Tras 200 horas a Sea of Thieves en Xbox, estoy emocionado con su llegada a PS5 porque Rare ha entendido como pocos que a los piratas no hay que tomárselos en serio

Tras 200 horas a Sea of Thieves en Xbox, estoy emocionado con su llegada a PS5 porque Rare ha entendido como pocos que a los piratas no hay que tomárselos en serio

En el videojuego multijugador la narrativa emergente, la camaradería y el sentido de pertenencia a una comunidad son sus principales banderas

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Sea of Thieves

La historia empieza así. Imagina la tranquilidad de navegar los insondables mares con tu tripulación. Todos al mando de un galeón enorme, pero ágil; el sol juguetea a lo lejos con la espuma del mar y la brisa marina se entretiene con la bandera pirata que enarbolas con orgullo en lo más alto del barco. De pronto, un jugador novato que no sabes muy bien qué hace ahí, cosas del matchmaking, supones, se acerca al timón, intentando tomar el control. ¿El resultado? Un giro completo que nos lleva directamente contra una roca gigante. Gritos, risas a través de los micrófonos, y todos a cubierta para reparar los daños antes de que el barco se hunda. Así han sido mis 200 horas en Sea of Thieves en Xbox, un cúmulo de momentos absurdos y carcajadas que parecen sacadas de una película de piratas dirigida por el mismísimo Chaplin.

Sea of Thieves es un homenaje al arte de jugar y ser libres como cuando éramos niños

Ahora, con el lanzamiento en PS5, mi emoción no puede ser mayor. Mi principal preocupación ha sido saber cómo trasladará Rare estas travesuras caóticas y este encanto desenfrenado a una nueva plataforma. El estudio británico ha entendido algo fundamental sobre los piratas: no hay que tomárselos demasiado en serio para sacar el máximo provecho de sus aventuras. Porque sí, Sea of Thieves ha capturado ese espíritu irreverente y lúdico que hace que ser un pirata sea tan divertido. Navegar junto a amigos o desconocidos es una representación teatral donde cada uno aporta a la narrativa emergente común; de este modo se crean historias que van desde el absurdo más descacharrante hasta la épica más peliculera. Y es en este punto donde la magia de Sea of Thieves realmente brilla. La obra de Rare es una experiencia que, sí, va de encontrar tesoros, enfrentarte a otras tripulaciones en épicas batallas navales o desentrañar acertijos piratas mientras evitas antiguas maldiciones; pero también es un homenaje al arte de jugar y ser libres como cuando éramos niños, nos pintábamos un parche en el ojo y nos perseguíamos por todos los rincones del patio.

El espíritu juguetón de los piratas

En Sea of Thieves, el humor más tontorrón e irreverente es tan fundamental como tu propio barco para surcar sus mares. Si pienso en dos obras significativas, donde la piratería y el humor van de la mano, como son The Secret of Monkey Island o One Pice, los paralelismos con el juego de Rare son más que evidentes. Al igual que en el famoso videojuego de Ron Gilbert y el manga de Eiichirō Oda, Sea of Thieves se toma en serio lo justo, lo que nos lleva a que vivamos aventuras llenas de situaciones absurdas y divertidas. Desde enfrentarnos a esqueletos bailarines hasta buscar cerdos que se niegan a ser capturados sin un buen banquete de plátanos, cada misión parece diseñada para arrancar una sonrisa o provocar una carcajada.

Sea of Thieves

Todavía me acuerdo de una misión en la que mi tripulación y yo teníamos que transportar unos barriles explosivos para alguna de las Alianzas del juego, no recuerdo bien para cuál. Como ves, la tarea suena muy simple hasta que te das cuenta de que cualquier disparo accidental puede hacer que tu mercancía vuele por los aires junto con parte de tu barco. Son este tipo de situaciones las que crean momentos que se te quedan en el recuerdo. Si lo piensas bien, comparten la misma esencia lúdica que encontramos en los puzles absurdos de Monkey Island, donde terminabas utilizando un pollo de goma con una polea para resolver un acertijo.

La forma en la que Sea of Thieves entiende la camaradería, el colegueo y la aventura recuerda a One Piece

La forma en la que Sea of Thieves entiende la camaradería, el colegueo y la aventura recuerda, mucho, mucho, a la de One Piece. De igual manera que la tripulación de Monkey D. Luffy, los jugadores de Sea of Thieves crean lazos con amigos y rivales por igual. Muchas veces conformando alianzas temporales y muy frágiles, otras (y no pocas veces me ha pasado) tras crueles y salvajes duelos que terminan con todos en la taberna del puesto de avanzada de turno, compartiendo anécdotas y risas sobre nuestras travesías. Sea of Thieves no es únicamente un potente generador de historias emergentes, sino de comunidad. Pero ya hablaremos de ello más adelante.

Sea of Thieves

Rare sabe perfectamente que la clave de un buen juego de piratas reside en la habilidad de hacer que cada sesión de juego esté repleta de narrativas espontáneas, llena de risas y sorpresas. Por eso cada sesión de juego en Sea of Thieves funciona como un doble salto con tirabuzón para zambullirse en un mar de disparates y alegría pirata. Aquí radica, en mi opinión, el atractivo de un juego que ha aglutinado a más de 40 millones de jugadores: es capaz de no solo atraer a los jugadores que buscan una experiencia de juego profunda, sino también a aquellos que simplemente quieren disfrutar de un buen rato sin preocupaciones. La obra de Rare es, en este sentido, un tributo vibrante al poder del juego y la imaginación en su forma más pura y desinhibida.

