¿Sabías que Ubisoft nació en un hermoso castillo de la campiña francesa? Esta es su historia

Todos conocemos a Ubisoft. Desde su fundación a mediados de los ochenta, esta productora y distribuidora francesa de videojuegos se ha convertido en uno de los grandes nombres de la industria, con series míticas en su haber como Assassin's Creed, Splinter Cell o Far Cry entre otros. Amada por unos y odiada por unos cuantos más, Ubisoft es una de las más grandes empresas de videojuegos del mundo con miles de empleados alrededor del planeta. Unos números que contrastan y mucho con sus humildes orígenes en una pequeña región al norte de Francia, donde lo que empezó como un pequeño negocio familiar acabaría convirtiéndose en uno de los grandes imperios tecnológicos del mundo.

Ubisoft fue fundada en 1986 por los cinco hermanos Guillemot: Christian, Claude, Gerard, Michel e Yves. Pero antes de eso, todos ellos colaboraron activamente en el negocio de la familia, afincado en una pequeña villa de la Bretaña francesa al noroeste de París. Región de marcada tradición vinícola, la familia Guillemot dirige allí un establecimiento que vende todo tipo de aperos agrícolas, en el que los hermanos ayudan en todas las facetas del negocio, desde la contabilidad a la distribución. Los Guillemot sin embargo aspiraban a mucho más, por lo que tras pasar por la universidad deciden diversificar su negocio, añadiendo artefactos tecnológicos a su oferta, desde reproductores de CD a ordenadores como Commodore 64. Claude Guillemot, aparentemente el principal responsable de aquella transformación, establece así en 1984 la denominada Guillemot Informatique, una pequeña tienda de informática en su villa natal de Carentoir.

Los Guillemot demuestran un especial talento para los negocios durante aquella etapa, por lo que su tienda pronto se les queda pequeña, convirtiéndose al año siguiente en una distribuidora rebautizada como Guillemot Corporation, la cual distribuye ordenadores y videojuegos por toda la región septentrional de Francia. Los contratos se suceden, hasta que en cierto momento aquella pre-Ubisoft está distribuyendo todo el catálogo de estudios punteros como Sierra o LucasArts en territorio francés. El negocio funciona tan bien que los hermanos se plantean por qué limitarse a distribuir videojuegos cuando podrían desarrollarlos ellos mismos y quedarse así un margen de beneficios mucho mayor. Es así como a mediados de 1986 nace oficialmente Ubisoft, nombre que en su momento se creía que era una abreviatura de Union des Bretons Independents Software, pero que según la propia empresa significa algo así como software ubiquo, en referencia a su heterogéneo catálogo.

Zombi fue el primer juego de Ubisoft como desarrolladora

Pero ¿cómo consiguieron los Guillemot, quienes sólo entendían de la vertiente comercial de la industria, desarrollar sus propios títulos? Pues reclutando para su causa a jóvenes que apenas habían cumplido la mayoría de edad y estaban deseando dedicarse al desarrollo profesional de videojuegos. Su primer empleado, por ejemplo, fue Yannick Cadin, un programador que abandonó el instituto en su último año para dedicarse en cuerpo y alma a desarrollar Zombi, el primer título de aquella nueva Ubisoft, inspirado deliberadamente en la película Dawn of the Dead. Fue Cadin también quien se dedicó a analizar los diferentes proyectos que llegaban a sus oficinas, pues los Guillemot publicaron anuncios en busca de jóvenes talentos, asegurando que estaban dispuestos a publicar todo título que les resultara lo suficientemente interesante.

Así, en poco más de un año, Ubisoft ya contaba con un nutrido equipo de desarrolladores, quienes enfrascados como estaban en su labor, a menudo renunciando incluso a su tiempo libre, solían quedarse a dormir en su primer estudio de Créteil, al sudeste de París. No era tanto una cuestión de crunch, sino que muchos de ellos vivían a kilómetros de distancia del estudio, por lo que no soportaban la idea de perder horas cada día viajando de una punta a otra de la capital francesa. Una situación que sugirió a los Guillemot una idea transgresora: alquilar una gran mansión donde pudieran vivir y trabajar juntos todos sus desarrolladores.

