Wheelman es un videojuego meramente correcto, que hubiera mejorado notablemente de contar con mayor inspiración a sus espaldas. Nada es especialmente bueno o malo en el título protagonizado por Vin Diesel, pero le falta ese gancho que nos empuje a jugarlo y/o recomendarlo.
SOCOM: Confrontation no sólo necesita de más personalidad y gancho a la hora de invitarnos a jugar, sino que requería de forma alarmante de unos meses más de desarrollo. El número de bugs es imperdonable, y los problemas de lag -más habituales de lo debido- juegan claramente en su contra.
Eat Lead: The Return of Matt Hazard es una oportunidad perdida para lograr un buen juego de acción con una propuesta original y deliciosa. El triste espectáculo de acción aburrido y sin sentido estropea por completo lo que podría haber sido un lanzamiento a tener en cuenta en los circuitos más minoritarios y de culto de los videojuegos.
Resident Evil 5, en definitiva, es “sólo” un gran juego, algo que para sí quisieran el 99% de shooters en tercera persona del mercado. Con un cooperativo sencillamente sensacional y con una campaña individual repleta de acción, la cantidad de contenidos hará olvidar al usuario la ausencia de innovación con respecto a su anterior entrega.
Expansión descargable que contiene a personajes como Vamp y Raiden, además de tres niveles completamente inéditos: Hard House, Outer Outlet y Ravaged Riverfront.
50 Cent: Blood on the Sand demuestra que con buenos mimbres y dedicación se puede tramar un videojuego de acción más que aceptable. Obviamente no estamos ante un lanzamiento que sentará cátedra, más bien al contrario, pero se trata de un muy tolerable entretenimiento palomitero y descerebrado que hará las delicias de los fans de Curtis Jackson.
SEGA rememora los años dorados de su consola de 16 bits con SEGA Mega Drive Ultimate Collection en un recopilatorio muy completo que incluye más de cuarenta títulos de diferentes géneros.
Blood Bath and Beyond es acción con scroll horizontal al más puro estilo de la vieja escuela, y como tal es un agradable revival para con los viejos tiempos. Más allá de ello no hay nada especialmente memorable u ofensivo en la nueva aventura de Matt Hazard, un espectáculo de acción que salpica con algo de personalidad una fórmula ya algo anticuada.
Legendary ha sido una de las grandes decepciones del año. Esperábamos mucho más de esta curiosa mezcla de mitología y acción en primera persona, pero el resultado se ha visto malogrado por una jugabilidad del todo insuficiente y muy poco trabajada.
Quantum of Solace es una oportunidad perdida para acompañar con un título de calidad al estreno de la película, y un nuevo motivo para desconfiar de las adaptaciones al videojuego. El lanzamiento de Treyarch transmite una sensación de desarrollo apresurado y de ideas desaprovechadas. Corto, bastante repetitivo y algo desangelado.
Dead Space es uno de los mejores Survival Horror de los últimos años. Tenso, violento e increíblemente agresivo; jugarlo por la noche y con un 5.1 a buen volumen puede depararnos los sustos más espectaculares de nuestra vida. Nos guste o no el terror, lo nuevo de EA es algo que, como mínimo, hay que probar.
Resulta asombroso que lo nuevo de LucasArts devenga tan rápidamente en algo genérico a pesar de la propuesta tan fascinante en la que parecía querer hacer hincapié. Repetitivo, poco carismático y sorprendentemente superficial, Fracture es una oportunidad perdida para aportar innovación al género.
A menudo la gente se queja de lo caros que son los videojuegos, pero pagar 70 euros por un gran título no le sienta mal a casi nadie. En cambio Vampire Rain cuesta 60?, lo cual viendo su calidad es poco menos que insultante.
Lo peor que se puede decir de un videojuego es que sea aburrido, y eso es precisamente lo que ejemplifica a corto-medio plazo El Increíble Hulk. Discreto apartado gráfico, notable vertiente destructiva y escasa diversión son sus principales puntales.
Iron Man llega a consolas con una correcta adaptación de su última película a videojuego armado con una acción directa y sin complicaciones orientada a su poderosa armadura y arsenal tecnológico.
Para los que sueñan con vivir vidas diferentes, con hacer lo que la sociedad prohíbe o considera inmoral, y con adentrarse en las entrañas más oscuras de los peores seres humanos, GTA IV es su juego.
Dark Sector es un notable juego de acción que pierde serios puntos por ser algo escaso en contenidos, por resultar algo repetitivo y por adolecer de una seria falta de personalidad. Los tiroteos son muy espectaculares, pero acaban cansando a medio plazo por lo reiterativo de las situaciones, y los puzzles son demasiado sencillos para resultar satisfactorios.
Rainbow Six Vegas 2 es un gran juego de acción, aunque esté marcado por su escasa innovación en términos de añadidos. El componente de progresión del personaje funciona a la perfección, integrándose con brillantez en la campaña; y los entornos destructibles otorgan rapidez y dinamismo.
Army of Two abre de forma espectacular las puertas de la que podría ser una de las nuevas franquicias de éxito para Electronic Arts. Con gran variedad de escenarios y situaciones, el nuevo título de acción de EA apuesta por el juego cooperativo sin paliativos, dando un peso brutal a todas las acciones en equipo, y donde jugar sin tener en cuenta a nuestro compañero es un suicidio.
El clásico Shooter en primera persona Soldier of Fortune, se alista a la nueva generación.
Lost Planet es un buen juego. Estamos ante el que fue uno de los grandes shooters del primer año de Xbox 360, y se trata de una experiencia intensa y única que ningún aficionado a la acción más pura debe perderse.
Devil May Cry 4 es un brillante nuevo episodio de la serie de los CazaDemonios, y ofrece las habituales dosis de la acción más espectacular a las que nos tienen acostumbrados. El juego hace uso de los avances tecnológicos de las consolas de nueva generación para mejorar su aspecto general, e incorpora algunas escuetas mejoras y añadidos en términos jugables.
The Club es un juego notable, con mucho ritmo; sin historia o argumento que justifique su sucesión de escenarios y con la única premisa de acción y disparos sin tregua.
Kane & Lynch es solamente un buen juego de acción del que, sin embargo, esperábamos grandes cosas. La historia es buena aunque resulta algo deslavazada, y presenta un puñado de momentos realmente formidables. Lo jugable, por desgracia, es otro cantar y el juego sufre de su pobre inteligencia artificial, de la gestión de daños de los enemigos y de algunos problemas menores.
Stranglehold es un notable título de acción, aunque supone una decepción teniendo a las desmesuradas expectativas que había puestas en el juego. Su corta campaña, su sonrojante saqueo de elementos de Max Payne, y su falta de ritmo en determinados momentos lastran en exceso a la campaña individual, y el modo multijugador es un acompañamiento torpe y prescindible.
