Si ya peinas alguna que otra cana, lo más probable es que recuerdes con mucha fidelidad cómo fueron los inicios del milenio. Con la llegada de los 2000, atrás quedaron algunos temores como el apagón cibernético y, en la industria del videojuego, vivimos acontecimientos como el estreno de la primera Xbox. Sin embargo, lo que muchos desconocen es que en el año 2001 estuvimos a punto de conocer a una contrincante de Xbox y PlayStation que, por desgracia, nunca llegó a ver la luz.
Como señala Mein-MMO, la Indrema L600 fue un proyecto de consola basada en Linux diseñada por John Gildred. Con ella, la intención principal fue ofrecer una plataforma abierta para desarrolladores y usuarios, ya que permitía crear o modificar juegos sin pagar licencias. No obstante, la competencia era muy dura, dado que debía enfrentarse a gigantes o consolas muy queridas como PlayStation 2, la Dreamcast de SEGA o la primera Xbox. Y ello, a la postre, complicó su viabilidad en el mercado.
Falta de financiación y adiós al sueño
Según indica la noticia original, este sistema contaba con un diseño modular que permitía cambiar la tarjeta gráfica, disfrutar de compatibilidad con reproducción de DVD y sacar partido a funciones de centro multimedia, una serie de características adelantadas a su tiempo. Además, contaba con un procesador AMD de 600 MHz, un chip gráfico NVIDIA que procesaba hasta 180 millones de polígonos por segundo y 64 MB de RAM, pero era menos potente que la competencia. Como ejemplo, la PlayStation 2 utilizaba un procesador optimizado para juegos, mientras que Xbox optó por un procesador Intel Pentium III de 733 MHz.
Por desgracia tanto para Gildred como para el resto de miembros del proyecto, la consola nunca llegó a ver la luz a pesar de contar tanto con una ventana de lanzamiento como un precio estimado. Así, la intención era que su estreno se produjera en primavera de 2001 y rondase los 299 dólares, pero Indrema nunca consiguió los 9 millones de euros que necesitaba para terminar el desarrollo. Por ello, la falta de recursos y el dominio de otras empresas tecnológicas más grandes llevaron a la cancelación de la Indrema L600 en 2001. Y, aunque presentó una visión adelantada para su época, nunca llegó a materializarse debido a la falta de apoyo financiero y lo competitivo que era el mercado de consolas.
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