China es una de las muchas potencias mundiales que busca su particular fórmula de emular el éxito de ChatGPT, el bot conversacional de moda. La herramienta de OpenAI, capaz de elaborar redacciones, ofrecer recetas, resumir eventos históricos y muchos otros aspectos, sorprendió a compañías y usuarios de todos los rincones del mundo cuando presentó sus virtudes a finales de 2022. Y, desde entonces, China es una de las muchas regiones que trabajan en acercarse al éxito de ChatGPT, un intento que se saldó con una reciente pérdida de 4.000 millones de dólares.
Sin embargo, como reportan medios como Ars Technica, las compañías del país asiático no se han quedado con los brazos cruzados y ya trabajan en distintas formas de copiar las capacidades de ChatGPT. Como parte de esta iniciativa, Alibaba (el conglomerado que, entre otras cosas, tiene el dominio de portales como AliExpress) presentó Tongyi Qianwen, su particular versión de ChatGPT que intentará emular lo que consigue la popular inteligencia artificial. De hecho, el CEO de la compañía ha hablado de lo vital que es subirse a la cresta de la ola en estos momentos.
China busca regularizar la situación de la inteligencia artificial en su país
Daniel Zhang, actual CEO de Alibaba, recalca que la industria se encuentra en un “momento tecnológico decisivo” impulsado por herramientas como la IA generativa o la computación en la nube. Por ello, Tongyi Qianwen comenzó sus pruebas privadas el pasado viernes, arrojando como resultado la posibilidad de escribir poemas en chino y francés o resolver problemas matemáticas básicos. No obstante, aquellos que probaron la IA señalaron que esta tiene dificultades a la hora de abordar problemas con lógica simple, razón por la que, por ejemplo, no indica que el hormigón armado no es un buen ingrediente para hacer un plato.
Por su parte, mientras Alibaba trabaja en mejorar las capacidades de su ChatGPT, China anunció que buscará regularizar la situación de la inteligencia artificial. Como parte de esta iniciativa, señalan que una de las propuestas de la Administración del Ciberespacio de China (la entidad encargada de ejecutar estas medidas) es que el contenido generado por IA “encarne los valores socialistas fundamentales”. Por ello, hacen hincapié en que no deben incluir “contenido que subvierta el poder del Estado, incite a la división del país o socave la unidad nacional”. Así, China sigue avanzando en la industria de la inteligencia artificial, un asunto que les está reportando más noticias positivas que el estado actual del sector de los semiconductores.
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