de la que goza actualmente AMD, con sus procesadores Zen3 como piezas clave del éxito futuro de la compañía y los protagonistas de la anterior presentación de los de Santa Clara. Un evento en el que dejaron claro que uno de los principales enfoques de estos procesadores sería su rendimiento en juegos.
Durante la segunda presentación que ha dado pie a este texto, uno de los elementos que más nos han llamado la atención de entre las características mencionadas para la serie RX 6000 es la integración de estas tarjetas con los procesadores Ryzen de nueva generación.
El uso conjunto de estas opciones consigue mejorar en torno a un 2% y un 13% el rendimiento
Esta integración llega con dos nombres bajo el hombro: Rage Mode y Smart Access Memory. El primero de los mencionados es una suerte de modo turbo que, por lo que AMD ha declarado, actuaría de un modo parecido a la integración que veíamos con Smart Shift en dispositivos portátiles, trabajando en torno al TDP máximo de la tarjeta en conjunción con el procesador. Smart Access Memory, por otro lado, es una tecnología que da acceso a la memoria de las nuevas gráficas Radeon a nuestra CPU para su uso en juegos y aplicaciones especializadas.
Los resultados del uso conjunto de estas opciones consigue, según la propia AMD, mejorar en torno a un 2% y un 13% el rendimiento de nuestro equipo mientras jugamos; de hecho, es con el uso conjunto de estas dos opciones que pueden mostrar a la RX 6900 XT batiéndose con la reciente GeForce RTX 3090. Un dato curioso es que no han especificado que esta integración no sea válida en ningún título, tan sólo menos efectiva, por lo que su efectividad a largo plazo dependería del trabajo de AMD en el futuro.
El objetivo de AMD
AMD está, por primera vez en mucho tiempo, en una posición cómoda en cuanto al mundo de los videojuegos
Si bien durante la presentación de Ampere de la mano de Nvidia destacábamos el esfuerzo de la compañía de verde en la integración de sus gráficas en diferentes flujos de trabajo y actividades diversas, además de su habitual enfoque en nuestros queridos videojuegos, la video-presentación de los de rojo ha sido diametralmente opuesta, con un enfoque completo y genuino en los videojuegos y el rendimiento que podemos esperar en ellos con la nuevas gráficas RX 6000. Consideramos esto toda una declaración de intenciones por parte AMD, que en su división gráfica no habían disfrutado de buenos resultados en la gama alta desde hace más de un lustro. Tal vez por ello, la compañía ha decidido optar por una oferta conservadora en cuanto a precios, con la baza de "la mejor relación precio-rendimiento" que tantas alegrías les ha dado en el resto de las frentes.
Sin embargo, y aún a pesar de estas palabras, creemos que AMD está, por primera vez en mucho tiempo, en una posición cómoda en cuanto al mundo de los videojuegos se refiere. Con los problemas de disponibilidad en el mercado actual de las tarjetas gráficas, y con opciones válidas en todos los frentes gracias a esta prometedora arquitectura, tan sólo el tiempo nos dirá qué será de este nuevo capítulo que se cierne sobre nosotros en la lucha abierta de los titanes gráficos de los ordenadores de escritorio.