De esta forma, en 1987 los Guillemot alquilan el Chateau de la Grée de Callac, un inmenso castillo neorrenacentista construido a principios del siglo pasado por el Conde Ludovic du Bot, uno de los grandes linajes de la zona. Actualmente el Chateau está protegido como monumento histórico, pero entonces estaba a disposición del mejor postor. Ninguno de los hermanos ha entrado en detalles de porqué eligieron justamente este castillo, pero posiblemente tuvo que ver con que estaba a pocos minutos en coche de su Carentoir natal. Durante cerca de año y medio una docena de desarrolladores convivieron en esta mansión, en el clima previsible que uno puede imaginarse de un puñado de adolescentes entusiastas de los videojuegos, quienes sin duda estuvieron a la altura de las circunstancias. Entre ellos estaba un jovencísimo Michel Ancel, entonces un adolescente de dieciséis años, quien años más tarde maravillaría al mundo entero con obras como Rayman o Beyond Good and Evil. Desgraciadamente el mantenimiento del castillo, cuyo perímetro amurallado sumaba los 22 kilómetros, era demasiado costoso. Sobre todo en invierno, cuando la factura de la calefacción podía ascender a miles de euros cada mes.

A finales de los ochenta el estudio de desarrollo de Ubisoft volvió a las inmediaciones de París. Movimiento que no sentó muy bien por cierto a Michel Ancel, que odiaba la capital francesa, por lo que abandonó el estudio poco después. Por fortuna para los Guillemot, Ancel volvería a aparecer en escena pocos años después, en 1994, proponiéndoles el desarrollo del primer Rayman tal y como lo conocemos. Ubisoft se volcó en el desarrollo del proyecto, inaugurando un nuevo estudio en Montreuil, a las afueras de París, en el que Ancel contó con hasta cien desarrolladores a su disposición. Rayman es sin lugar a dudas el proyecto que catapultó Ubisoft al éxito, vendiendo casi un millón de unidades en sus primeros años.

Rayman es el proyecto que catapultó Ubisoft al éxito, vendiendo casi un millón de unidades en pocos años

Gracias a aquellos beneficios pudieron salir a bolsa, establecer sucursales en Montreal, Shanghai, Milán y Barcelona, fundar el estudio hermano Gameloft y comprar Red Storm Entertainment, el estudio fundado por Tom Clancy, con el que pudieron desembarcar en territorio estadounidense. Todos los hermanos Guillemot han continuado en el negocio de la tecnología, aunque solo Yves ha permanecido activamente en Ubisoft, siendo a día de hoy su principal rostro visible ejerciendo como presidente y CEO de la corporación. Paralelamente Michel dirigió Gameloft. Christian hizo lo propio con Advanced Mobile Applications, una desarrolladora de aplicaciones para móviles. Gerard fundó en 2003 Longtail Studios, otro desarrollador de videojuegos.Y Claude dirige Guillemot Corp, que fabrica y diseña periféricos para ordenador. Aún así, todos ellos continúan a día de hoy en la junta de directivos de Ubisoft. Probablemente porque la leyenda asegura que cuando fundaron su primer negocio a mediados de los ochenta, su madre Yvette les puso como condición que lo hicieran bajo una condición: hacerlo todo juntos y a partes iguales. Y así ha seguido hasta el día de hoy.

Una lectura: Michel Ancel - Biographie d'un créateur de jeux vidéo français

No hay ningún libro dedicado a la historia de Ubisoft, pese a que sin duda sería un relato apasionante. Lo más parecido es esta biografía, en francés, de Michel Ancel, que entre otras cosas relata el mencionado episodio del Chateau francés.