No te creerás la cantidad de industrias que siguen usando este formato en pleno 2022.
Ahora casi todo se distribuye de forma digital, pero hace décadas lo que partía la pana eran los disquetes, (ese soporte de almacenamiento que tenía espacio para hasta la friolera de 1,44 MB en su tamaño más común) y aunque no te lo creas, hay industrias que todavía se mantienen en pie a pesar de usarlos, y de que existan ya alternativas como los pendrives, los blu-ray y, sobre todo, las SSD. Para todas esas industrias hay un único distribuidor, Floppydisk.com, que sigue aferrado a este vetusto formato.
"Hace 20 años yo estaba metido en el negocio de duplicar disquetes", recuerda Tom Persky, dueño del portal: "Jamás imaginé que un día los vendería nuevos". Eso es porque en su momento, en 1990, el arte de duplicarlos era "como imprimir dinero". El salto fue bastante orgánico, porque cuando se fabricó el último disquete, ahí estaba Persky para hacerse con él… y con otros tantos millones de ellos "para mantener viva la pasión".
Por eso hoy se conoce como "el último hombre en pie en el negocio de los disquetes". Lo leemos en The Register, en un artículo que trata sobre un libro llamado Floppy Disk Fever: The Curious Afterlives of a Flexible Medium, en el que tanto Persky como otros artistas y amantes trasnochados del soporte de almacenamiento echan la vista atrás para valorarlo. Al parecer, mucha gente le pregunta a ese "último hombre" por qué sigue vendiéndolos, y suele bromear: "Se me olvidó salir del negocio".
Chascarrillos de veterano aparte, lo sorprendente es que su negocio siga viento en popa, y es que hoy en día se siguen vendiendo muchos disquetes. Por ejemplo, hay montones de ordenadores y dispositivos en los sistemas sanitarios del mundo que los necesitan. Al parecer, las máquinas para hacer bordados, también; y Persky asegura que "posiblemente la mitad de las flotas aéreas del mundo tienen 20 años, y sus sistemas de aviones todavía usan disquetes". Recuerda, por favor, que hasta 2019 el ejército de defensa de los EE UU todavía usaba disquetes para sus arsenales nucleares…
Esto da para reflexionar sobre sobre la resistencia conceptual del formato, aunque hay que tener muy presente que se quedaron en un tope de 250 Mb de capacidad, eran fáciles de dañar por su naturaleza flexible, y las velocidades de lectura y escritura se volverían desesperantes con respecto al estándar actual. No… Quizá lo que más resiste es nuestra nostalgia y los problemas de los sistemas informatizados más antiguos para actualizarse.
Está claro que llegado el momento el negocio de Tom Persky tendrá que echar el cierre, pero es él mismo el que reconoce que ese momento llegará dentro de unos cuatro años. Pero cuando algún día los gobiernos y servicios militares del mundo se dediquen a actualizar sus sistemas informáticos, ¿quién echará de menos al disquete? Si quieres alimentar la nostalgia que tendrás ahora, pásate por esta pieza jugosa del compañero El Funs que habla sobre el misterio del disquete 22 de Monkey Island…
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