Entre la fantasía y el folclore

Me gustaría que pensases por un momento en cómo la imagen del pirata ha evolucionado en nuestra cultura popular, desde los temidos saqueadores de las historias reales hasta los carismáticos antihéroes de las pantallas, Sea of Thieves funciona a modo de homenaje a esta transformación. A fin de cuentas, no es solo un juego sobre piratas; es una celebración de cómo los vemos hoy: figuras de aventura, camaradería y, sobre todo, muchísimo gamberrismo.

Sea of Thieves

Y si hablamos de aventura, humor, gamberrismo y camaradería, ¿qué pirata de la cultura popular te viene a la cabeza? Equilicuá. Jack Sparrow. La saga de Piratas del Caribe, con ese Jack Sparrow astuto y encantadora torpeza, ha redefinido el arquetipo del pirata. Esta mirada está presente en Sea of Thieves, donde el humor juega un papel central, como ya te he contado, haciendo que las interacciones no sean solo sobre saqueos o combates, sino también sobre crear momentos divertidos y memorables con otros jugadores.

El título multijugador funciona como una suerte de atracción pirata digital, versátil. Cada partida es una gigantesca caja de arena donde cada jugador o grupo tiene la oportunidad de contar sus propias historias, interactuando con otros jugadores y el mundo creado por Rare; la libertad es total, pudiendo elegir entre la cooperación más inocente hasta el conflicto más descarnado, brillando su mundo reactivo dependiendo de las decisiones y acciones tomadas en tiempo real. Esta reactividad tan dinámica funciona a la perfección para adaptarse a los deseos de sus jugadores, mientras que, por otro lado, refuerza la idea de que estamos inmersos en un mundo diverso y cambiante.

Comunidad pirata

Aún así, el mayor logro de Sea of Thieves desde su lanzamiento en 2018 y que se verá reforzado ahora que podemos disfrutarlo en PS5, es algo que no muchos videojuegos consiguen: crear una comunidad vibrante y comprometida con el juego. La representación ligera y humorística de los piratas no solo ha atraído a jugadores de todas las edades, sino que su propuesta desenfadada y colaborativa (es cierto que el juego se puede disfrutar solo, pero donde brilla es en compañía de otros grumetes), que se aleja de todas las asimetrías posibles, crea un ambiente comunitario de camaradería en el que personas de diversos lugares y con diferentes intereses se unen para compartir aventuras en alta mar.

El mayor logro de Sea of Thieves es haber sabido crear una comunidad vibrante y comprometida con el juego

Uno de los ejemplos más claros del impacto cultural y comunitario de Sea of Thieves se observa en sus eventos comunitarios y colaboraciones especiales. Tomemos, por ejemplo, la colaboración con Piratas del Caribe en la expansión A Pirate's Life, que no solo atrajo a fans de la franquicia de Disney sino que también revitalizó el juego con nuevo contenido narrativo y desafíos. Algo similar a lo ocurrido con las Tall Tales (aventuras narrativas) basadas en el universo de Monkey Island. Estos eventos particulares sirven de ejemplo para mostrar cómo la integración de elementos reconocibles y queridos por el público puede ampliar la base de jugadores y reforzar la comunidad existente. De todos modos, Rare ha llevado a cabo un trabajo de escucha de la comunidad fundamental, dotando de cohesión a la misma, que se ha sentido, no solo integrada en la hoja de ruta de la compañía, sino parte de la propia evolución del juego. Muchas de las mejoras o cambios sufridos en Sea of Thives en los últimos años han nacido en el seno de foros, grupos de Discord  y Reddit. Saber escuchar y tomar lo mejor de las propuestas de la comunidad ha dado a Rare la confianza de sus jugadores, que ven cómo los británicos creen en su juego como servicio y quieren seguir haciendo de él un lugar donde vivir aventuras sin fin.

Sea of Thieves

Es por esto que, en mi opinión, es el enfoque en la diversión compartida y la creación de historias emergentes donde reside la clave para este fenómeno comunitario. A fin de cuentas, cada jugador puede ser el protagonista de su propia aventura pirata, pero las historias más memorables a menudo surgen de la interacción con otros jugadores. Las narrativas que nacen de la interacción entre usuarios y mundo son fundamentales para el encanto duradero del juego.

Navegando hacia el futuro

Es esta capacidad de reinventarse y mantenerse relevante lo que probablemente seguirá atrayendo a jugadores de todo el mundo, garantizando que el galeón de Sea of Thieves navegue con vientos favorables hacia un futuro lleno de posibilidades inexploradas.

Sea of Thieves es un título muy importante para mí. Lo empecé a jugar en 2018, desde las betas previas al lanzamiento. Pero no fue hasta la pandemia cuando se me apareció como un madero al que aferrarme en medio del océano. Al reflexionar sobre los centenares de horas que he pasado surcando sus mares, tengo cada vez más claro que su verdadero tesoro son las historias compartidas y las amistades forjadas. Rare ha creado no una comunidad que valora la risa y el compañerismo tanto como las victorias en combate. Por eso, mientras los jugadores continúen escribiendo sus propias leyendas, Sea of Thieves se mantendrá como un testimonio vibrante del poder de los videojuegos para unir a las personas. Y eso, querido lector, eso vale más que todo el oro que podamos saquear.

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